Jonathan Del Rosario, ministro de Seguridad, y Eric Estrada, director del Sistema Nacional de Fronteras (Senafront), confirmaron la sospechosa presencia de militares y medios aéreos estadounidenses en Panamá, cerca de la frontera con Colombia.
El ministro dijo a periodistas que varios helicópteros en maniobras cerca de la división con el vecino país, denunciados en redes sociales por organizaciones panameñas, corresponden a efectivos del Comando Sur de Estados Unidos, que de ''una manera muy amable se ha ofrecido a apoyarnos''.
Se trata, según Del Rosario, del traslado de materiales de la construcción para construir dos puestos binacionales en la frontera colombo-panameña, en una zona donde únicamente por esa vía es posible tal suministro, lo que permitiría hacer nuevos centros para la vigilancia del narcotráfico y las rutas migratorias ilegales.
Pero otra versión dio el director de Senafront, quien, según el diario Panamá América, en conferencia de prensa informó que es parte de las operaciones denominadas Darién Litf, cuya primera etapa se extiende del 4 hasta el 14 de enero y la segunda se inicia el 19 de febrero y debe finalizar el 2 de marzo.
Ambos coincidieron en referir lo del traslado de materiales a zonas intrincadas de la inhóspita selva de Darién, en cuyo corazón está la frontera entre Colombia y Panamá.
Comentarios diversos generó en redes sociales la presencia militar en una base aérea del extremo oriental del país, con enérgicas protestas de actores sociales y la exigencia de una explicación a las autoridades.
También fue usado por la derecha venezolana para crear un clima de inseguridad en la nación suramericana, al aseverar que supuestamente había movimientos masivos de tropas para una invasión al país bolivariano, argumento contrarrestado por líderes sociales panameños solidarios con el legítimo gobierno venezolano.
El presidente del país, Juan Carlos Varela, visitó sorpresivamente el pasado 4 de enero la sede de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur (Jiatf-S), en Key West, Florida, donde se entrevistó con los almirantes Craig Faller, jefe del Comando Sur, y Pat DeQuattro, director de Jiatf-S, además del secretario adjunto de Defensa, Sergio de la Peña.
Los ejercicios militares Nuevos Horizontes, en los cuales participó el ejército estadounidense junto a estamentos istmeños de seguridad, ocasionaron en enero del pasado año un revuelo por las condiciones de sumisión de las reglas aprobadas por el gobierno local para la presencia de los uniformados extranjeros.
Una 'condición equivalente a la que se otorga al personal diplomático de una Embajada', decía el supuesto documento firmado y revelado en partes por el diario Crítica, el cual incluyó que el Gobierno panameño eximió al estadounidense de cualquier demanda contra su personal durante la misión.
Aquellas maniobras el académico Marco Gandásegui las analizó en su artículo La invasión silenciosa de EE.UU. a Panamá, que en su opinión tenían la mira puesta en la preparación de un ataque a Venezuela, lo que rompería el Tratado de Neutralidad, a criterio del analista Julio Yau.