La última manifestación estudiantil convocada en Chile en 2012 devino en detenciones y enfrentamientos con las fuerzas especiales de Carabineros, que con carros lanza-agua y gases lacrimógenos dispersaron la concentración desde su inicio.
Los jóvenes se dieron cita ayer al mediodía en la plaza Los Héroes, convocados a través de las redes sociales, para concluir el año con llamados a las autoridades para promover una educación pública, gratuita y de calidad.
En declaraciones a Prensa Latina minutos antes de que fuera dispersada la concentración, el presidente de la Federación de Estudiantes del Instituto Nacional, Tristán Zamora, consideró que la manifestación sería una muestra de lo que está por venir en 2013, año en “que no habrá receso para nuestras demandas”.
De acuerdo con el joven, el próximo año los estudiantes vendrán con todo, en particular luego de que a fines de 2012 salieran a flote los principales problemas de la educación, entre ellos el lucro, puesto de manifiesto en el escándalo de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
Como consecuencia de este caso, el exdirector de la CNA y dos exrectores guardan prisión preventiva por negocios lucrativos en el proceso de certificación de universidades, trámite necesario para que las casas de estudio puedan recibir fondos públicos y en general poder funcionar.
“Nosotros vamos a seguir en la calle, no vamos a dejar 2013 como un año de descanso, vamos a salir a las calles a defender a la educación pública, para que lo escuchen bien los candidatos presidenciales de las próximas elecciones”, enfatizó el dirigente estudiantil.
Una andanada de bombas de gases lacrimógenos lanzadas por la policía de Carabineros cayó sobre la plaza Los Héroes y dispersó la manifestación, que no tenía el visto bueno de las autoridades.
Los jóvenes se disgregaron por arterias secundarias, pero volvieron a agruparse hasta buscar refugio en la Universidad de Santiago, a pocas cuadras del lugar donde se habían dado cita.
Con piedras, palos y cuanto objeto encontraron a su paso, se enfrentaron a las fuerzas antimotines, los carros lanza-agua y los llamados zorrillos, pequeños vehículos blindados que disparan gases lacrimógenos.
Los encontronazos generaron un caos vehicular en el sector sur de la Alameda, donde muchas personas que se encontraban en el lugar, sin tener relación alguna con la manifestación, fueron alcanzadas por los gases y chorros de agua.