No es seguro que de los embalsamados sea el reino de este mundo. Hay momias políticas (de nuestra época) que se han mantenido y allí están, pero hay otras que han sido sacadas de sus sarcófagos, enterradas y hasta olvidadas.
El primer embalsamado político de la era contemporánea (Lenin) está desde 1924 en la Plaza Roja de Moscú (lleva allí casi 90 años) y se afirmó allí a pesar del cambio copernicano que dio su país con Gorbachov y Yeltsin. Putin ha optado por respetarlo y los millones de partidarios suyos y de turistas siguen visitándolo con respeto. Es falso eso de que todos los símbolos del comunismo soviético fueron lanzados al tacho de la basura. Este es el principal. Lo visité, con respeto y varias veces, en los años 80.
A Stalin, sucesor de Lenin, el embalsamamiento le duró poco para lo que son estas cosas: poco es unos 7 años. Estuvo al lado de Lenin desde 1953 hasta 1961, año en que Nikita Kruschev lo desterró a una simple pirámide (hay varias) pegada a los muros del Kremlin.
Giorgi Dimitrov, líder comunista búlgaro y cabeza por muchos años de la Internacional Comunista, estuvo embalsamado y en urna de cristal en Sofía, la capital de Bulgaria, desde 1949 hasta 1990, justo el año de la derrota estratégica del comunismo europeo y del triunfo del capitalismo allí. Es hasta hoy el líder embalsamado que más tiempo ha durado, después de Lenin: poco más de 40 años.
América Latina no se exime de líderes políticos embalsamados.
Eva Perón, muerta de cáncer a los 33 años, fue momificada en 1952. Duró en esa calidad sólo hasta 1955, cuando fue derrocado Perón. Ese año su cuerpo fue “salvado” o “secuestrado” (según como se mire) por peronistas que lo sepultaron, con otro nombre, en un cementerio cercano a Milán, para protegerlo de las barbaridades de militares de derecha. En 1971 sus restos fueron trasladados al Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires, donde hasta hoy yacen.
Ho Chi Minh está embalsamado en Vietnam desde su muerte en 1975. El país ha sufrido cambios importantes en estos 38 años pero el Tío Ho sigue presidiendo por lejos la simbología vietnamita, comunista y nacional. Piñera le rindió homenaje cuando estuvo en viaje de negocios internacionales, hace poco.
Desde 1977, vivió un poco más que Ho Chi Minh, está Mao, embalsamado y posando en su sarcófago de cristal en la misma famosa Plaza Tiananmen, la más
célebre de Beijing, la capital china. Mao Tse Tung superó, como emblema, los sucesivos quiebres estructurales de la China abierta al sistema capitalista mundial.
Un hecho curioso. Desde 1989 el ex dictador filipino Ferdinando Marcos (cualquier cosa menos un comunista) está embalsamado y en exposición en una pequeña ciudad de los EEUU: Batac, en Hawai, el Estado 50. Lo visitan poco y no tiene respaldo estatal de su país, pero allí está.
Cierran la lista de embalsamados políticos Kim Il Sung y su hijo Kim Jong Il, los ex líderes coreanos. Kim Il Sung está expuesto en Pyong Yang desde 1994. En vida recibió a muchos altos dirigentes de la izquierda chilena, no todos comunistas, y cooperó con la lucha democrática en contra de Pinochet. No tuvo relaciones diplomáticas con la dictadura chilena, cosa que sí hicieron los gobernantes chinos.
Kim Jong Il, padre del actual jefe de estado coreano, está junto a su padre Il Sung desde 2011. La coreana es una dinastía, como la española, la griega, la sueca. Y como muchas del mundo musulmán, la marroquí, la de Arabia Saudita. La diferencia es que los musulmanes no rinden homenajes de este tipo a los seres humanos, y no tienen santos, como los católicos. Y los europeos ya ahuecaron sus monarquías y las despojaron de facultades para gobernar.
En el mundo católico no político –digámoslo así- los embalsamamientos de santos y cuasi santos son pan de cada día desde el mismo imperio romano en adelante. Hoy están en ese estado y pueden ser vistas y veneradas por los fieles, numerosas personalidades, la mayoría mujeres.
Destaca entre ellas Bernardita de Lourdes, que se conserva desde 1879, y puede ser vista desde 1909, momificada y con una máscara de plata en el Convento de Saint Gildard de Nevers, en el sur de Francia.
De concretarse la idea, Chávez no sería la primera persona venezolana en ser embalsamada y puesta en urna de cristal. Lo antecedió la beata María de San José, fundadora de las Agustinas de Santa Rita, puesta en ese estado en 1967, en Maracay, la hermosa ciudad jardín a 100 km. de Caracas. Fue beatificada por Juan Pablo II.
Pero ser momia no es lo máximo. Los emperadores japoneses no sólo fueron –hasta 1946- líderes “inmortales” como Lenin, Mao, Kim, Ho) o pontífices que estaban entre los hombres y Dios, sino dioses mismos. Dioses. Hirohito, nacido en 1901, dejó de ser dios sólo a los 45 años, después de la brutal derrota de Japón y por presión de Mac Arthur.
La mañana que mataron al Che Guevara en Bolivia, herido y flagelado, el
cancerbero criminal temblaba y se demoraba en disparar. El heroico comandante lo tranquilizó: “Dispara, no tiembles, soy sólo un hombre”. Sus restos descansan en Santa Clara.