Llegan homenajes de todo el mundo. No deseo repetir lo que ciertamente está siendo escrito y hablado por muchos en una prosa más elocuente y detallada de lo que podría hacer. Así que este es un recuerdo más personal de alguien a quien encontré por primera vez a inicios de los años 80 en Nueva York cuando él era un joven funcionario de la ONU al medio de su carrera y yo un rebelde solitario con una “causa perdida”.
El escenario era una fiesta privada en el centro de Manhattan y Kofi Annan estaba allí, tranquilamente sentado en una esquina.
Nos presentaron y conversamos. Me di cuenta de cómo tomó una copa durante toda la noche, bebiendo tan lenta y elegantemente la bebida; él era discreto, tranquilo y refinado. Seguí la progresión profesional de su carrero a través de la burocracia de la ONU.
Kofi Annan fue elegido secretario general de las Naciones Unidas en 1996, el mismo año en que el obispo Carlos Filipe Ximenes Belo y yo fuimos galardonados con el premio Nobel de la Paz. Ese mismo año, nuestro principal aliado internacional, Portugal, venció a Australia en la disputa por puesto crucial en el consejo de seguridad de las Naciones Unidas.
En su discurso inaugural, Kofi Annan se comprometió a resolver la “cuestión de Timor Oriental” durante su primer mandato. Contra las objeciones de Indonesia, poco después nombró a un veterano diplomático paquistaní, Jamshed Marker, como su Enviado Especial para Timor Oriental, inyectando un renovado dinamismo diplomático en la búsqueda de una solución negociada.
A mediados de 1997, una gran crisis financiera golpeó a las llamadas “economías de los tigres” del sudeste asiático. Tailandia fue la primera víctima, seguida por Indonesia. En 1998, el régimen de Suharto fue derrocado y esto allanó el camino para una resolución del conflicto en Timor Oriental. En 2002, Kofi Annan estuvo presente en Dili para presenciar la segunda declaración de Independencia de Timor Oriental.
Este año, el 20 de agosto, conmemoramos el 15º aniversario de la trágica muerte de Sergio Vieira de Mello en Bagdad en una misión que le asignó Kofi Annan. Sergio Vieira de Mello sirvió en Timor Oriental desde noviembre de 1999 hasta mayo de 2002 como el Representante Especial de confianza de Kofi Annan.
En los últimos años, mucho después que él había dejado el cargo, estábamos regularmente en contacto. En 2017, Kofi Annan me invitó a servir con él y con otras personalidades destacadas del mundo en la Comisión Mundial sobre Políticas de Drogas, una invitación que acepté de inmediato.
Un hombre extraordinario, un verdadero estadista global, partió en este viaje sin retorno, el mismo camino que pobres y ricos, débiles y poderosos, campesinos y emperadores, han emprendido y emprenderán.
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*José Ramos-Horta recibió el Premio Nobel de la Paz 1996 por su trabajo para lograr un final no violento de la ocupación de su país, Timor Oriental. Fue primer ministro y presidente de su país y ha realizado misiones para el Secretario General de la ONU, incluido el de Representante Especial para Guinea-Bissau, copresidente del Panel Independiente de Alto Nivel sobre Operaciones de Paz de la ONU, sirviendo en la Comisión Global sobre Política de Drogas, entre otras tareas.