“La invitación para ver el concierto de Paul MacCartney en el Estadio Nacional, hecha por el Presidente a todos los ministros y ministras, es del jefe, la paga el jefe, y no el Ministerio del Deporte como alguien creyó en un principio”.
Este es el meollo de la aclaración hecha por la Ministra Secretaria General de Gobierno, el día 15 de marzo, acerca del “importante” problema resuelto por la Presidencia.
Ahora las ministras y ministros podrán ir tranquilos al concierto, porque así no tendrán problemas con la Contraloría, que podría no aceptar el pago por parte de un ministerio para los otros ministerios, en primer lugar para la misma Ministra del Deporte y por cierto para el jefe.
Las ministras y los ministros invitados por el jefe se ahorrarán cerca de medio millón de pesos por asistir a la fiesta del nacional pagando de su bolsillo.
Aproximadamente una vigésima parte de lo que ganan como secretarios de Estado del jefe, al mes, lo que no es mucho. Algunos, como el Ministro de Planificación, han declarado, sin chistar, un fondito de $ 60.000 millones de pesos chilenos para partir.
Para el Jefe, esta vez con mayúscula, el costo de las entradas a ver y escuchar a Paul en patota, es un moco de pavo, que no se notará en sus bolsillos.
La gente que sabe de millones de dólares le adjudica al Jefe una fortuna de alrededor de 3 mil millones de dólares, una de las más grandes del mundo a nivel de Jefes de Estado y de gobiernos, reyes o presidentes o primeros ministros.
Calculada esa fortuna en pesos chilenos, y a un dólar bajo, de alrededor de $ 600, la fortuna del dadivoso Jefe, es de unos 1.800 millones de millones (diríamos unos 1.800 millones de billones en los EEUU).
Con eso pueden comprarse a Paul MacCarney, con orquesta y coro, para que toque y cante en casa de cada uno de los ministros y ministras, en Santiago o en la playa, de aquí a su eternidad. Y en las del Jefe, su señora e hijos, en Chiloé y en Caburga y en otros lares.
Es una invitación indecente en un país donde el sueldo básico es de $ 300.000, las pensiones muy inferiores a eso y el ingreso promedio de “las clases medias” es inferior a mil dólares al mes, y la gente vive endeudada, sin ir a ver ni en pintura a Paul, un grande de la música popular, que se verá manchado por esta invitación indecente del Jefe de la Ministra.