Las voluntades por un Chile distinto ya están instaladas y lanzadas… La izquierda y las organizaciones sociales colocaron sus urgencias, la historia, sus justas reivindicaciones tantos años postergadas en una candidatura a la presidencia de Chile, sencilla, digna, histórica, valiente y consecuente…todos a La Moneda con Marcel.
Es una candidatura que recoge el pensamiento socialista democrático de Salvador Allende en su táctica y su estrategia, asume todo ese recorrido donde se instaló en los chilenos que un país es un asunto extremadamente cercano, humano y participativo; esta es una candidatura que tiene en la memoria y el futuro de todas las riquezas básicas en manos de millones, derechos fundamentales en un Chile democrático y solidario.
Es también un recorrido donde está presente Miguel Enríquez y sus pasos antiimperialistas y anticapitalistas, los hombres y mujeres se encuentran en programas sustanciales y proyectos para hacer nacer nuevos cimientes, eso tan extremadamente serio como tratar de hacer avanzar…. las ruedas de la historia.
No son pocas las voces insistentes al manifestar que estas elecciones deben constituirse en los primeros pasos de un recorrido político diferente, algo nuevo. Las lecciones aprendidas de instancias y proyectos unitarios electoreros anteriores están ya superadas.
No se trata esta vez de un aquelarre o ritual de una figura para terminar llamando a votar por el mal menor en segunda vuelta, y después de aquello, tomar tres años de vacaciones esperando la siguiente confrontación. Ese no es el nuevo recorrido, de eso no se tratará esta vez.
La casi nula credibilidad en las instituciones y en especial los partidos políticos están ofreciendo justamente el espacio para que surja un instrumento de nuevo tipo, donde se conjuguen voluntades y organizaciones sociales, en un esfuerzo capaz de volver a enamorar a los protagonistas de los nuevos tiempos. No es posible continuar con tantas pequeñas orgánicas dispersas, defendiendo cada una su pequeña verdad cuando sobradas razones para construir justamente desde lo contrario, un referente que sume a todos, que sea de todos y ponerlo al servicio de las grandes mayorías.
Los tiempos actuales, con el siniestro y perverso modelo neoliberal que aferra su existencia masacrando derechos fundamentales, obliga y condena a millones de ciudadanos a ser asaltados/esquilmados para que ellos sigan existiendo. Todo esto debe terminar, hay que empezar a dar pasos mayores para que sea la ingobernabilidad sustrato del crecimiento de una fuerza alternativa antagónica capaz de alterar el rumbo.
Los chilenos descontentos/desencantados/indignados/ de la institucionalidad dictatorial tienen números, no basta decir que son chilenos de carne y hueso, son personas que tienen familia y trabajan para dejar a sus generaciones lo que ellos no alcanzaron a tocar con los dedos.
Los viejos aparatos políticos que se vienen arrastrando desde hace décadas no han ofrecido para los nuevos tiempos proyectos de país diferente, han sido cooptados por la social democracia y el reformismo. Han apostado a la supervivencia de sus orgánicas abandonando sus principios, no han logrado despertar los sueños y las voluntades como lo hicieran algunos lideres en las décadas se los sesenta y setenta.
No es posible continuar siendo sencillamente contestatarios ante la expansión del lucro, en la promulgación de leyes que insisten de forma reiterada en darles más poder a la clase dominante, favoreciendo al segmento más acomodado, al cartel de familias eternamente halagadas para mantenerlas en los intocables altares del modelo.
Ante las embestidas y recetas que de forma insistentes lanza el FMI las horas se están acercando a rumbos diametralmente opuestos, llegando en muchos casos para asumir todos los costos que sean necesarios para poder detener la bestialidad económica.
La actual institucionalidad debe ser desbordada, no hay razón para seguir aceptando como validad la ilegalidad heredada desde hace ya decenios, hay que instalar en el imaginario de millones de chilenos que todo lo que queda desde los tiempos de la dictadura debe desaparecer, y que se debe instalar la voluntad de las grandes mayorías.
Los próximos meses electorales serán muy favorables para construir, para sentar las bases de un proyecto nuevo y potente, para que no sean olvidadas las esperanzas y proyectar un nuevo país. Se debe trabajar para aumentar la presencia en lo territorial, a sumar una a una todas las voluntades y estrechar compromisos. La lucha será más dura será siempre contra la derecha, pero también los que han vivido sosteniendo el modelo diciendo que hay que cambiarlo para dejarlo igual.
Todos a La Moneda…..