Los peores temores de las empresas estadounidenses especializadas en la producción de petróleo “de esquisto” (fracking) parecen estar cumpliéndose. Weatherford, uno de los principales proveedores de servicios de perforación de pozos, se prepara para declararse en bancarrota, pese a que en febrero la producción de esquisto en EE.UU. batió récord al superar 12 millones de barriles diarios.
El «boom» en la extracción de este tipo de crudo mediante la fractura de la corteza terrestre estaba camuflando los continuos problemas de un gran número de empresas pequeñas que trabajan en la industria y que podrían caer en una oleada de quiebras, informó la agencia Bloomberg.
Según el periódico WSJ, para apoyar los altos índices de extracción tendrán que perforar cada vez más pozos, lo que sin duda requiere gastos colosales. Esta es la causa por la que una ola de bancarrotas azotará próximamente las empresas estadounidenses del sector.
Varias premisas apuntan al desarrollo de ese escenario y ya pueden observarse en la industria, destaca la periodista Natalia Dembínskaya en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
La semana pasada Weatherford comunicó estar preparándose para declararse en quiebra. Por su parte, las empresas Halcon Resources y Alta Mesa Resources plantearon dudas acerca de su capacidad de mantenerse a flote. Mientras tanto, los bonos de California Resources estaban vendiéndose a un rendimiento «propio de los llamados valores de basura», según la autora. Es decir 10 puntos porcentuales por encima del rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU.
«Estas empresas sumergidas en una crisis revelan otra cara del ‘boom estadounidense’. Los altos costos en conjunto con los balances contables pobres de los productores estadounidenses no atraen la atención de los inversores que tienden a perseguir beneficios, en lugar de invertir mayores recursos en la expansión de la extracción de petróleo de esquisto», escribió la agencia Bloomberg.
Inversores «pierden apetito» por industria de esquisto de EE.UU.
Todas las esperanzas que se pusieron en la industria estaban relacionadas con el alza de los precios del petróleo. Desde diciembre los marcadores WTI y Brent se encarecieron 40% hasta alcanzar 60 y 70 dólares por barril, respectivamente.
«Tras ver los precios de 60 o 70 dólares muchas personas asumen que todo va bien. Pero considero que 2019 será más rico en bancarrotas que 2018», aseveró Spencer Cutter, analista de Bloomberg Intelligence.
Los daños causados por la crisis a la industria de EE.UU. alcanzaron su máximo en 2016 cuando 142 empresas acumularon una deuda por valor de 70 mil 300 millones de dólares, según los datos recogidos por la empresa Haynes and Boone.
En 2019 solo la bancarrota de Weatherford agregará 8.000 millones de dólares al volumen conjunto de la deuda corporativa. Será el mayor naufragio de los que se han producido en la industria de EE.UU. en los últimos cuatro años, informó Bloomberg.
«Los analistas señalan que la industria de esquisto de EE.UU. no logró justificar sus esperanzas. De acuerdo con la empresa Evercore ISI, los gastos de las empresas energéticas superaron sus ingresos en 280.000 millones de dólares durante la última década», señaló el reporte de Sputnik.
Además, la autora recuerda que los ingresos obtenidos de la venta de la cuarta parte de petróleo de esquisto extraído en EE.UU. se utilizan por completo para pagar intereses de la deuda corporativa que en la última década ha alcanzado al menos 300 mil millones de dólares, reportó el periódico Financial Times.
Fracking agota los pozos
Durante años las empresas estadounidenses han ensayado distintos métodos de perforación. El geólogo David Hughes remarcó al portal Oil Price que el desarrollo de nuevos métodos disminuyó los costos y aumentó la eficacia de los pozos, sin embargo, no ayudó a incrementar la extracción de petróleo. En otras palabras, la perforación más agresiva aumenta la producción solo en la fase inicial y finalmente agota los recursos de un pozo de una manera más rápida.
«Es un error creer que la producción de petróleo de esquisto pueda crecer siempre gracias a la mejora de las tecnologías de extracción. Finalmente es la geología la que determina (…) el volumen de recursos que puede extraerse de los pozos», concluyó el científico.