Uno de los intelectuales más respetados de Argentina, el periodista Osvaldo Bayer falleció el lunes en Buenos Aires a los 91 años de edad. Su activismo se centró en las luchas obreras y la represión de los trabajadores organizados, por lo que muchos de sus escritos marcaron un antes y un después en la interpretación de la historia de su país natal.
La noticia de su muerte fue confirmada por su hija Ana mediante la cuenta de Facebook del escritor: ‘‘Una noticia muy triste, falleció mi papá”. También lo hizo en italiano y alemán dados los vínculos que el autor de Los vengadores de la Patagonia trágica tuvo con Italia y Alemania, países donde pasó parte de su vida.
Es precisamente esa obra, su investigación sobre los hechos conocidos como la Patagonia trágica, una de las más difundidas, ya que develó la opresión encabezada por los sectores dominantes argentinos. Por trabajos como ese Bayer fue censurado, perseguido y amenazado. Debió exiliarse de su país y en el extranjero denunció la represión de Estado de la dictadura cívico-militar de los años 70 del siglo pasado.
Defensor de la ética y los derechos humanos
Al volver a Argentina en los 80, Bayer se mantuvo firme en sus convicciones. Acompañó cada reclamo obrero, campesino y de las comunidades originarias. La defensa de la ética y de los derechos humanos fueron su baluarte, por lo que su obra y ejemplo no pierden vigencia.
Medios de prensa del mundo destacan la impronta del escritor, historiador y dirigente sindical. ‘‘No había causa popular en la que no dijera presente. Columnista del diario argentino Página/12, es autor de libros imprescindibles, como la biografía de Severino di Giovanni, el idealista de la violencia, y su palabra seguirá vigente mientras exista la injusticia’’, resaltó su periódico.
Radio Francia Internacional (RFI Las Voces del Mundo) destacó que Bayer fue anarquista, pacifista a ultranza y defensor de las comunidades originarias y campesinas.
Osvaldo Bayer (1927-2018) se hizo conocido y detestado por la cúpula militar por ser el principal investigador de los sucesos ocurridos en la llamada Patagonia trágica, sobre la resistencia sindical anarquista de obreros y peones que terminó en una matanza entre 1920 y 1921, añade la publicación.
Escuchar y dar voz siempre a otros
El Diario de Cuyo lo calificó de una ‘‘figura emblemática del pensamiento latinoamericano’’ y el periódico El Litoral, al retomar unas declaraciones del periodista Germán Ferrari, aseguró: ‘‘La historia de Osvaldo Bayer es la historia de Argentina’’.
Una de las notas más sentidas publicadas el 25 de diciembre es la carta de su propio hijo Esteban Bayer con el título, Nuestro viejo, publicada en Página/12.
En ella destaca que su padre ‘‘sobre todo, esperaba poder juntarse con todos los anónimos que lucharon por creer en una justicia terrenal, por no haber claudicado, por no darse por vencidos. A esos anónimos que luchan todos los días. Sin aparecer en los diarios. A esos a los que el viejo siempre escuchó y les dio voz’’.
Además de la reivindicación de los derechos humanos otra lucha que se convirtió en una de las más emblemáticas del intelectual fue la de pedir el traslado del Monumento a Roca, ubicado sobre Diagonal Sur, calle del casco histórico de la ciudad de Buenos Aires que rinde homenaje al ex presidente argentino que comandó las matanzas de miles de comunidades indígenas en lo que la historia oficial conoce como La conquista del desierto.
Por esa lucha, el Concejo Deliberante del partido bonaerense de Rojas renombró en 2007 ‘‘Pueblos Originarios’’ a la ex calle Julio Argentino Roca.
Por causa de su estado de salud, Osvaldo Bayer asistió a la última movilización del 24 de marzo en silla de ruedas. Había tenido algunos accidentes domésticos y achaques debidos a su avanzada edad.