Noviembre 10, 2024

España: holgado triunfo del PSOE y derrumbe del PP

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su líder, Pedro Sánchez, cosecharon este domingo una victoria sin paliativos en las elecciones generales, al obtener 123 diputados, con un respaldo de casi 7 millones 500 mil ciudadanos. Además, el llamado bloque de izquierdas venció holgadamente al bloque de la derecha, con lo que se abren varias posibilidades para tejer alianzas de gobierno y buscar la relección de Sánchez como presidente del gobierno.

 

Hemos demostrado a Europa y al mundo que se puede ganar a la reacción y al totalitarismo, dijo un eufórico líder socialista, quien se comprometió a luchar contra la desigualdad y la injusticia.

 

La contraparte de la noche electoral fue el derechista Partido Popular (PP), que obtuvo el peor resultado de su historia, al sumar únicamente 66 diputados –71 menos que en 2016–, con lo que su líder, Pablo Casado, se convirtió en el gran derrotado de los comicios. Los números reflejan el revés del PP: en sólo tres años perdió más de 3 millones 600 mil votantes y pasó de representar 33 por ciento del electorado a únicamente 16.7 por ciento.

 

Las elecciones generales españolas confirmaron que el Congreso de los Diputados estará fragmentado en cinco grandes partidos los próximos cuatro años y el bloque de la izquierda o progresista arrolló al conservador. Una de las claves fue la alta participación, que superó 75.75 por ciento, es decir, que de los 36 millones 800 mil ciudadanos convocados a las urnas acudieron a votar unos 28 millones.

 

Con 99.63 por ciento de los votos escrutados, el PSOE obtiene 123 diputados; el PP, 66; la formación Ciudadanos (Cs), 57; Unidos Podemos (UP), 42; y la emergente de extrema derecha Vox, 24. Para completar las 350 curules del Congreso están las formaciones autonómicas o nacionalistas: 15 de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC); siete de Junts per Catalunya (JxCat); seis del Partido Nacionalista Vasco (PNV); EH-Bildu, cuatro; Coalición Canaria (CC), dos; Navarra Suma, dos, y Compromís, uno; y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), uno.

 

La otra gran victoria del PSOE fue que recuperó el control del Senado, que en las legislaturas recientes había estado dominado con mayoría absoluta por el PP. En esta ocasión el PSOE será el grupo mayoritario, con 123 senadores; le seguirá el PP, con 55 (en 2016 obtuvo 130); ERC (10); PNV (nueve); Cs (tres); Navarra Suma (tres); JxCat (dos); CC (uno); EH-Bildu (uno) y Agrupación Socialista Gomera (uno).

 

Esta cita electoral se presentó como la pugna entre los dos grandes bloques, en el que la izquierda ganó con creces, al sumar en conjunto entre los socialistas y UP 165 diputados, lo que representa el apoyo de más de 11 millones 100 mil personas. Mientras el bloque conservador o trifachita, como se le denominó peyorativamente, sumó entre los tres partidos 147 escaños, pero que supone en realidad una cifra similar de 11 millones 100 mil personas.

 

Con estos resultados, el único que podría buscar la formación de un nuevo gobierno sería el socialista Pedro Sánchez, que ya tiene el compromiso de UP de apoyar un futuro gobierno de coalición, y aunque no alcanzan la mayoría absoluta, que está en 176 diputados, sí superarían una eventual investidura en segunda votación por mayoría simple.

 

El líder socialista salió al balcón de la sede su partido, donde lo esperaban miles que coreaban su nombre y recuperaban el grito de la resistencia antifascista del ¡No pasarán! para recordar que le cerraron el paso a la extrema derecha.

 

Sánchez afirmó eufórico: El PSOE ha ganado las elecciones generales. Y con ello ha ganado el futuro y ha perdido el pasado. Hay que reivindicar la democracia y la defensa que ha hecho el conjunto del país en defensa de los derechos y las libertades que hemos conseguido juntos estos años. No queremos la involución, la reacción, el retroceso, queremos un país que avance y mire al futuro. También hemos mandado un mensaje nítido a Europa y al mundo, de que se puede ganar a la reacción y al autoritarismo. Hemos ganado las elecciones y vamos a ganar España.

 

Cuando la multitud le gritaba que Con Rivera no, en alusión a que no se plantee hacer un pacto de gobierno con el líder de Cs, el mandatario español respondió con un enigmático: Nosotros no vamos a imponer cordones sanitarios a nadie mientras respete la Constitución.

 

 

La imagen de la derrota y la desolación estaba en la sede central del PP, donde no había ningún seguidor, el escenario montado para celebrar estaba vacío. Ahí compareció Pablo Casado, el joven nuevo líder del PP que sustituyó hace menos de un año al ex presidente Mariano Rajoy, quien fue a su vez defenestrado por el socialista Sánchez tras una histórica moción de censura impulsada por los numerosos y graves casos de corrupción en la derecha.

 

Casado felicitó a su rival y reconoció que el resultado ha sido muy malo. Al PP le gusta ganar y ganar siempre. Llevamos varias elecciones que estamos perdiendo nuestro apoyo electoral y nos vamos a poner a trabajar desde ahora para recuperar ese apoyo y el espacio del centro-derecha, que al fragmentarse difícilmente se convierte en una opción ganadora.

 

Insistió en que la clave fue la división en el seno del voto de la derecha e insistió en que trabajará en el futuro por una eventual coalición o alianza, se supone que con Vox y Cs.

 

En la sede de Ciudadanos se celebró la jornada electoral como una victoria parcial, una vez que la formación incrementó 80 por ciento sus apoyos, al pasar de 32 a 57 diputados y convertirse en la tercera fuerza, superando a UP.

 

Su líder, Albert Rivera, se mostró eufórico, aunque reconoció que hay una mala noticia y es que Sánchez e Iglesias van a formar gobierno con los nacionalistas. Pero la buena noticia es que hay un proyecto ganador, que sí que cree en España y sí tiene futuro. Ciudadanos se erige en la esperanza y el futuro de España. Vamos a hacer una oposición leal a la Constitución, a la economía de mercado, a la Unión Europea. Les prometo que más pronto que tarde vamos a gobernar España.

 

En la sede de UP había caras largas. Perdió más de un millón 400 mil votantes y pasó de tener 75 diputados a sólo 42. La lectura de su dirigente, Pablo Iglesias, fue que el peso parlamentario del bloque progresista supera al bloque de las tres derechas. Nos hubiera gustado un mejor resultado, pero es un resultado suficiente para cumplir los dos objetivos: frenar a la derecha y construir un gobierno de coalición de izquierdas. Ahora toca desempeñarnos con mucha discreción y cumpliremos el mandato de trabajar para que haya un gobierno de coalición de izquierda.

 

El líder de Vox, Santiago Abascal, compareció triunfalista, al recordar que su formación pasó en sólo tres años de 40 mil a más de 2 millones 600 mil votantes. Y afirmó: Esto es sólo el principio. A partir de ahora nos va a tocar luchar para iniciar una reconquista. Y le podemos decir a toda España que Vox ha venido para quedarse. Hoy es un momento también de preocupación, porque no ha sido posible expulsar al frente popular. España hoy está peor que ayer, pero eso significa que Vox es más necesaria y ya está dentro del Congreso.

 

En la sede de Barcelona de ERC hubo celebración por todo lo alto el triunfo electoral de la formación soberanista de izquierda, al convertirse por primera vez en el más votado en Cataluña en unas elecciones generales.

 

El líder del PNV, Andoni Ortuzar, advirtió que Euskadi es nacionalista y ha votado nacionalista en un tono propositivo y constructivo. Aquí una vez más se ha visto de manera latente que la ciudadanía vasca no votó a la ultraderecha reaccionaria, que ha tenido un respaldo nulo y eso nos satisface y nos lo tomamos como una victoria.

 

En EH-Bildu, su líder, Arnaldo Otegi, celebró la noche electoral como una gran victoria, ya que pasó de tener dos a cuatro diputados y se convirtió en la formación política que más creció en el País Vasco. Aseveró: estamos aquí para decir adiós a Pablito Casado y adiós al trifachito. No han podido y jamás podrán con nosotros. En el Estado español siempre hay una deriva autoritaria que intenta imponerse y hoy no ha podido. Pero no ha desaparecido y nosotros le seguiremos haciendo frente en el futuro.

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