Una multitudinaria marcha para exigir unidad, producción y trabajo
, ocupó la avenida 9 de Julio, pasó por el Congreso, donde dirigentes entregaron un proyecto de emergencia alimentaria y apoyos para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que desaparecen día tras día, y llegó hasta el Obelisco, en medio de fuerte indignación por la falta de respuestas gubernamentales con un reclamo para la dirección de la Confederación General del Trabajo (CGT): convocar a un paro, ya
.
En tanto, sectores más radicalizados y movimientos sociales protestaron afuera del Ministerio de Desarrollo Social, donde se reportaron incidentes cuando policías golpearon y detuvieron a una mujer de edad avanzada que esperaba sentada la marcha, al no poder desplazarse por sus propios medios.
La policía disparó balas de goma y lanzó gas lacrimógeno a quienes intentaron ayudarla, provocando un ambiente de tensión que perduraba hasta la noche de este jueves con la llegada de una cantidad mayor de oficiales armados como para una guerra.
En esta marcha participaban los grupos sociales más golpeados, a los que no alcanza para nada el subsidio que está en 6 o 7 mil pesos, cuando la canasta básica aumentó en estos días a casi 30 mil. Los nuevos índices de pobreza entregados por el Instituto de Políticas Públicas demostró que ésta superó 35.7 por ciento, y la indigencia se disparó a cifras superiores a las de 2001 al llegar casi a 8 por ciento.
Esto muestra la grave crisis social y económica que afecta al país en un año electoral, y en momentos en que la figura de Mauricio Macri ha caído a sus números más bajos, pero no quiere dar espacio a otros candidatos de la Alianza Cambiemos, lo cual está creando dificultades internas.
La marcha fue convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la CGT, cuyos dirigentes fueron duramente criticados en el acto donde se impuso debatir un paro general en el corto plazo. También participaron sindicatos industriales, gremios independientes y por primera vez los empresarios, no sólo de las Pymes, que están al borde de la quiebra.
Los dirigentes de la CGT se fueron rápido, mientras la multitud continuaba en la protesta, una de las más fuertes por las duras consignas y las denuncias de que la población no resiste más.
También hubo consignas contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien fue a pedir perdón al FMI por no haber hecho las cosas bien y a pedir un nuevo crédito de 10 mil millones de dólares, que según denunciaron los trabajadores serán destinados a pagar los intereses de una deuda que suma más de 200 mil millones de dólares, contraída desde que Macri llegó al gobierno, en diciembre de 2015.
La indignación creció al conocer un discurso de Macri en la provincia de Entre Ríos, donde dijo que si bien le apenaba que muchos no puedan llegar a fin de mes, este es el modelo correcto y no se va a modificar nada. En esta marcha, como en ninguna otra, se hizo evidente la emergencia que viven todos los sectores, la pérdida masiva de puestos de trabajo y el alarmante crecimiento de la indigencia. Estamos aquí por hambre, por falta de empleo y porque están entregando el país
, gritaban algunos manifestantes de la industria textil, una de las más castigadas.
La CGT se comprometió a leer el documento sobre la realidad de la industria, las pequeñas y medianas empresas, la producción y el empleo en todo el país
, y ofreció debatir sobre el paro general que multitud de trabajadores exigieron a gritos.