Las últimas encuestas muestran que Diputados y Senadores chilenos tienen un nivel de rechazo de 4/5 de la población. Si en Chile hubiera el derecho a plebiscito y a destituir a los elegidos, nos desharíamos de ellos. ¿De dónde viene la mala calidad de los parlamentarios y el rechazo de la ciudadanía?
Una de las principales razones es el sentimiento generalizado de que a la política se ingresa como una forma de aumentar los ingresos, de mejorar el estatus social e incluso ayudar al grupo familiar. También influye el que una minoría de los políticos busca el poder y satisfacer un enfermo deseo de publicidad. Así llegan al Parlamento gente sin ninguna selección real y determinan la mala calidad de su funcionamiento y de las leyes y decisiones que se adoptan.
El sistema de remunerar a los parlamentarios fue diabólicamente diseñado por el equipo de Pinochet. Lo vinculó al de los más altos funcionarios del gobierno, en una disfrazada forma de hacerlos cómplices de un mismo beneficio y de su defensa. Los parlamentarios no objetan los sueldos de los altos funcionarios públicos (incluso los que controlan el Presupuesto Nacional) a cambio que ellos también vayan en la parada.
El artículo 59 de la Constitución de Pinochet, que pasó sin cambiar ni una coma a ser el artículo 59 de la Constitución de Lagos, dice textualmente :
Los diputados y senadores percibirán como única renta una dieta equivalente a la remuneración de un Ministro de Estado incluidas todas las asignaciones que a éstos correspondan.
Como se sabe, tanto las asignaciones y como las remuneraciones de Ministros y Parlamentarios han tenido una larga historia de legalidades y engaños. Los Ministros durante varios años recibieron sueldos adicionales en billetes y los parlamentarios, de acuerdo con la Ley de Presupuestos y con el visto bueno de los Ministros de Hacienda, se reparten bonificaciones adicionales.
La ley de trasparencia ha permitido conocer parcialmente los ingresos totales de ministros y parlamentarios. Según el Presupuesto Oficial del Senado, a cada senador le corresponde, aparte de la dieta, que es de alrededor de 6 millones de pesos, 16 millones mensuales por concepto de personal de apoyo, asesores externos y gastos operacionales. De acuerdo con la comisión de ética, que se formó el año pasado, éstas asignaciones deberían sumar sólo $13.974.000, la diferencia puede estar en el IPC o en una bonificación extra que se acordó este año en ambas cámaras.
Entre los diputados la situación es similar en cuanto a dieta y la comisión de ética los autorizó a tener asignaciones similares a las de los senadores pero que llegan sólo a $ 12.131.000 mensuales. El mismo cálculo, hecho a partir del presupuesto de la Cámara, no se pudo hacer porque no está aún publicado para 2013.
¿Se puede hacer una modificación constitucional que separe el lucro de las carreras políticas y que garantice a quienes quieran dedicarse a la política que no lo harán para mejorar sus ingresos sino por deber cívico y buena calidad de servicio?
La reforma constitucional debería decir en su artículo 59 nuevo:
Los diputados y senadores percibirán como única renta una dieta equivalente a 20 salarios mínimos y una asignación de gastos de 20 salarios mínimos. Todo aumento en estas rentas, sólo regirá para el periodo parlamentario siguiente al que se aprueben.
¿Es posible que esta reforma constitucional sea aprobada por parlamentarios que verán disminuidos sus ingresos en más de un 50%?
La actual Constitución exige contar con 3/5 de los parlamentarios para aprobarlo, por lo tanto sería imposible lograr este cambio. Pero con la voluntad de impulsarlo, por parte del Presidente de la República, se podría. Tendría que insistir en esa reforma, llamando a plebiscito, facultad presidencial, en el caso de que ésta sea rechazada o insistida por dos tercios del Congreso. ¿Alguien duda de que la ciudadanía votaría masivamente esta nueva reforma constitucional?