Noviembre 24, 2024

Amigos de la Tierra y Greenpeace llevan a Shell ante los tribunales por su contribución al cambio climático

 

La organización ecologista Amigos de la Tierra ha demandado a la empresa de hidrocarburos Shell para obligar a la compañía a abandonar las actividades que perjudican el clima. La organización ecologista se ha presentado en la sede de Shell en La Haya para entregar la citación judicial e iniciar el proceso legal contra la misma por su inacción ante el cambio climático, en nombre de más de 30.000 personas de 70 países.

 

 

La campaña de Amigos de la Tierra para sentar a Shell en el banquillo de los acusados se inició hace un año, cuando avisó a la multinacional de sus intenciones y le exigió medidas para poner fin a la destrucción climática que estaba ocasionando con su actividad empresarial. Sin embargo, Shell hizo caso omiso a estas demandas. “Los directores de Shell aún no quieren decirle adiós al petróleo y al gas; arrastrarían al mundo a un colapso antes de renunciar a sus operaciones. Ahora la justicia puede evitarlo”, ha señalado Donald Pols, director de Amigos de la Tierra Países Bajos.

 

En la citación judicial se detallan los motivos por los que se demanda a Shell. Amigos de la Tierra y el resto de organizaciones querellantes, entre ellas la sección de Greenpeace en Países Bajos, argumentan que la compañía es consciente desde hace tiempo del cambio climático así como del rol que ha desempeñado a la hora de provocarlo. En Países Bajos, la ciudadanía, incluidas las empresas, tiene el deber legal de no causar daños innecesarios de forma consciente si se pueden tomar medidas preventivas de forma razonable para evitar los daños, lo que jurídicamente se conoce como “negligencia perjudicial”.

 

Las organizaciones ecologistas consideran que Shell sigue sin actuar pese a haber reconocido la contribución de la industria de los combustibles fósiles al calentamiento global, y aseguran que continúa presionando en contra de las medidas que favorecen al clima y el interés general, e invirtiendo miles de millones en la extracción de petróleo y gas.

 

En el documento aportado en la demanda se afirma que los objetivos climáticos de Shell no solo no garantizan ninguna reducción de las emisiones, sino que sus actividades contribuirían a traspasar el umbral de 1,5ºC. En este sentido, los demandantes sostienen que Shell está violando su deber de proteger los derechos humanos al socavar las oportunidades de mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C. Los demandantes consideran que Shell viola los artículos 2 y 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos: el derecho a la vida y el derecho a la vida privada y familiar.

 

“Si esta demanda llegase a buen término, sería la primera vez que una de las multinacionales más grandes del mundo se vería obligada a modificar sus operaciones empresariales”, ha afirmado Roger Cox, quien se encarga de esta demanda contra Shell

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