Tanto que se habla de derechos humanos para arriba y para abajo, justamente para atacar a Venezuela y a Cuba, pero nombran Alta Comisionada de Derechos Humanos en las Naciones Unidas a una señora que no cree en ellos y que no tiene idea de la materia.
¿Por qué hago tan grave acusación? Pues porque doña Michelle Bachelet violó los derechos humanos en Chile en cada uno de sus dos mandatos, como diré más adelante.
Desde luego, estos nombramientos en Naciones Unidas son políticos, nadie averigua mucho sobre el candidato que proponen los poderosos de este mundo, que dominan la ONU. A Bachelet la nombró el Secretario General, Antonio Guterres y la ratificó la Asamblea General por aclamación, sin votos en contra ni abstenciones. Tiene suerte esta dama, porque después de ser una estrella en decadencia en Chile (como la tildó el diario español El País), se transformó en Alta Comisionada para los Derechos Humanos del mundo entero.
En decadencia, dice El País, pues comenzó su segundo periodo presidencial con más de un 62% de aprobación y llegó a bajar a menos del 20% , porque defraudó a todo el mundo. Por segunda vez, le entrega el gobierno a la derecha, representada por Sebastián Piñera, un ex prófugo de la justicia por haber estafado al Banco de Talca, donde aplicó un viejo proverbio chileno que dice “Talca, París y Londres”.
En Chile conocemos demasiado a doña Michelle, pero parece que en el resto del mundo, no. La ven como a una señora de 1.50 metros de estatura, médico, cuyo padre fue asesinado por la dictadura y ella y si madre estuvieron presas y según dicen, torturadas, aunque ella nunca ha explicado nada de esa experiencia. No concurrió a declarar ante la Comisión Valech, que reunió los testimonios de las víctimas de torturas.
Fue dos veces presidenta de Chile, del mismo partido que Salvador Allende. Qué más quería la izquierda del mundo, que es la que siempre defiende los derechos humanos. Una mujer víctima de una dictadura feroz, siempre impone respeto y admiración. Pero los que deciden en estos casos, los países grandes y bien informados que integran el Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Francia, Rusia, Reino Unido y China, sí que saben quién es esta señora.
Después de la muerte de su padre, Michelle Bachelet se quedó en Chile para continuar sus estudios. Como hija y esposa, respectivamente, de un general condenado por “traición a la Patria” Bachelet y su madre fueron detenidas en 1975 y trasladadas al centro conocido como Villa Grimaldi y luego al recinto de Cuatro Álamos. Gracias a los contactos que aún mantenían con ciertos líderes militares, la madre, Ángela Jeria, logró obtener el permiso para salir con su hija al exilio. Michelle Bachelet se instaló en la República Democrática Alemana para proseguir sus estudios de medicina. Después de cinco años decidió volver a Chile. En su país mantuvo su bajo perfil, era una figura desconocida dentro de las filas del Partido Socialista.
En Santiago se dio cuenta de que el vecino tan amable con quien solía toparse en el ascensor, era Marcelo Morén Brito, uno de los peores agente de la DINA, que la interrogó cuando estuvo detenida en Villa Grimaldi. Sin embargo, en una entrevista declaró que cuando veía a Morén Brito, no se alteraba. “Este país no puede darse el lujo de desperdiciar a todos sus ciudadanos, declaró, tenemos que hacer un esfuerzo grande para ver cómo resolvemos nuestra herida”. ¿Quería decir que no se podían desperdiciar los conocimientos sobre tortura de Morén Brito?
Cuando se inició la vuelta a la democracia en 1990, Bachelet inició una carrera administrativa como epidemióloga en el Servicio de Salud Metropolitano y luego, apoyada por el ex presidente Ricardo Lagos, fue subsecretaria y luego ministra de salud y después ministra de defensa. Esto último porque como declaró en la misma entrevista, “De pronto tuve la convicción de que era indispensable un acercamiento del mundo militar con el mundo civil. Y eso no podía hacerlo cualquiera. Había que formar interlocutores válidos con un lenguaje accesible, y para eso había que estudiar y aprender”.
Pensó que ella podía ser el puente entre los dos mundos. Al principio estudió en Chile en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe). “Fue muy bueno –declara- porque fue mi reencuentro con las Fuerzas Armadas. ”
Después esta dama, que a pesar de ser médico tiene especial predilección por los temas militares, se fue a Estados Unidos a hacer cursos sobre estrategia en la la National Defense University, una institución de educación superior del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, cuya meta es facilitar la formación de alto nivel, educación y desarrollo de estrategias de seguridad nacional y políticas de gobierno.
Doña Michelle se codeó allí con militares del mundo entero, en especial de América Latina. Desde luego, ella habla muy bien el inglés, que lo aprendió siendo niña cuando su padre fue agregado militar en la embajada de Chile en Washington. Esto es muy importante para estos cargos directivos en la ONU. Allí hay mucha gente de Latinoamérica, de España y en general de habla hispana, pero todos hablan en inglés, incluso entre ellos, of course.
En la misma entrevista en Paula, Michelle expresó que en la Universidad Nacional de Defensa en Estados Unidos, “Entendí parcialmente, no sé si totalmente, la manera de razonar de los militares, las cosas que les hacen click, que los enganchan. Entendí cierta lógica que tienen. Y, tal vez, ratifiqué con fuerza que el monopolio de los buenos y de los malos no lo tiene nadie”.
Quizás nadie tenga ese monopolio, pero no hay duda de que en Chile los militares apoyaron casi en su totalidad el golpe cívico-militar e implantaron una dictadura feroz y sangrienta, imponiendo el terror durante 17 años, con lo que lograron menoscabar la conciencia de nuestro pueblo, antes inteligente, crítico y propositivo.
Michelle Bachelet no es tan ingenua como aparenta. Desde luego, sabe perfectamente que un médico causa mucha impresión en la gente. A un amigo que se iba a presentar en público, le decía “¿Traes delantal? Te prestamos uno. Ya sabes que el delantal es “Grito y plata” .
A pesar de ser una señora baja y gordita de mediana edad, es famosa por lo simpática, toca la guitarra, baila, canta, cuenta chistes. En suma, es una mujer encantadora. ¿Serán esos unos méritos suficientes para ser presidenta de Chile y ahora Alta Comisionada para los Derechos Humanos?
Después de su segunda presidencia, que se caracterizó por la represión a cualquier protesta y en especial al pueblo mapuche; por militares y carabineros inmersos en escándalos financieros y una corrupción generalizada, en particular porque un hijo de Bachelet y su cónyuge fueron acusados de escándalos económicos, la doctora perdió toda popularidad y debió traspasar nuevamente el gobierno a la derecha. En suma, su política consistió en mantener el mismo modelo económico que la dictadura y seguir entregando los bienes públicos a particulares chilenos o extranjeros.
Ahora bien, como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pronunció un discurso que revela su verdadera índole. Después de las vulgares generalidades de siempre, expresó:
“En lo que concierne a Venezuela, se calcula que 2,3 millones de personas habían abandonado el país hasta el pasado 1 de julio –cerca del 7 por ciento de la población total- debido sobre todo a la escasez de alimentos o de acceso a los medicamentos y cuidados sanitarios… Esta corriente migratoria se está acelerando. En la primera semana de agosto, más de 4.000 venezolanos entraron cada día en Ecuador; según se informa, 50.000 venezolanos llegaron a Colombia en un periodo de tres semanas durante el mes de julio y otros 800 entran ahora cada día en Brasil. Los movimientos transfronterizos de esta magnitud constituyen un hecho sin precedentes en la historia reciente del continente americano y también ha aumentado la vulnerabilidad de quienes emigran: ancianos, embarazadas, niños, incluso menores que viajan solos, y personas con trastornos de salud cruzan actualmente las fronteras en números que no cesan de aumentar.”
Al parecer quiso señalar que el gobierno tiene la culpa de las migraciones. ¿Por qué?, se pregunta uno. Aquí no se señalan violaciones a los derechos humanos de las personas, sólo se hace referencia al desabastecimiento de mercaderías, especialmente alimentos y medicinas. Ahora bien, habría que preguntarse a qué se debe en realidad este desabastecimiento. Pues la causa es simple: el Citibank tiene retenidos miles de millones de dólares del gobierno venezolano, y eso más la baja provocada deliberadamente en los precios del petróleo, es lo que desencadenó la crisis económica. Miren ustedes lo que informa la prensa nacional e internacional, y que pocos conocen o no quieren conocer:
1. THE NEW HERALD, Londres, 14 de julio de 2016. La decisión de Citibank de cerrar las cuentas del Banco Central de Venezuela podría limitar el acceso del país a buena parte del sistema financiero internacional y llevarle a operar sólo con bancos europeos o de Hong Kong.
Citibank era el último banco estadounidense que aún se mostraba dispuesto a mantener abierta una cuenta corresponsal con el Banco Central de Venezuela y con el también estatal Banco de Venezuela, lo cual es requerido para operar con dólares en el exterior. Citibank anunció que tomó la decisión como resultado de un análisis de riesgo, y expertos dijeron que esa explicación probablemente dificultará que otros bancos estadounidenses accedan a abrir cuentas corresponsales a nombre del régimen de Maduro.
2. La Guerra en Venezuela, Caracas, 12 julio 2016
Claves sobre las maniobras de bloqueo financiero de Citibank
El medio especializado en temas financieros Bloomberg, confirmó hace pocas horas la denuncia que realizó el presidente Maduro el día de ayer respecto de la notificación de cierre por el Citibank de las cuentas del Banco Central de Venezuela y del Banco de Venezuela para realizar pagos y transacciones en moneda extranjera fuera del país.
El correo electrónico enviado a medios internacionales por Citibank, división de consumo internacional del gigante financiero estadounidense Citigroup, cita específicamente la evaluación en curso del cese de las operaciones como banca corresponsal de Venezuela, es decir, de las cuentas por las cuales el país realiza sus pagos en el extranjero. Citibank confirma su deseo de bloquear a Venezuela e impedir que pueda realizar transacciones internacionales de diversa índole, aunque matice con "su compromiso por el país" y "seguir dialogando con el presidente Maduro". La notificación de la que habló Maduro es real, y la maniobra de bloqueo financiero también.
3. Las Ultimas Noticias, Caracas, 12 de julio 2016
"Sin previo aviso, Citibank dice que en 30 días va a cerrar las cuentas del Banco Central y del Banco de Venezuela. Eso se llama bloqueo financiero " dijo este lunes el presidente Nicolás Maduro, añadiendo que su gobierno utiliza para las transacciones al Citibank en los Estados Unidos y en otros lugares.
4. El Nacional de Caracas, 8 de diciembre de 2017:
Jorge Arreaza, canciller de la República, aseguró este viernes que Venezuela tiene 3.000 millones de dólares bloqueados en el sistema financiero mundial.
Esos miles de millones de dólares retenidos son precisamente para comprar los medicamentos que no se fabrican en el país y los alimentos que el país antes importaba.
La ONU y la OEA les ofrecen migajas de ayuda humanitaria, cuando son ellos quienes han provocado la crisis. Los chilenos sabemos que eso es lo mismo que hicieron contra el presidente Salvador Allende: bajaron intencionalmente el precio del cobre, boicotearon la importación de repuestos para maquinarias y otras mercancías indispensables, pagaron miles de dólares para que la Democracia Cristiana, los camioneros y los empresarios paralizaran el país.
Venezuela no fabrica ni pañales ni leche en polvo, por ejemplo, y basta con eso para provocar un caos. El gobierno no puede importar porque no tiene liquidez suficiente debido a la retención del Citibank. Realiza las importaciones que puede, pero no alcanza para una población de más de 30 millones de habitantes. En suma, Venezuela está sufriendo un bloqueo económico, financiero y comercial, igual que el de Cuba e igual que el que impusieron en Chile durante la Unidad Popular.
¿Esto no lo saben las Naciones Unidas, no lo sabe la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, doña Michelle Bachelet? Por supuesto que lo saben, pero están aplicando una política que infringe todos los derechos humanos fijados en la Declaración Universal y en todos los demás instrumentos aprobados por la propia Asamblea General. Las Naciones Unidas, sus órganos y entre ellos la Alta Comisión para los Derechos Humanos, representado por la doctora Michelle Bachelet Jeria, están traicionando a la humanidad entera y deberán atenerse a las consecuencias: que los pueblos del mundo decidan prescindir de la Organización de las Naciones Unidas y crear ellos mismos un órgano para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, oponerse a las medidas que provocan la contaminación y salvar al planeta.