Pasadas ya las elecciones municipales, cuyos resultados fueron un fracaso no para la nueva legislación (de voto voluntario) sino para los partidos políticos ya que más del 60 por ciento de la ciudadanía no votó, el actual sistema político se alegra cuando la DC convoca a 60 mil votantes para elegir (pre)candidato a Presidente de la República (Orrego) y 23 mil votantes para elegir nueva directiva nacional (Walker).
¡Qué proeza! ¡Es poco menos que haber ganado el plebiscito!
Nos da envidia, dicen desde otros partidos, es un ejemplo que debemos imitar algún día. Se ha convocado a un gran número, señala la prensa. Sus dirigentes se alegran de tantos camaradas que se han movilizado y anuncian que “dejarán los pies en la calle” para seguir en esa línea y apoyar a Orrego. Total, puede haber sorpresas.
En Chile hay, según el Servicio Electoral, 13.388.643 electores. Los observadores concuerdan que la cifra puede estar, sin querer queriendo como decía el Chavo, inflada. Habría muertos, gente que está afuera, repetidos. Digamos, si consideramos una cifra para nada exagerada, que están en condiciones de votar unos 10 millones de chilenas y chilenos.
Hagamos un ejercicio simple.
Si comparamos las cifras de las primarias presidenciales abiertas de la DC y de la elección nacional para elegir directiva de ese partido, con los 10 millones de ciudadanas y ciudadanos que podían votar los resultados conseguidas son un fracaso rotundo.
Para la candidatura presidencial votó el 0,6 por ciento de una ciudadanía de 10 millones. Y menos si tomamos en cuenta los datos del Servel.
Para la elección de mesa directiva votó el 0,23 por ciento de una ciudadanía de 10 millones. Y menos si tomamos en cuenta los datos del Servel.
Y si comparamos los militantes votantes con el padrón electoral de la DC, que tiene el Servel, (117.208 en el 2000, 120.555 después) los movilizados para votar en la última elección de directiva no superan el 20 por ciento.
La DC parece ser, o es, el partido que más convoca a la ciudadanía para estos menesteres. Cómo serán hoy los otros.
En el Partido Socialista, por ejemplo, votaron 32.569 en 2006, para elegir sus dirigentes nacionales, y en 2008 llegaron a votar 40.811 militantes, pero de allí en adelante las cifras han bajado a alrededor de 28.000 en 2010 y poco más de 20.000 en diciembre de 2012.
Se puede decir que es abusiva la comparación de las últimas elecciones en la DC con las cifras del padrón electoral ciudadano.
Si gustan una comparación con fenómenos de parecida fenomenología política, veamos cuántos y cómo votaron los concertacionistas en las últimas elecciones nacionales para elegir candidato presidencial.
Le elección de Frei Ruiz Tagle como candidato en 2010 fue sólo regional. Michelle Bachelet fue candidata sin elecciones primarias.
La última votación nacional para elegir candidato de la Concertación a la Presidencia de la República fue en 1999, hace 14 años, y, con una ciudadanía bastante menor a la de hoy, concurrió un millón y medio de ciudadanas y ciudadanos (mayores de 18 años). Un millón y medio.
Lagos sacó casi un millón de votos y Zaldívar, el candidato DC, casi 400 mil votos.
Zaldívar (¡atención dirigentes!) sacó 152.485 votos en la Región Metropolitana.
Lagos, 60 mil sólo en Maule. En la Región Metropolitana alcanzó 413.665 votos.
Ningún partido hace hoy elección abierta para proclamar su pre candidata o pre candidato presidencial. Tal vez sea un mérito.
Y es muy posible, casi seguro, que para la elección de presidente del partido y mesa directiva ningún otro partido convoca hoy más que la DC.
Pero eso sólo significa que en el país de los ciegos el tuerto es rey.
Chile es un país de ciegos políticos. Peligroso.
Alegrarse de tener un tuerto en el cuadro político, más aún en “un año electoral”, muestra el enanismo político en que se ha caído.