Noviembre 29, 2024

Democracia directa, un antídoto contra la democracia de los lobbistas

escalona_cam

 escalona_camEn Chile no hay democracia, lo único que existe es el lobby: todos los acuerdos se hacen en los pasillos. Con el binominal, los desagradables apitutados de siempre se han apropiado de los curules, antes que los cándidos ciudadanos se les ocurra votar.

 

Como decía Marcial Martínez en el año 1900: “Nada es más transparente que el Estado se compre a los ciudadanos y no los privados”, algo así como nacionalizar la corrupción. En el gobierno actual, lo podría hacer si aprueba tres bonos, dos de inviernos y dos de primavera, así lo hizo Michelle Bachelet, pero no le sirvió para nada porque su candidato era muy tontito.


Como lo sostiene un cientista político, en las democracias electorales, solo se elige entre dos elites que están en competencias, el ciudadano participa solamente cada cuatro años para entregar un poder del cual no tiene ningún control durante este periodo. En la democracia electoral, jamás se puede revocar los mandatos. Y aún es más ridículo: el mandatario no puede renunciar a su cargo por moral ni le da vergüenza el abuso que significan sus salarios y lo lejano que está de sus mandantes. (El caso más patético es Carlita Ochoa). En esta democracia es una siutiquería decir que el ciudadano es un actor; los sistemas electorales son fórmulas pensadas para reducir la expresión de la voluntad popular.


Hoy día serían ridículas las tesis reaccionarias de Benjamín de Israelì, Edmund Burker, Flaubert, Nietzsche y otros más. El sufragio universal no es ningún peligro pues la gente tiene que elegir entre social demócratas y conservadores que actúan de la misma manera. No hay muchas diferencias entre Margaret Thatcher y Tony Blair, más bien la primera le permitió al segundo convertir al laborismo en un mocito del neoliberalismo.


Las elecciones en las democracias bancarias son un placebo, es decir, un engaño para creer que estas sirven para acortar la brecha entre ricos y pobres. Pienso que lo único que puede argumentar la democracia en algo defendible son los mecanismos de democracia directa, ya que es una tontera creer, como sostiene Weber, que la democracia plebiscitaria sea en toda ocasión utilizada por los gobiernos autoritarios. Por el contrario, un estudio prueba que en América Latina, los gobiernos se han perdido el 50% de los referéndum y plebiscitos convocados por los Congresos o los Presidentes de la República.


Contrariamente a lo que la gente cree el gobierno que más se ha convocado a plebiscito e iniciativas populares en América Latina es el uruguayo, que sin duda cabe afirmar que es la democracia de mayor calidad en América Latina. Por ejemplo, fueron aprobados referéndum sobre la nacionalización de las aguas, que mucha falta hace en Chile, donde las empresas privadas son propietarias del oro del futuro. Otro referéndum, mantuvo la ley que permitía la impunidad de los militares.


Sólo el converso Camilo Escalona cree que cambiar la constitución es fumar opio. Por el contrario podemos pensar que imitando los ejemplos de Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chávez, que teniendo minoría parlamentaria, llamaron a la constituyente y formaron un parlamento favorable a su posición política. Sólo en Chile existe un fetichismo de la ley, a tal grado que en todo los Kioskos se vende los diversos folletos de la editorial jurídica. Con razón, el Premio Nobel García Márquez se reía de esta mala costumbre de tontilandia. La verdad es que me atrevo a dudar que los compradores de estos folletos los lean y muy pocos lo entiendan. Sí, incluso que el 90% de los profesores de básica entienden el texto pero no el contexto. De no ser elegidos los candidatos del duopolio, debería llamarse de inmediato a un referéndum consultivo no vinculante que permita presionar al Congreso obligando a convocar una asamblea constituyente.

 

RAFAEL LUIS GUMUCIO RIVAS

2-02-2013

 

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