El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado hoy, viernes 15 de febrero, el final de la XII legislatura y la convocatoria de elecciones al Congreso y el Senado el próximo 28 de abril. Sánchez ha defendido su gestión de Gobierno en este tiempo: “Hace casi nueve meses, España sufría un Gobierno que estaba más pendiente de la justicia que de defender el interés general de los españoles”. El presidente ha subrayado las “convicciones progresistas” de un Gobierno de “izquierdas” que terminará su recorrido a finales de abril.
“España no tiene un minuto que perder”, ha defendido Sánchez a la hora de convocar elecciones “para continuar avanzando”. Inmediatamente después, ha explicado que ha informado a Felipe VI de la decisión. El presidente aspirará así a aumentar sus apoyos en unas elecciones a las que acude encabezando la intención de voto: “Es evidente que la derecha con sus tres partidos defienden una España en la que solo caben ellos”, ha anticipado en modo campaña electoral.
Acaba así la primera legislatura con alternancia de partidos en el poder, la legislatura que comenzó con Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría y ha terminado con el intento fallido de Pedro Sánchez y sus socios parlamentarios de Unidos Podemos, de lanzar unos presupuestos generales expansivos. Sánchez ha anticipado su argumentario de cara a la campaña electoral con la ponderación de tres ejes que, a su juicio, son el legado de su efímero Ejecutivo: la recuperación de la economía —y la creación de empleo—, la “reconstrucción del Estado de bienestar” —mediante medidas de lucha contra la desigualdad— y la regeneración democrática —Sánchez ha destacado la intervención política sobre RTVE y el “cumplimiento” de la ley de memoria histórica—.
Con el adelanto electoral, Sánchez intentará reforzar las posiciones de su grupo en el hemiciclo, donde su Gobierno ha contado con apenas 84 escaños. También aspirará a romper la mayoría del Partido Popular en el Senado, una mayoría que ha sido clave después de la moción de censura a Rajoy y que se ve comprometida por la estimación de voto del PP, que en 2016 obtuvo el 33% de los sufragios y puede caer hasta el 20%, según el barómetro del CIS y encuestas privadas como la de GAD3 para ABC.
La duodécima legislatura desde la restauración democrática quedó sellada después de que el Congreso tumbase la propuesta de presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez, defendida por María Jesús Montero, ministra de Hacienda. El presidente ha cargado en primer lugar contra la oposición conservadora por su deslealtad. Sánchez ha hecho un recuento de “lo bloqueado” y “lo paralizado” por la oposición, alejada de “los parámetros del sentido común” y del “interés general”.
El presidente ha cargado en la oposición el rechazo de los presupuestos “sociales” tumbados el pasado miércoles y el bloqueo leyes sobre eutanasia, la derogación de la ley mordaza, la protección a los desempleados, la sostenibilidad del sistema de pensiones, y otro puñado de medidas, a causa del “filibusterismo” de PP y Ciudadanos.
“Pese a que no haya presupuestos”, Sánchez ha querido garantizar la subida del poder adquisitivo de las pensiones y la subida salarial anunciada en estos ocho meses.