El Salar de Yungay, en pleno desierto de Atacama, es catalogado por científicos como uno de los sitios más similares a Marte en la Tierra por sus condiciones de aridez, sequedad y extrema radiación solar.
Caminar por los descampados de Yungay, a unos 80 kilómetros de Antofagasta y en medio del desierto más árido del mundo, es como estar en una película de ciencia ficción.
En el suelo los zapatos de los visitantes colisionan con minerales presentes antes de las primeras construcciones chilenas y, en el cielo, la radiación ultravioleta azota como en ningún lugar del mundo.
Pese a las condiciones extremas, conviven microorganismos y la mínima humedad permite ver los astros con nitidez durante las noches.
Es el lugar predilecto para el estudio de la astrobiología. La estructura de las rocas, el suelo, las sales, la alta radiación y la sequía extrema del lugar hacen pensar que Yungay es uno de los sitios propicios para el estudio de otros planetas
, aseguró Bernardita Valenzuela, del Laboratorio de Microorganismos Extremófilos de la Universidad de Antofagasta.
Es considerado uno de los siete lugares análogos a Marte y desde hace 30 años la comunidad científica internacional utiliza ese sitio para realizar estudios.
Esas características son muy atractivas para investigadores que buscan indicios de vida en otros planetas
, precisó Valenzuela.
Añadió que en Marte, en algún momento, existieron grandes masas de agua que se fueron acabando y dejaron salares vestigiales.
“Si se logra identificar organismos vivos o moléculas de organismos de hace mucho tiempo en los salares de Atacama, se pueden configurar todos los equipos para poder detectarlos en otros lugares.
Cuando haces un estudio de microbiología, hallas organismos alojados en las rocas de sal
, explicó.
Sostuvo que esas rocas son capaces de absorber humedad desde el aire y la incorporan en su interior y la dejan disponible para que habiten los extremófilos, organismos que viven en condiciones extremas.
De esa forma los organismos están protegidos del Sol, además de tener agua, lo que ayuda a estudiar los indicios de vida.