Parece mentira en lo que estamos con Bolivia. Va siendo hora de nuevas propuestas, y de prestar atención a las que en el pasado han puesto de mejor forma las cartas sobre la mesa.
De las que conozco, me parece la más razonable la que escuché y dejé escrito del profesor y diplomático Oscar Pinochet de la Barra, fallecido el año 2014.
En una entrevista publicada en La Nación Domingo, con ocasión de la publicación de su libro Chile-Bolivia ¡Hasta cuándo! –editorial LOM-, Pinochet de la Barra explica la posibilidad de un enclave boliviano al norte de Arica, evitando complicar de partida las cosas con Perú, como hace el corredor fronterizo.
Lo más interesante quizás, como advertía el profesor, es que aquel pequeño enclave debe ir acompañado de un proceso de integración internacional de la zona, incluyendo Chile, Bolivia y Perú.
Una amplia zona donde se aplique una política clara y profunda de integración. Cada cual sigue siendo lo que es y a lo suyo, pero eliminando progresivamente lo que divide, separa y aleja, para que vayamos cambiando todos.
Desde luego, como principal hecho concreto y simbólico, retirar todo tipo de establecimiento y presencia militar en la zona. No a ejércitos y fronteras minadas. Al contrario, fronteras crecientemente fluidas.
Trabajar en conjunto proyectos de inversión productiva, que tengan por objeto abastecer a los tres países, al menos.
Las universidades tienen en el acercamiento cultural, político, social y económico un papel fundamental a jugar, con una voluntad y constancia hasta hoy muy fría, asustada o indiferente.
Los medios de comunicación, que en el norte del país mantienen una indiferencia, sino un nacionalismo, que los lleva a ignorar una parte fundamental de la realidad y necesidad de la región. Vendidos en general al poder y el dinero que lo acompaña, son ciegos a los temas fundamentales.
La comunidad en general en el norte, vive una vida no solo alejada de conflictividad con Perú y Bolivia; los viajes y los intercambios comerciales son muy numerosos e importantes en el balance económico regional y la vida personal.
La fiesta de la Tirana, la más importante del norte grande, es también una celebración internacional, donde participan bailes peruanos y bolivianos, y a la virgen la acompañan las banderas de Chile, Argentina, Bolivia y Perú.
Sin embargo es también muy fuerte una actitud nacionalista del peleón que valora el sentirse parte de los vencedores. Lo acompaña el miedo a la venganza, desconfía, vive con una tensión innecesaria y dañina. Siente quizá que aumenta su estatura con sus creencias tóxicas.
Es hora de que superemos tanta ceguera que nos limita, y abramos los ojos y las manos a los países vecinos, particularmente a Bolivia y Perú, donde mantenemos deudas pendientes.