Wikileaks reveló nuevos documentos que dejan ver cómo dos organizaciones extranjeras han dirigido el accionar de la oposición venezolana desde 2006 y diseñaron su campaña para las elecciones parlamentarias del año 2010.
En 73 correos electrónicos contenidos en The Global Intelligence Files, Wikileaks deja ver cómo las empresas Stratfor y Canvas trazaron la ruta que debería transitar la derecha para derrocar a Hugo Chávez y que definía la utilización de estudiantes y de figuras no formales como elementos en torno a los cuales alinear al resto de las organizaciones y figuras políticas.
Stratfor -que ha sido señalada como una suerte de versión privada de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)- realizó labores de espionaje en Venezuela. De ese trabajo surgieron numerosos informes y análisis de la situación político económica del país, que sirvieron de base al Centro de Estrategia y Acciones No Violentas (Canvas, por sus siglas en inglés), para elaborar un plan que le explicó a la oposición en letras grandes y lenguaje sencillo cómo desestabilizar al país por la vía “democrática”.
Uno de los informes divulgado por Wikileaks, fechado en enero de 2010 y elaborado por el Departamento de Análisis de CANVAS, que tiene por título “Análisis de la situación en Venezuela”, propone una estrategia copiada de la experiencia que Otpor aplicó con éxito en Serbia, cuando fue derrocado en el año 2000 Slodoban Milosevich, luego de protestas estudiantiles y de una “revolución de colores”, apoyadas por la CIA y la Usaid y la NED.
Si esto funcionó en la antigua Yugoslavia, en Ucrania, en Kirguistán y en Túnez, por qué no en Venezuela. El clima era perfecto: en septiembre del 2010 se realizarían elecciones parlamentarias, había en el país una fuerte sequía devenida en planes de racionamiento eléctrico y, además, las empresas de cable retiraron de su oferta al canal Radio Caracas Televisión Internacional (RCTVI) porque no cumplía con los requerimientos de la Ley Orgánica de Responsabilidad para Radio y Televisión.
En este contexto, Canvas expone en el informe presentado a la oposición que al estar ellos “fragmentados” debían ser los grupos estudiantiles y “los actores no formales los capaces de construir una infraestructura y explotar su legitimidad”.
De acuerdo con los cables difundidos por Wikileaks, Canvas estaba en Venezuela desde el año 2006. Su misión es crear movimientos estudiantiles efectistas. Diseñó en 2007 una especie de vanguardia juvenil que ayudó a la oposición a ganar el referéndum convocado por el Gobierno para reformar la Constitución Nacional de 1999.
El informe que presentaron en el año 2010 retoma la idea de la juventud, pero con nuevos argumentos.
Dígalo así
En el análisis propuesto a la derecha en 2010 se plantea una “Lista de temas con potencial para ser explotados en la campaña”.
Incluyeron el aspecto económico con un viraje al que venían presentando. Les dijeron que lo más conveniente era decir que el petróleo, principal fuente de ingresos en el país, “no era del gobierno”, sino un derecho para el bienestar y la seguridad social de todos.
Les sugirieron incluir en su discurso la importancia de distribuir la riqueza proveniente del petróleo. La idea era manifestar en sus pronunciamientos públicos que “todos tenemos que tener oportunidad”, una versión del “para todos por igual”, repetido luego en la campaña por la presidencia en 2012.
El informe también les indicaba que el problema de seguridad ciudadana se resuelve con dinero y descentralización de los cuerpos de policía. Fue así como les propusieron frases como “utilizaremos todos los recursos que sean necesarios”, al tiempo que debía insistirse en la idea de poner las instituciones policiales en manos de los gobiernos regionales y locales.
En lo político, la premisa con mayor importancia fue la de “auditar al gobierno”, diseñada para la campaña opositora que apuntaba a la elección parlamentaria del 26 de septiembre de 2010.
En el apartado de “juventud”, plantearon que este sector debía movilizarse a través de un mensaje “a la medida de todos, no sólo de los universitarios”, que ya había dado resultado en 2007.
Un mensaje que podía surtir el efecto deseado era el tema eléctrico porque generó conmoción en el país. La sequía mermó el sistema hidroeléctrico nacional y las imágenes de represas con niveles de agua por debajo de lo histórico generaron movilización e intensos debates en la opinión pública.
El 14 de enero de 2010, Karen Hooper, la analista de Stratfor para América Latina, escribió en un correo electrónico: “Parece que el colapso eléctrico podría ser una buena excusa para llamar a una emergencia nacional. Muy interesante”, reveló Wikileaks.
El 28 de enero de 2010, 14 días después, estaban estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), de la Universidad Simón Bolívar, Santa María y Monte Ávila, en la sede de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), en Caracas, entregando un documento -recibido por el vicepresidente técnico de Corpoelec, Eduardo Fuentes-, en el cual exigían cese del racionamiento y mayor inversión en el sector eléctrico.
Según la nota de prensa de Ultimas Noticias del 29 de enero, los estudiantes tenían planificado una concentración que convertida en “marcha” se movió hacia Corpolec, sin el permiso reglamentario para este tipo de actividades.
A esta jornada le siguieron otras en diversas ciudades del país, con especial énfasis en Mérida, cuyo alcalde era Léster Rodríguez, del partido Copei, opositor al Gobierno.
Otras acciones se realizaron en Lecherías, en el estado Anzoátegui, dirigido por Víctor Figueredo, quien había ganado con el apoyo de partidos como Proyecto Venezuela y el MAS; en el estado Bolívar, donde la Ucab tiene un núcleo académico; en Valencia, estado Carabobo, gobernado en 2010 por Henrique Salas Feo, de Proyecto Venezuela, y en Lara, entidad gobernada por Henri Falcón, quien a inicios del 2010 anunció su dimisión del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El motivo de las protestas fue el “cierre” de Rctv, aunado a la “carencia” de servicios básicos, publicó el diario El Universal.
Las protestas fueron resguardas y en ocasiones disueltas por los cuerpos de seguridad del Estado, acción que se catalogó de “represión” y así fue reseñada en titulares y pie de fotos de los principales diarios del país.
El 30 de enero de 2010, Amnistía Internacional le pedía al Gobierno Nacional garantizar el “derecho a reunión y de expresión de todas las personas”.
En la misma fecha, la Corte Interamericana de Derechos Humanos anunció que publicaría un nuevo informe sobre Venezuela.
Mientras tanto, Luis Ignacio Planas, entonces presidente de Copei, aparecía en medios condenando la “agresión” contra el estudiantado.
El 28 de enero de 2010, El Universal tituló: “Aseguran que la Guardia Nacional (GN) torturó a ocho estudiantes en Lara”.
La denuncia no la hacían estudiantes, sino un abogado que alegaba que los cuerpos de seguridad ejecutaban “detenciones selectivas” entre jóvenes que protestaban en la entrada de Barquisimeto.
El informe Canvas se cumplía, o al menos, así lo parecía en los medios de comunicación, sin embargo, hacía falta dar otro paso.
Los aliados
El 2 de febrero del 2010, Karen Hooper, envió otro correo electrónico diciendo: “La iglesia y los estudiantes están actualmente encuestados en Venezuela como fiables y populares por encima de los partidos de la oposición… muy similar a lo que ocurrió en Serbia. El siguiente paso es reunirlos… en un funeral, una reunión, cualquier cosa. Es el siguiente paso clave”, dijo.
Días antes, el diario Últimas Noticias había reseñado la rueda de prensa que ofreció monseñor Oswaldo Azuaje, obispo auxiliar de Maracaibo, quien en nombre del departamento de Pastoral Juvenil y Universitario de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) manifestó que los jóvenes católicos llamaron a “reafirmar los valores que nos guíen por el camino de la construcción de una nueva civilización”.
Por su parte, monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, declaraba que la Asamblea Nacional politizaba los disturbios estudiantiles y clamaba por “expertos” que atendieron el tema del racionamiento eléctrico.
Todo iba cumpliéndose, mientras Enrique Mendoza, entonces vocero de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se ufanaba ante la prensa de tener un plan que no podía revelar. El plan, con todo y la dirección a control remoto, no les permitió obtener la mayoría en la Asamblea Nacional.
*) AVN, Agencia Venezolana de Noticias, medio público.