El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha empeñado convertir a México en antesala indefinida de la causa desesperada que hoy aqueja a miles de migrantes de Centroamérica que huyen de la violencia y la miseria.
Según reveló el diario The Washington Post, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, planea implementar éste polémico programa diseñado desde la Casa Blanca después que asuma el cargo el próximo sábado.
La decisión de poner en marcha el programa “Permanezca en México” ha sido presentado como un éxito de la administración Trump que –según la valoración de The Washington Post–, “ha superado la reticencia histórica de México para profundizar la cooperación con los Estados Unidos en un tema ampliamente considerado aquí como un problema (exclusivo) de Estados Unidos”.
"El presidente Trump ha desarrollado una fuerte relación con la administración entrante de López Obrador, y esperamos trabajar con ellos en una amplia gama de temas", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, en un comunicado enviado a The Washington Post.
Nada más difundirse los términos del supuesto acuerdo alcanzado entre la administración Trump y el gobierno electo de Andrés Manuel López Obrador, la oficina de la próxima Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, emitió un desmentido asegurando que México no ha aceptado convertirse en refugio permanente de quienes aspiran a conseguir asilo en EU:
“El futuro gobierno no considera en sus planes que México asuma la condición de tercer país seguro para la atención de los migrantes centroamericanos o de otros países que se encuentran en territorio de México, o para los que lo hagan en un futuro”, señaló el comunicado.
No obstante, para algunos analistas, el programa “Permanezca en México” es un plan que, por la vía de los hechos, convertiría a la República Mexicana en el “tercer país seguro” al que tanto se ha resistido. Precisamente, los equipos del próximo Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard y el Secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, se encargan de negociar los términos de un acuerdo aún por cerrar, pero que el próximo gobierno de López Obrador parece haber aceptado de principio.
La confección de este polémico plan bajo el nombre de “Permanezca en México”, que busca convertir a México en un centro de refugiados a la espera de conseguir asilo en EU, se ha desarrollado de forma paralela a las infructuosas negociaciones que la Casa Blanca ha mantenido con el gobierno de Enrique Peña Nieto para convertir a la República mexicana en un “tercer país seguro” o en un filtro de las peticiones de asilo de quienes migran desde países como El Salvador, Guatemala y Honduras.
La negativa de México, a una propuesta que lo desbordaría y convertiría a sus fronteras norte y sur en campamentos permanentes de refugiados, habría impulsado a crear este programa alterno bajo el sugestivo nombre de “Permanezca en México”.
El gobierno mexicano ha insistido en su negativa al estatus de “tercer país seguro” ante la falta de capacidades para hacer frente a una avalancha que sigue empujando desde Centroamérica.
Según ha advertido la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), México no cuenta con la capacidad humana, ni técnica, ni financiera para asumir esa responsabilidad.
El número de personas que solicita asilo en México aumentó más de 10 veces entre 2013 y 2017, al pasar de mil 296 a 14 mil 596, de acuerdo con estadística oficial, documentada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.