Noviembre 29, 2024

Héctor Llaitul: “Un pueblo oprimido tiene derecho a la rebelión”

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 llaitul_tribunal600En esta extensa entrevista desde la cárcel, el líder de la CAM, Héctor Llaitul, afirma que la coordinadora cree en la legítima autodefensa como una forma de acción política. La CAM, dice, ha sido la primera organización mapuche que ha reivindicado el uso de la violencia, la ha argumentado y justificado con sendos argumentos políticos, prácticamente irrefutables, desde la perspectiva de un Pueblo ocupado y oprimido.

 

 

El actual Estado Capitalista globalizado o neoliberal, afirma Llaitul, “es un Estado militarizado por naturaleza, lo que nos da el derecho a rebelarnos y a defendernos”.

 

 

 

¿Por qué razón la CAM ha sido tan enfática al condenar el atentado incendiario de Vilcún con resultado de muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay?

Por una cuestión política y ética, sin embargo, he leído el comunicado al que usted hace referencia y éste no se refiere a la situación particular de la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay, más bien da cuenta de una situación general.


En esos términos, y respecto de una cantidad de hechos, que han involucrado la muerte de personas, así como quemas de galpones y viviendas de campesinos chilenos y escuelas, que han ocurrido en zonas de conflicto, las hemos rechazado categóricamente, principalmente, por una cuestión política, al respecto, la posición de la CAM ha sido muy clara. Efectivamente, podrían tratarse de hechos comunes, y esperamos que así sea, lo claro es que la mayoría han sido adjudicadas, intencionadamente, a la CAM, desde el incendio de Carahue a principios del 2012.


En el caso de Vilcun, existen otras características, por tratarse de una familia de descendientes de colonos en conflicto con las comunidades del sector, algunos de ellos son grandes latifundistas y otros sólo parceleros, por esta razón lo lógico era esperar alguna declaración al respecto que aclarara lo hechos.


Cuando las acciones no son adjudicadas y explicadas, o al contrario tampoco son rechazadas y sólo reina el silencio, queda un manto de dudas y confusión, y para eso estamos los dirigentes, para dar cara, para argumentar, lo que no significa declararse culpable. Si nadie las adjudica podemos suponer que son autoatentados, que fue un delito común, que hay infiltrados, etc. etc.


Le doy un ejemplo, cuando ocurrieron los hechos en Choque se hablaba de una “emboscada a un Fiscal” lo que confundió a las comunidades del sector y por temor guardaron silencio, pero cuando fui detenido lo primero que hice fue asumir dicha acción y explicarla como lo que realmente era, un enfrentamiento. Algunos familiares de los presos y parte de la comunidad se indignó conmigo, pero luego lo entendieron pues era lo que había que hacer y el tiempo nos dio la razón. No estamos para engañar a nuestro pueblo.


Como CAM creemos en la autodefensa y nos ha costado años legitimarla como una forma de acción política, hay hechos que echan por la borda todo el camino recorrido y afectan a nuestro pueblo en su conjunto.


La CAM ha sido la primera organización mapuche que ha reivindicado el uso de la violencia, la ha argumentado y justificado con sendos argumentos políticos, prácticamente irrefutables, desde la perspectiva de un Pueblo ocupado y oprimido, violencia reconocida inclusive en el ámbito internacional como el derecho a la rebelión y que ha obtenido la simpatía de amplios sectores.


Sumado a lo anterior, el actual Estado Capitalista globalizado o neoliberal, es un Estado militarizado por naturaleza, lo que nos da el derecho a rebelarnos y a defendernos.


Los argumentos existen, los objetivos para nosotros como organización están claros y son de conocimiento público. Entonces, si hay otras expresiones del movimiento mapuche que piense que atacar campesinos o parceleros, a supuestos “testigos protegidos”, quemar escuelas etc. son una acción política, que lo diga y argumente sus razones, les emplazamos a que lo expresen públicamente y cómo creen que esto contribuye al proceso de reconstrucción mapuche y a un proyecto de Liberación Nacional.


Ahora bien, debemos dejar en claro que a este gobierno y a los empresarios, no les interesa la defensa de estos sectores involucrados en el conflicto. Ellos, los representantes del poder, se involucran cuando las expresiones de resistencia afectan realmente sus intereses y solo utilizan el discurso en defensa de parceleros y agricultores, para crear las condiciones mediáticas, para incriminar y reprimir a los sectores mapuche anticapitalistas.


Respecto de las acciones de resistencia, sabemos que todas involucran riesgos, sobre todo las de mayor envergadura, riesgos que sólo pueden aminorarse a través de la planificación y la disciplina militante, y si aun así ocurre un hecho fortuito y lamentable, la obligación de los responsables de dicha acción es afrontar con la verdad y clarificar los hechos.


La CAM ha debido descartarse, desde un tiempo a esta parte, de algunas acciones por las razones políticas que le he mencionado y porque la experiencia nos dice que cuando ningún grupo o sector quiere pagar los costos de alguna acción errática o ésta no logra la simpatía de la opinión pública, lo más fácil es decir que son “autoatentados” o simplemente callar cuando el Gobierno acusa a la CAM.


La CAM ha asumido y asumirá las situaciones y acciones en las que participa, y los costos que esto implica. Lo ha hecho en forma pública, a través de voceros políticos y/o a través de comunicados clandestinos de los propios ORT.

 

Usted, en su libro Weichan habla de una ética de la acción política, ¿podría referirse con más detalle a este punto?

En este punto, lo primero que podemos decir es que la existencia de una ética de la acción política está en correlación directa con un proyecto de liberación propio, por tanto, a los lineamientos políticos estratégicos que en sus distintas aristas conllevan una conducta, un quehacer, una actitud para materializar la línea.


En lo referido específicamente al ámbito de las acciones de resistencia, éstas deben tener un fuerte componente valórico que además de instalar el derecho a la violencia de los oprimidos, se sobreentienda en la necesidad de lograr cambios para el logro de justicia y dignidad. Desde esta perspectiva, partimos del hecho de reconocernos mapuche, como un pueblo que antaño forjó una sólida cultura cosmovisionaria basada en lo espiritual en donde el respeto por la vida es la esencia, y no solo por la vida de las personas, sino de todos los demás seres de la naturaleza y de las distintas fuerzas espirituales en los diversos estadios del Mundo Mapuche. De hecho, partimos creyendo en que un ser no muere en su totalidad, sino que seguirá existiendo y en articulación con la vida en el aquí y ahora, por eso, cuando nuestros viejos –aún hoy- cortan un árbol, deben enseguida plantar un brote y cuidar su crecimiento, es una relación con todo. Es el respeto por el ser humano, por la mapu y la biodiversidad, toda nuestra inspiración. Ahora, al momento del quehacer en la lucha actuamos en concordancia.


De partida, no utilizaríamos la violencia si no existiera opresión e injusticia, y cuando se hace, se trata de respetar al máximo los principios, partiendo por identificar claramente al enemigo estructural, el poder económico y la oligarquía comprometida con el despojo del Wallmapu.

También se debe considerar análisis de la realidad en todas sus dimensiones, para que las acciones sean efectivamente un aporte y que estas enlacen con la acumulación de fuerzas necesarias para avanzar en nuestras propuestas. Por lo mismo es que se identifican acciones que claramente no contribuyen. Como organización, hemos definido claramente que nuestro enemigo principal es el capital nacional y trasnacional que hoy continúa la expoliación de nuestro territorio y nos condena al exterminio. Por tanto, la direccionalidad de nuestra lucha ha sido esa y no otra.


La ética de la acción política es la inspiración de los weichafe, ya que esta se fundamenta cuando entramos en un proceso de autoafirmación mapuche. Es la identidad, es nuestra cultura, la espiritualidad. Eso nos retrotrae al tiempo de los antiguos Reche, quienes se ordenaron a los principios emanados del Ad Mapu, del itrofilmogen.


 

¿Siempre los Órganos de Resistencia Territorial (ORT) de la CAM reivindican sus acciones?

Anteriormente, no siempre los ORT las reivindicaban, pues era la CAM la única organización que realizaba acciones de dicho tipo en zonas de conflicto, por lo que muchas de ellas se explicaban por sí solas, aunque siempre el discurso oficial y los medios trataban de desvirtuarlas. Sin embargo, ahora es prácticamente una obligación reivindicarlas, para diferenciarlas de otros hechos, pero en el último tiempo se me ha señalado que estos comunicados no son difundidos por los medios de comunicación, nos parece que con el objeto de invisibilizar la confrontación real con el sistema capitalista planteado por la CAM.


Adjudicarse una acción de resistencia no significa aportar al trabajo del enemigo; al contrario, es, en primer lugar, capitalizarla para la lucha del territorio en donde se realiza y para el proyecto del pueblo mapuche en su conjunto. En segundo lugar, con el objeto de salvaguardar la seguridad de otros grupos mapuche y finalmente, para subir la moral combativa de las comunidades y terminar con el recurso de la victimización del que tanto abusan algunos dirigentes mapuche.


Pero debe quedar claro, son los ORT los únicos encargados de reivindicar sus acciones, entregando en lo posible los componentes y argumentos de sus expresiones. En muy contadas ocasiones es la dirección de la CAM o su vocería, la que se pronuncia al respecto.

 

¿Cuando en el comunicado en el que deslinda su responsabilidad por el incendio con resultado de muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay, la CAM se refiere a “acciones erráticas” de grupos “ajenos a nuestra organización”, se refieren a esos grupos, ex CAM, “desprendidos” de Ercilla, Vilcún y LleuLleu que también mencionan en el comunicado, o se refieren a grupos cuya real identificación usted y la CAM desconocen?

Como vocero de la CAM debo asumir dicho comunicado, aunque pienso le faltó claridad y se prestó para la confusión e interpretaciones mal intencionadas, razón por la cual se realizó uno más claro y elaborado. Aquí, quisiera precisar. Una cosa es descartar responsabilidades del hecho en Vilcún y otra fue expresar una realidad objetiva que sufrió la organización en un momento dado.


La CAM, al manifestar su descarte y señalar que a partir del año 2011 ya no tiene presencia orgánica en algunas zonas, no deslinda responsabilidades en alguna comunidad o sector en particular. Por lo demás el Gobierno y sus servicios conocen perfectamente esta situación y lo sabe también a través de algunas páginas mapuche.


Respondiendo a su pregunta, cuando se habla de esta serie de “acciones erráticas”, ocurridas en zonas en conflicto, claramente, dice el comunicado, nos referimos a grupos “ajenos a nuestra organización”, es decir, a grupos cuya real identificación la CAM desconoce, por una razón obvia, ya no tenemos presencia orgánica en dichas zonas.


Por un tiempo, no realizamos ningún pronunciamiento respecto de estos hechos, pero a estas alturas y considerando la gravedad de algunos y sus efectos negativos para la lucha mapuche, la CAM ha tomado una postura clara de deslinde. La decisión de afrontar y apartarse de estas acciones es categórica y será una constante en adelante.


Por lo anterior, emplazamos a nuestros hermanos y hermanas, con quienes tenemos diferencias, a dejar de autoengañarnos con el recurso de los “autoatentados”, que por cierto existen, pero no son la constante, pues dicho argumento sólo genera confusión.


La CAM ha definido afrontar la realidad y hacer los esfuerzos posibles por llamar a la rectificación, emplazando si es necesario, pues en esta lucha estamos muchos comprometidos, sobre todo aquellos que con mucho esfuerzo, hasta el sacrificio, se las han jugado por instalar las legítimas expresiones de resistencia y autodefensa de nuestro pueblo para avanzar hacia la liberación nacional.

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Cuando hablan en el mismo comunicado de “la tesis de la infiltración derechista” ¿Qué elementos de prueba pueden exhibir además de la evidente funcionalidad del hecho a los intereses de la derecha? ¿Pueden tener que ver con las Juntas de Vigilancia Rural que promueve, organiza y asesora el gobierno regional a través de Carabineros? ¿Con los comandos paramilitares autollamados “Trizano”? ¿Con organismos de inteligencia?

Nos referimos a estos últimos y también a quienes, desde el empresariado, latifundistas y la derecha, a través de dinero y la cooptación, reclutan gente en grupos cercanos o incluso al interior del movimiento mapuche, en calidad de “colaboradores” que actúan solapadamente y les podría permitir azuzar acciones sin discriminación de objetivos y consecuencias. Esta realidad ha quedado develada en variados juicios, ya son una constante desde hace años.


Creemos que el Gobierno y sus organismos, o el empresariado y oligarquía, están absolutamente comprometidos con este tipo de acciones, ya sea por infiltración u omisión, en espera que algo ocurra para crear el montaje, montajes que ya tienen una direccionalidad previa, la CAM.


Un ejemplo, en Antiquina-Cañete, se trató de vincular la muerte de Zapata con una acción de un ORT en Tranaquepe-Tirua, para lo cual hasta el Ministro Chadwick viajaba al lugar en ese mismo momento, pero cuando se hizo imposible vincular ambos hechos, el Ministro no viajó y todos se olvidaron de este cuidador asesinado, es decir, no resultó el montaje, no se pudo involucrar a la CAM, entonces da lo mismo.


Lo de las juntas de vigilancia rural tienen su propio curso y ha sido lo normal y comprensible en el marco de la confrontación. Obviamente están al servicio del poder de dominación en la zona, expresado en los intereses de las forestales y los latifundios, en menor grado los agricultores, donde su justificación obedece a responder a la defensa de particulares y campesinos, pero todos saben que detrás de ellos están los empresarios y la gente de derecha, y sus objetivos son claros en defensa de los intereses del empresariado. Ellos son muy básicos y se mantienen en sus circuitos, no tienen la capacidad de infiltrar e intervenir, más bien son identificables.


De los grupos paramilitares de derecha, por ahora no existe tanta constancia. En cierto momento fueron activos, pero al parecer para el gobierno de turno resultan contraproducentes y pueden traer consecuencias a su propio gobierno. Esto no quiere decir que no estén tratando de armarse y de organizarse en contra de nuestro pueblo, siempre están muy presentes en las distintas esferas de la represión, pero en lo que a operaciones complejas se refiere, no existen antecedentes concretos.

 

Después del atentado de Vilcún se han producido ataques de encapuchados a la lonco Juana Calfunao y han sido incendiadas algunas escuelas. Da la impresión que ello no corresponde a ningún patrón de acciones provenientes de organizaciones mapuches, por radicales que sean… ¿Qué opina usted?

Sobre algún ataque a la lamngen Calfunao, no tenemos antecedentes salvo lo que ella ha denunciado en conjunto con su familia, lo cual ciertamente proviene de sectores extremos que confrontan con esta comunidad.


Respecto de algunas escuelas incendiadas, creemos que estas responden a dos tipos de patrón de acción. Por un lado, entenderlo como hechos en donde han tenido responsabilidad grupos de antimapuche, ligados principalmente a parceleros y colonos que residen cercanos a algunas comunidades, que pretenden con dichos hechos enlodar la lucha mapuche y de paso hacerse notar como grupos de choque. Esta situación es así, cuando las escuelas están muy validadas por la comunidad y en ellas trabajan miembros destacados y respetados por éstas.


Otras escuelas, pudieran ser objeto por representar el colonialismo ideológico – cultural del winka, por lo cual, se piensa, hay que sacarlas de las comunidades, así también respecto de algunas iglesias evangélicas y sedes comunitarias en donde se funciona con lógica occidental. En este sentido, nosotros podemos decir que no es que no compartamos el análisis de fondo y sus efectos, más bien, nos apartamos de ellas, porque pensamos que hoy debemos sobreponer el diagnóstico, el análisis para dar curso a líneas de expresión estratégica que identifican bien el problema de contradicción con el sistema capitalista y a todo lo referido al entramado del poder. Luchando contra las estructuras de poder real, expresado hoy en la disputa territorial que tenemos con el empresariado forestal, hidroeléctricos, etc. y con latifundistas, descendientes de colonos, que persisten en sostener un andamiaje de territorialidad usurpada.

 

¿Cree posible que más que acciones erráticas o de infiltrados derechistas, existan algunos grupos radicalizados de jóvenes weichafe con menos experiencia política, cuyo interés sea polarizar el conflicto al incentivar la violencia por ambas partes y cerrar cualquier opción de diálogo?

Efectivamente, puede que existan grupos radicalizados de jóvenes mapuche. Esta situación es posible porque en nuestra juventud existen muchos factores de injusticias, discriminación, racismo y abusos que favorecen el desapego y las reacciones emocionales.


No solo se trata de que estos grupos tengan poca experiencia política o estén influenciados externamente, sino también porque en sus comunidades no han existido procesos de maduración de elementos ideológicos y culturales, que fortalezcan el trabajo y lucha en pos de nuestros derechos, lo que es responsabilidad de los lonko y dirigentes. Hemos observado que producto de estas insuficiencias muchas de las manifestaciones radicales terminan en negociaciones con el Estado, inclusive con la derecha económica y política.


Nosotros en la CAM conocemos estas realidades, ya que provenimos de comunidades y nos hemos pasado décadas construyendo desde ahí. Por eso fuimos muy enfáticos y categóricos en poder construir un referente político propiamente mapuche, que recoja el legado de lo mejor de nuestros antepasados, tratando siempre de evitar la infiltración y/o la intervención de agentes externos, así como de la influencia de organizaciones y partidos de la orientación que sea, porque las consideramos no mapuche, de tipo occidental, impropias para nuestra reconstrucción y lucha.


Hoy evidenciamos mucho intervencionismo en las comunidades y no solo del Estado o de las mismas forestales y sus planes de buena vecindad, que contrata hasta antropólogos y otros profesionales, también de otros sectores políticos, activistas que tienen sus propios intereses, muchas veces ocultos, difusos. Es más, muchas de las comunidades movilizadas y autoproclamadas autónomas, están cruzadas por esta realidad. Sinceramente, creemos que son varios los sectores que deberían asumir su cuota de responsabilidad en lo que está ocurriendo.


Nosotros creemos que esto sólo se puede contrarrestar con un verdadero proceso de autoafirmación en lo ideológico político pero, principalmente, en lo cultural y valórico, para evitar así que el enemigo y otros intereses nos desvíe del proceso de lucha propio. Esto implica seguir aumentando la capacidad ideológica, estudiando, debatiendo, organizándose. Nosotros decimos, escuela ideológica, trawun, llellipun, newen, kimun, feyentun.

 

El ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet, aseguró en una entrevista a Canal 13 que “…estamos en presencia de un grupo terrorista organizado, con métodos terroristas, con nexos internacionales que provienen con capacitación, con entrenamientos y con contactos con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)…” ¿Qué opinión le merecen esos dichos? ¿Tienen algún asidero? ¿Qué puede decir de la CAM y las FARC?

Sobre los dichos de este ministro no procede realizar ningún tipo de comentario, porque no se ajustan a la realidad y solo son parte de esta fuerte campaña de demonización del movimiento mapuche.


Por ahora, lo que debiera importar es que no hay pruebas, son solo deducciones malintencionadas y mucho estigma.


Lo que sí existe en la CAM, son hermanas y hermanos consecuentes, sacrificados, anónimos y desinteresados, lejanos a la farándula mapuche y que se esmeran día a día por su pueblo. Es un orgullo que el Gobierno piense que la CAM es un enemigo poderoso, pese a que somos sólo una expresión del pueblo mapuche, bajo constantes golpes y encerronas, no sólo de parte de nuestro enemigo político estratégico sino también de grupos anti CAM cercanos y al interior del movimiento mapuche.

 

El gobierno, además de aplicar la Ley Antiterrorista a los autores del atentado de Vilcún, nombró a Francisco Ljubetic como fiscal especial, formó un equipo jurídico también especial, mandató a la ANI a coordinar información con Inteligencia de las FF.AA., aumentó la dotación policial y creó una zona de control diurna y nocturna… ¿Qué opinión le merece todo ello?

La ley antiterrorista, amenaza de estado de excepción, fiscales especiales, equipos policiales de elite, ANI, inteligencia, militarización de las zonas en conflicto, dan cuenta de un tipo de abordaje del tema mapuche de carácter absolutamente represivo, que no se condice con el discurso de perseguir solo a grupos específicos. Lo que verdaderamente ocurre y lo que se observa es un verdadero estado de sitio en la denominada “Araucanía”. Definitivamente, estamos en presencia de un verdadero Estado dictatorial, una dictadura militar, así con todas sus letras. Basta pasar por fuera de las comunidades para darse cuenta de la cantidad impresionante de puestos de vigilancia, control, campamentos y agentes encubiertos. En otros términos cascos militares, armamento de grueso calibre, tanquetas, sumado a un clima de beligerancia que el Estado chileno no puede negar. Y si a esto sumamos la serie de hechos en la que se actúa con arbitrariedad frente a las comunidades, restringiendo los derechos más básicos de la población mapuche, no hay duda de que estamos frente a un estado de opresión absoluto.


Al hacer un diagnóstico de la realidad que se vive en muchas comunidades concluimos que la situación es de violencia generalizada. No tan solo son los frecuentes allanamientos, también los cercos comunicacionales, incursiones nocturnas, operaciones encubiertas o de inteligencia, etc. Lo que trae como efecto, indesmentiblemente es terrorismo de Estado en Wallmapu, manifestándose concretamente en que muchas familias no pueden desarrollar normalmente sus actividades, ni siquiera pueden dormir tranquilos en sus hogares y los jóvenes optan por no dormir en las casas, lo que incluye una serie de traumas y secuelas en niños menores que asimilan el miedo y la confrontación.


Esta es la realidad concreta en las diversas zonas mapuche, sobre todo aquellas que se encuentran movilizadas por sus derechos. Sin embargo, el Gobierno, que no puede desconocer esta situación, se encuentra obsesivamente empañado en mostrar otra realidad, ocultando y distorsionando los hechos. Por ahora sus esfuerzos están en demonizar al movimiento mapuche, captar apoyo para la represión indiscriminada y dotarse de los instrumentos jurídicos y políticos, mucho de ellos fascistas, para afrontar al pueblo mapuche.

 

¿Considerando la diversidad de posturas al interior del pueblo mapuche, cuál cree usted que son las partes reales en pugna hoy y los intereses que están defendiendo en el llamado conflicto mapuche? ¿Cree que puede haber una salida en que los intereses de todas las partes en pugna sean satisfechos total o parcialmente? ¿Cuál es a su juicio una salida realista y política a la situación que hoy se vive en el Wallmapu?

Efectivamente existe una diversidad de posturas al interior del pueblo mapuche, lo cual es normal y legítimo que así suceda, eso sí lo que nosotros definimos y agrupamos como activas reciben la denominación de Movimiento Mapuche autónomo. Nosotros somos una expresión más dentro de este abanico de posiciones. Ahora bien, hay que diferenciar entre las expresiones que sí tienen un constructo ideológico y político como para levantar una propuesta y/o un proyecto de lucha y las diversas otras expresiones autodenominadas autónomas que aún no están bien definidas. También es evidente que en el último tiempo estas expresiones han aparecido con mayor fuerza y más radicalizadas, pero que deben entrar también al debate, a la construcción ideológica.


Nosotros creemos que a estas alturas sería bueno sacar una radiografía lo más asertiva posible del movimiento mapuche en la que vaya quedando más claro cuáles son los verdaderos planteamientos y líneas de acción de cada agrupación, esto en aras para una mejor comprensión y definiciones creando así las condiciones de un debate interno al interior de nuestro pueblo que favorezca el proceso de lucha.


Por ahora, nosotros identificamos algunos referentes que se han posicionado en el ámbito del quehacer político Mapuche, más claramente los que tienen su postura frente al Estado y la forma en cómo se relacionan con el poder, situación que los hace elaborar ciertas propuestas y ámbitos de acción; se debe reconocer que solo algunas expresiones han sido abiertas y públicas en sus propuestas respecto a una salida realista y política para la actual situación.


A mi juicio en el corto plazo no veo una salida realista y política a la situación que se vive hoy en el Wallmapu. Aquí hay un problema estructural con fuertes intereses económicos territoriales. Es una confrontación entre nuestro Pueblo Nación y un Estado Capitalista. Entonces, al observar las últimas iniciativas de parte de este gobierno, estamos nuevamente en presencia de líneas absolutamente desacertadas, que de seguro no son por desconocimiento, sino que orientadas e intencionadas en volver a engañar a nuestro pueblo y a su vez a la ciudadanía que también clama por justicia para los mapuche.


No solo se persiste en las “soluciones” cortoplacistas en el marco de la integración forzada, sino que se reinstalan con este gobierno de derecha medidas que buscan claramente generar el aniquilamiento de nuestra identidad y cultura mapuche, en correlato con políticas que favorecen procesos de inversión capitalista en zonas mapuche. Así entendemos la porfía de reinstalar la represión indiscriminada y masiva a nuestro pueblo, y la serie de engaños ya enunciados ampliamente.


Por tanto, como no existe la voluntad de parte del Estado de resolver los temas de fondo que para nosotros son de territorialidad y autonomía para la nación mapuche, a nuestra expresión y organización no nos queda más que seguir en la senda de la resistencia y en el quehacer político ideológico para lograr la acumulación de fuerzas necesarias y así instalar las bases para la liberación, siempre sustentado a nuestros derechos históricos y políticos que son finalmente territoriales. Estamos y vamos por la reconstrucción Nacional Mapuche y por la Liberación definitiva de las estructuras de dominación, razón por la cual prevemos un largo proceso de lucha, la que por cierto debe ser eminentemente política y estratégica, cuidando lo que más se puede aspectos centrales de nuestra propuesta autonomista, anticapitalista y revolucionaria, siendo también una tarea cuidar los contenidos de las propuestas, esfuerzo que debe ser en conjunto con las demás fuerzas que están por la reconstrucción nacional.


Sinceramente, creemos que cuando nuestro pueblo haya recuperado suficiente territorio y tengamos la fuerza necesaria para su defensa, se darán las condiciones para una mayor tratativa con el Estado y este será en el terreno político.

 

¿De qué manera la huelga de hambre en que usted y sus compañeros están empeñados aporta a la solución del conflicto?

La verdad es que las huelgas de hambre en las que nos hemos involucrado como CAM no buscan precisamente la solución del conflicto, éstas más bien obedecen a denunciar situaciones extremadamente graves en cuanto a la violación de nuestros derechos como presos políticos y que se refieren a lo injusto de estos procesos, a las irregularidades y a las persecución de que hemos sido objeto permanentemente por parte del estado representado hoy por el gobierno de turno.


En los hechos, es en los procesos en contra de los militantes de la CAM es donde más se refleja la saña en que se persigue a los mapuche. Actualmente somos la expresión más concreta de persecución a la causa mapuche. Persecución que es política y que en ocasiones escapa a los límites conocidos en materia de respeto a los DDHH.


Solo para graficar un poco, podemos enunciar que fuimos procesados y condenados con la utilización de la Ley Antiterrorista, fuimos objeto de doble procesamiento, violación del principio NON BIS IN IDEM. Seguimos bajo la amenaza de nuevos procesamientos, con la obsesiva intención de vincularnos a “ciertos hechos”, lo que nos arroja la probabilidad de montajes y/o operaciones de inteligencia para el efecto. En este preciso momento soy objeto de un traslado ilegal, forzado a otro recinto penal para aislarme de las comunidades y sectores que solidarizan con nuestra situación carcelaria. Existe la idea del castigo, por ser sostenedor de las ideas y planteamientos de nuestra organización y cada vez que el conflicto se agudiza determinan medidas que a nuestro juicio son claramente una forma de persecución política. El aislamiento, la separación, la restricción de visitas, el monitoreo constante, los castigos, son expresiones de persecución política impuesta por el Estado. En definitiva, es la suma de las irregularidades y vulneración de mis derechos, lo que ha obligado a permanecer constantemente en largos periodos de huelga de hambre, es mi forma de seguir luchando desde las cárceles del estado chileno. Ahora bien, también se debe entender que las huelgas de hambre se inscriben en lo que al proceso se refiere, ya que siempre se están vinculadas con las luchas de las comunidades y por los derechos políticos y territoriales de nuestro pueblo.

 

¿Por qué la CAM es perseguida política y judicialmente?

Bueno, es por nuestros planteamientos políticos e ideológicos, lo que, como ya hemos dicho, están claramente plasmados en el proyecto político y estratégico, el cual fue elaborado hace ya 14 años y en el no solo se da contenido del proceso, sus argumentos, las definiciones, sino que explica lo que se iba a desarrollar. Ahora bien, remitirse a ese documento y su análisis dan una explicación de la postura de la CAM, de sus líneas de acción, y es más, da cuenta de los principios que inspira a su militancia.


Hay aquí ideas fuerza, matrices que como variables estratégicas son aplicables para la expresión de lucha política e ideológica de la cual lo que más se desprende es la definición anticapitalista del quehacer y la organización para luchar por los derechos históricos de nuestro pueblo.


Pero es bueno aclarar, que de todas las expresiones de la CAM, las cuales también son transversales al movimiento mapuche, pareciera que el sello CAM son las acciones de resistencia, es cierto que está en el imaginario de la gente común que la CAM solo hace resistencia de esta forma, lo cual no es así. De hecho, ha sido el Estado con su discurso oficial y los medios de prensa al servicio del poder quienes han instalado esta ida y percepción. Más aun cuando también se ha instalado la criminalización con este sentido, presentándonos como delincuentes y terroristas.


Pero nosotros, hemos sido enfáticos y hoy volvemos a reafirmar que a nuestra organización, a su expresión política ideológica se le persigue por su práctica política y su consecuencia con los lineamientos autonomistas y revolucionarios, y esto se refleja más fielmente en la lucha por el territorio y la autonomía en concreto, en la cotidianeidad y en la coherencia. Es en definitiva, por la propuesta y puesta en práctica del CONTROL TERRITORIAL que somos perseguidos, intentos de desarticulación, campañas sucias y/o montajes.


Es por el control territorial que somos definidos de enemigos internos del estado capitalista, es por la disputa territorial al capital nacional y transnacional, es porque efectivamente hemos estado presentes y contribuyendo, sosteniendo recuperaciones de territorio a los empresarios forestales que cuando pasan a manos mapuche se vuelve práctica el Control Territorial para reconstruir nuestro mundo, autoafirmación, identidad, dignidad, valores y cultura propia, las bases para la reconstrucción Nacional Mapuche y para asentar las verdaderas bases para una propuesta de liberación nacional.

 

Opiniones sobre los distintos encuentros, mesas de diálogo y cumbres indígenas. ¿Existe representación del movimiento mapuche en lucha?

De estas instancias hemos sabido demasiado en el contexto de la confrontación entre nuestro pueblo nación mapuche y el estado chileno, y la verdad es que son mucho de artificiales y circo para la opinión pública en general, ya que cada vez que el conflicto se agudiza existe un clamor por el “diálogo” y la “búsqueda de soluciones”, son muchos sectores que así lo demandan, sobre todo desde el exterior que pareciera que en el último tiempo han tomado fuerte consecuencia y un rol protagónico con lo que sucede en este país. Bajo estas premisas, obviamente el gobierno busca crear la imagen de apertura y de estar dispuesto a dialogar, pero si se observa bien los hechos, muchas veces estas instancias son puro show mediático y bajo circunstancias que mueven a risa y perplejidad porque no hay capacidad resolutiva, ni voluntad política y finalmente todo queda en nada.


Además, como se puede dialogar si el Estado y sus representaciones están prácticamente con la pistola en la mesa y desafiante e imponiendo reglas, en un contexto de gendarmes y /o carceleros, imponiendo condiciones a los “interlocutores válidos”, cuando a su vez tienen militarizado el Wallmapu, sitiadas comunidades y con la marcha de nuevas campañas represivas. Es por esta razón que creemos que no se puede conversar ni menos llegar a algún tipo de acuerdos. No están dadas las condiciones, aún no.


Lamentamos que en el presente escenario aún persistan los oportunistas de siempre y uno que otro aparecido, quienes sin tener los fueros y la inserción en los verdaderos procesos de lucha pretendan validarse como interlocutores del movimiento mapuche, haciéndole el juego al gobierno de turno y al empresariado comprometido con el conflicto.


Desde nuestra parte, hacemos el llamado a los distintos sectores comprometidos con la lucha territorial y política de la nación mapuche a continuar con el proceso, de forma consecuente y unitaria, la concatenación de esfuerzos en materia de nuestros históricos derechos permitirá acumular fuerzas para el logro definitivo de la autonomía y territorio para nuestro pueblo nación.

 

JUAN JORGE FAUNDES

 

PUNTO FINAL, EDICIÓN Nº 775, ENERO-MARZO, 2013

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