Tras dos días de intenso debate, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CP-TPP), acuerdo que plantea un mercado de 498 millones de personas, esto es, el 13,3% de la economía mundial.
Discurso a discurso se plasmó la polaridad de las posturas. La mayor parte de la oposición se manifestó en contra del acuerdo, estimándolo negativo para los intereses chilenos en materia laboral, medioambiental y agrícola, entre otros, y con una fuerte crítica a la asociación con Brunei y sus leyes contrarias a los derechos humanos.
El oficialismo, en tanto, defendió el tratado, al considerarlo beneficioso para el desarrollo exportador de Chile, con tasas cero o rebajadas para miles de productos nacionales en países donde hoy están limitadas y por constituir un elemento que favorece el crecimiento y la generación de empleo.
Un grupo intermedio lo representaron legisladores opositores que, si bien coincidieron con su sector en algunos de los inconvenientes visualizados en torno a este acuerdo, estimaron relevante apoyar una propuesta impulsada por la expresidenta Michelle Bachelet, firmada en Santiago en los últimos días de su mandato (8 de marzo de 2018).
En este contexto, la votación del acuerdo (boletín 12195) concitó 77 votos favorables y 68 negativos, junto con dos abstenciones, margen que permitió su paso a segundo trámite al Senado.
Datos del tratado
El proyecto aprobatorio ingresó a trámite legislativo a principios de noviembre de 2018 e inicio su debate en la Sala el pasado 20 de marzo, con la exposición de los informes de las cuatro comisiones que lo analizaron (dos con informes favorables y dos negativos). Luego, se reactivó en la jornada de ayer y concluyó hoy su paso por la Cámara con la votación y despacho.
El acuerdo supone una macrozona comercial con un PIB de 10,6 billones de dólares y un 14,7% de la inversión y un 15,5% de las exportaciones globales. El intercambio comercial de los once países comprometidos en el CP-TPP, en tanto, alcanzó a 4,8 billones de dólares en el año 2016, lo que representa un 15% del intercambio mundial.
Conforme a lo indicado por el Ejecutivo, se espera que el nuevo acuerdo otorgue mejores oportunidades para la exportación de servicios y de más tres mil productos hoy excluidos o limitados en acuerdos bilaterales, particularmente con países como Japón, Vietnam, Malasia, Canadá y México.
Al mismo tiempo, se proyecta que genere condiciones para una mayor participación de las pequeñas y medianas empresas chilenas en las cadenas globales de valor; incremente los flujos de inversión; y favorezca la diversificación de nuestra matriz productiva y exportadora.
El CP-TPP tiene su referencia inmediata en el Tratado Transpacífico (TPP), suscrito el 4 de febrero de 2016, del cual desistió Estados Unido y que motivó a una nueva negociación que culminó con la firma de un nuevo acuerdo entre Australia, Brunéi, Canadá, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Chile, Singapur, Perú, Vietnam y México.
En su denominación se sumaron las expresiones “integral” y “progresista”, como una forma de dar cuenta de un instrumento comercial que no solo tiene por objeto la reducción de aranceles, sino que también abarcar compromisos que salvaguarden y aseguren altos estándares laborales y medioambientales para la región del Asia-Pacífico.
En esa misma línea, el CPTPP contempla además materias que tradicionalmente no habían sido abarcadas en profundidad en previos acuerdos comerciales, tales como “Pequeñas y Medianas Empresas” “Empresas del Estado y monopolios designados”, “Competencia”, “Coherencia regulatoria”, “Transparencia y Anticorrupción”, “Comercio Electrónico”, entre otras.