Eduardo Vasco, periodista brasileño que colabora con Diário Liberade en Brasil y Portugal; y también con el portal ruso Pravda en Brasil, en una entrevista para Crónicas de una inquilina, coloca en contexto la situación sociopolítica de Brasil desde la destitución de Dilma y nos habla del panorama político ahora que se avecinan las elecciones presidenciales.
¿Qué sucedió que el pueblo fue incapaz de impedir la destitución de Dilma o lo que es peor, que no pudo impedir que Temer se convirtiera en presidente?
Bien, es verdad que Brasil en los gobiernos de Lula y Dilma había mejorado la vida de los más pobres y excluidos, pero todavía existía mucha desigualdad y el Partido de los Trabajadores (PT) nunca ha podido profundizar las transformaciones porque estaba alineado con muchos partidos de derecha, aunque no con los principales partidos de la burguesía y el imperialismo. En este sentido también, no ha hecho incentivos para la mayor organización de los trabajadores y demás clases explotadas, como lo ha hecho Hugo Chávez en Venezuela.
Así con el ataque del imperio a toda América Latina, para profundizar el régimen de explotación de los pueblos en beneficio de los grandes capitalistas, que viven en una crisis económica sistémica desde el 2008, Brasil era quizá el principal objetivo del saqueo imperialista en la región. Para eso, tendrían que derrocar el PT (Partido de los Trabajadores) del gobierno y ha utilizado los más sofisticados mecanismos, tales como el Congreso Nacional, que siempre ha sido controlado por la derecha, el Judiciario, el poder más conservador de la república, órganos como la Fiscalía General, el Ministerio Público y la Policía Federal (todos posiblemente infiltrados por agentes de los EEUU).
Además ha contado con la participación fundamental de los grandes medios de comunicación monopolizados por algunas de las familias más ricas del país, para manipular la opinión pública en contra del gobierno Dilma y convocar las protestas organizadas por grupos creados en EEUU o financiados por dinero proveniente de EEUU. Fue un ataque devastador que no fue contenido porque era muy poderoso pero también porque el gobierno y el PT (Partido de los Trabajadores) no hicieron resistencia, llamando al pueblo a las calles mediante las organizaciones populares como la CUT, (Central Única de los Trabajadores) el MST, (Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra) los propios militantes del PT (Partido de los Trabajadores) y de las demás organizaciones de izquierda. Poco ha sido hecho al respeto.
¿Cuáles han sido los efectos de la reforma laboral de Temer?
Temer el entonces vice-presidente del partido Movimiento Democrático Brasileño (el partido de la oligarquía tradicional, al cual el PT se tuvo que alinear para poder gobernar el país con alguna estabilidad) fue colocado en la presidencia por el imperialismo y la derecha para entregar todos los recursos nacionales al gran capital internacional. Brasil vive dos años de neoliberalismo, que ha retirado muchos derechos de los trabajadores con la reforma laboral, que ha liberado la tercerización de funciones en las empresas para que los patrones no necesiten ofrecer los derechos más elementales conquistados por décadas de lucha de los trabajadores; además de “flexibilizar” el régimen laboral, haciendo con que el salario puede ser mucho más bajo y los trabajadores trabajen mucho más, condiciones de trabajo mucho más precarias y el trabajo informal siendo cada vez más recurrente. Además hay 13 millones de desempleados que, sumados a los subempleados llegan a más de 27 millones, según cifras oficiales. Hay también casi 5 millones de personas que han desistido de buscar empleo porque no los hay.
Marielle, ¿qué simboliza Marielle para el pueblo brasileño?
Su asesinato es un retrato de la represión brutal que sufre el pueblo por los golpistas, especialmente las mujeres, negras y pobres que viven el las periferias, donde la policía asesina y comete las más crueles atrocidades en contra de la gente. Simboliza la violencia estatal y de la derecha en contra de la comunidad LGBT, especialmente los más marginalizados social y económicamente. Simboliza el cerco de la derecha contra la izquierda y la vuelta de la dictadura. Es un resumen de lo que ocurre a diario en las favelas brasileñas. Marielle denunciaba los crímenes de las fuerzas de seguridad del Estado y de las milicias ligadas a la policía que hacen barbaridades en las favelas. El pueblo jamás va a olvidar de eso.
Es un crimen de Estado que seis meses después, aún sigue sin resolverse.
Así es, un crimen de Estado que no se resuelve justamente porque fue el Estado el gran responsable por ese asesinato. La prensa intenta desconectar ese crimen al núcleo de las fuerzas represivas del Estado, diciendo que es probable que es obra de elementos individuales. Sabemos que se trata de una política más amplia de genocidio estatal.
De una u otra forma el incendio del Museo de Río de Janeiro es responsabilidad de las políticas del gobierno de Temer, creo que es el golpe más grande que pudo darse a la cultura y es un mensaje directo al pueblo en resistencia. Buscaron acabar con la memoria histórica.
Exacto. La política neoliberal ha destruido el Museo Nacional, un edificio de 200 años de historia con objetos de valor inmaterial para toda América Latina e incluso la humanidad. En los años del golpe el museo ha sido devaluado por el Estado, sin mantenimiento de la infraestructura justamente con la finalidad de privatizarlo. Fue un golpe a la memoria histórica del pueblo brasileño y no es aislado. En São Paulo, donde la política neoliberal vigora hace más de 20 años, el Museo de la Lengua Portuguesa sufrió un destino semejante, fruto de la política que busca la privatización del patrimonio público. A la derecha no le gusta la cultura sino los beneficios que pueden transferir a sus patrones.
¿Cómo es vivir en una favela en tiempos de Temer?
Siempre ha sido un terror vivir en una favela en Brasil. Siempre. A nadie le gusta vivir en un ambiente sin las menores condiciones de vida, lejos del trabajo y de todo, cercano del tráfico y de los crímenes, además de la mano de hierro del Estado que es la policía. Pero después del golpe, la violencia en contra de la gente que vive en las favelas ha aumentado.
Y hay un factor muy preocupante, particularmente en Río de Janeiro: la intervención militar. El gobierno, que está prácticamente controlado por militares, utilizó como excusa la gran violencia en Río para enviar tropas del ejército para “pacificar” a las comunidades. Por supuesto, no lo ha pacificado nada, ha empeorado la situación, con denuncias de más asesinatos, violaciones, secuestros, incluso de niños y niñas. Lo que hay es un terrorismo de Estado.
Las mujeres obreras y campesinas y la comunidad LGBTI son las poblaciones más golpeadas por las políticas neoliberales de Temer.
Sí, el gobierno Temer es profundamente machista y LGBTfóbico, lleno de elementos de extrema derecha. Eso se refleja en las políticas de Estado en contra toda la población, pero con especial gravedad en contra de las mujeres. Son las más afectadas por el golpe neoliberal-fascista. Con el choque neoliberal, se profundizó la desigualdad salarial, las mujeres son las que menos consiguen empleo, son las más explotadas, tienen que parar de estudiar porque los recortes a los subsidios a la educación son brutales y necesitan cuidar de los hijos. Es un crimen en contra de los derechos humanos de las mujeres y de lesa humanidad lo que el gobierno golpista está haciendo.
Sin embargo, las mujeres están en la vanguardia de la lucha contra el golpe y la derecha y son una de las camadas sociales más movilizadas en la defensa de los derechos de pueblo.
Temer no solo distanció a Brasil de la unidad que tenía con los países progresistas de la región sino que apoya políticas injerencistas de gobiernos fascistas que buscan regresar a Latinoamérica a la época de las dictaduras.
Tiene que presentar cuentas a los que lo pusieron en el gobierno y lo sostienen. El golpe fue para entregar Brasil al imperio, y para eso necesitan que se aleje de sus tradicionales aliados y la política llevada a cabo especialmente por Lula, de integración sudamericana y con los países del llamado Tercer Mundo.
Brasil es el eje de América Latina, particularmente de América del Sur. Es primordial para EEUU que controle a Brasil con manos de hierro. Así, alejando a Brasil de los países progresistas, es más fácil cambiar regímenes en otros países y, finalmente, presionar a los gobiernos más vigorosos que mantuvieron el progresismo, como Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
La diplomacia brasileña, ampliamente conocida por su aspiración de paz y ayuda en procesos de diálogo por todo el mundo, casi no existe más. Somos una filial de los EEUU. En el caso específico de Venezuela, el canciller brasileño no pasa de un perrito de Washington, tal como el propio Temer. Hay una verdadera amenaza de invasión a Venezuela y eso solo puede ocurrir con la participación de Brasil. A depender del desarrollo político, especialmente después de las elecciones presidenciales de octubre, hay un riesgo enorme de que eso se concretice.
Hay un Brasil antes y después de Lula. ¿Por qué no se llamó a un paro general indefinido cuando lo encarcelaron? Es la rebelión de los pueblos que luchan por si libertad la que provoca los cambios en las naciones. ¿Qué sucedió?
Ha sucedido lo mismo que en el impeachment de Dilma, aunque ahora el pueblo está más organizado y radicalizado. El problema es que el PT tiene miedo de la radicalización de las masas populares y cree en el camino institucional. Pero todas las instituciones están al control de la derecha golpista pro-imperialista, como fue comprobado con la prisión ilegal de Lula. El PT cree que la justicia golpista va a liberar al ex-presidente.
La Central Única de los Trabajadores (CUT) es controlada por el PT, así como el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST). Sin embargo, las bases de esas organizaciones y especialmente del proprio PT, no piensan así, tanto es que en la noche en que Lula se entregó a la persecución de los golpistas, después de dos días protegido en el Sindicato de los Metalúrgicos en São Paulo, la clase trabajadora estaba dispuesta a la lucha para que no se entregase. Actualmente hay una tendencia creciente a la lucha de masas para la liberación de Lula, expresada incluso en la aplastante preferencia electoral a su candidatura, que fue ilegalmente impedida por la justicia golpista.
Lula es el más grande líder popular de la historia de Brasil. Él es hijo de la clase obrera, líder sindical, fue el mejor presidente de nuestro país. Por eso el pueblo siente que necesita luchar por Lula, porque Lula es pueblo. Ese sentimiento es muy notable.
¿Qué papel ha jugado la izquierda que siempre ha sido afín a la derecha? Lo pudimos ver en la destitución de Dilma con su pasividad.
Es un izquierda de clase media, pequeño burguesa, dislocada de la realidad. Así como ocurrió en la destitución de Dilma, hoy ella no lucha y ni siquiera habla de golpe de Estado, para esa izquierda no hubo un golpe y el PT es igual a los otros partidos de la burguesía. Hay gente en esa izquierda que piensa que Lula tiene que estar preso, que es corrupto y un traidor de los trabajadores.
Afortunadamente esa izquierda no tiene expresión ni representación popular.
¿Logró unificarse con el progresismo después de Temer o sigue siendo afín a las políticas fascistas?
Después de la vergüenza que fue su apoyo práctico al impeachment, esa izquierda (que siempre fue minoritaria) ha sido casi que extinta del mapa político. Una parte de ella ha percibido el error de no luchar en contra del golpe y se ha sumado, mismo que parcialmente, al movimiento anti golpista que está creciendo. Otra, como lo dije, sigue al camino del precipicio con esa política que solo sirve a la derecha y al imperialismo.
La palabra cultura en tiempos de un gobierno fascista es un grito de resistencia de la población. ¿Está siendo cultural la lucha contra el gobierno de Temer?
Por supuesto. La lucha cultural está intrínsecamente alineada a la lucha de clases. La política de choque neoliberal del golpe busca retirar todos los derechos del pueblo, incluso la cultura. Por eso también los artistas, algunos de los más famosos de Brasil (como Chico Buarque, Gilberto Gil, Caetano Veloso y Beth Carvalho), han se sumado a las protestas culturales en contra del golpe. Una de ellas ha sido el gigantesco festival Lula Livre, que reunió 80 mil personas en Río de Janeiro, mismo aun con el boicoteo de los medios y del gobierno de Río.
Además, luchar contra Temer y el golpe es luchar contra el imperialismo. Y una de las formas de dominación que el imperialismo utiliza es la cultura. La derecha, que no tiene cultura y no le gusta el pueblo de Brasil ni de América Latina, busca implementar la manera de pensar y de vivir de los EEUU, des caracterizando la cultura nacional. Eso es muy peligroso, porque un pueblo que les permite la retirada de su identidad es un pueblo casi sin condiciones de derrotar al dominador imperialista.
¿Quién es y qué representa Bolsonaro para Brasil? Bolsonaro que es el candidato de la extrema derecha.
Es un político fascista y neoliberal. Está hace más de 25 años en la política, con familiares en cargos políticos a nivel federal y local, todos de extrema derecha. Pero se presenta como algo nuevo. Eso es así porque era desconocido hasta el comienzo del golpe de Estado, más o menos en 2012; cuando el imperialismo y la derecha empezaban a propagar ideas y movimientos fascistas en contra de la izquierda y del gobierno. Entonces ganó popularidad en medio de esa ola de derecha y extrema derecha.
Bolsonaro es un capitán reformado del ejército que defiende la dictadura militar que gobernó a Brasil entre 1964 y 1985 y las torturas y muertes que los militares provocaron a la resistencia de izquierda. Defiende el genocidio del pueblo negro, de los pobres, de los campesinos, de los homosexuales, de los inmigrantes de África y América Latina, dice que las mujeres merecen ser violadas y ganar menor salario que los hombres, defiende una política económica neoliberal de ataque total a los trabajadores y militarización total del Estado. Por eso es el candidato más odiado de todos, aunque tenga muchos seguidores, aquellos mismos fascistas que aparecieron a partir de 2012/2013.
Dice que es nacionalista, pero siempre quiso entregar las riquezas nacionales a los EEUU, dice que es honesto pero se ha enriquecido con dinero público, se dice cristiano pero apoyó todas aquellas las atrocidades que he relatado. En verdad, Bolsonaro es una farsa grotesca.
¿Quién es y qué representa Haddad? Quien ha tomado el lugar de Lula debido a su encarcelamiento.
Fernando Haddad es un intelectual y profesor, filiado al Partido de los Trabajadores pero sin vinculaciones a la clase trabajadora como es Lula. Por eso, mismo después de haber sido alcalde de la principal ciudad de Brasil, São Paulo, y de ser anunciado el sustituto del principal liderazgo del país, no ha logrado la popularidad que pensaba.
Es un político de izquierda pero muy moderado, la burguesía y la derecha lo están presionando para que no implemente un gobierno para los trabajadores, caso sea electo. Pero ellos no quieren que el PT vuelva al gobierno, fue por eso que derrocaron a Dilma.
Se acercan las elecciones, ¿está preparado el pueblo brasileño para defender en las urnas las políticas de inclusión de Dilma y Lula?
Sí, por eso al pueblo le gustaría votar por Lula. En las encuestas electorales antes del impedimento total de la candidatura de Lula, él tenía el apoyo del 40 por ciento del electorado. Ganaría a todos los otros candidatos aun en la primera ronda.
Sin embargo, estas elecciones fueron hechas para que Lula y el PT no las gane. Son totalmente manipuladas por la burguesía, la derecha y los imperialistas. El principal candidato de la clase dominante, de los bancos y de las multinacionales es el ex-gobernador del estado de São Paulo por cuatro ocasiones, Geraldo Alckmin, del partido tradicional del entreguismo, el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña). Hay toda una compleja campaña para que él (que aún está lejos de Bolsonaro, en primero, y Haddad, en segundo, en las encuestas) llegue al segundo turno y gane las elecciones.
En cualquiera de los casos, no importa quién gane las elecciones, lo que va a decidir si Brasil va a derrotar a la política golpista neoliberal y al imperialismo será la lucha de las clases populares en las calles contra todo ese retroceso que estamos viendo, y que probablemente se puede profundizar, juntamente con la crisis del régimen político en Brasil. Es en eso que tenemos que apostar, porque solamente la movilización revolucionaria de los trabajadores puede derrotar a la derecha, la política neoliberal y el golpe y; llevar al poder a un gobierno que represente las aspiraciones y la voluntad del pueblo brasileño