Los jueces de la Corte Suprema investigarán al ex senador Uribe Vèlez por los delitos de manipulación de testigos y fraude judicial. Las penas para ambos delitos fluctúan entre seis y doce años de prisión. Normalmente, el delito de manipulación de testigos supondría el encarcelamiento inmediato del imputado, pues existe serio peligro de obstruir la investigación.
El problema comenzó hacia el año 2012 cuando Uribe acusó al senador Iván Cepeda de manipular testigos que acusaban a Álvaro Uribe de paramilitarismo. En el mes de febrero del presente año la Causa dio un giro completo: Cepeda quedó libre de toda culpa, y la justicia abrió una investigación contra Uribe, que incluye “chuzadas”, (intervenciones telefónicas); en una de las muchas conversaciones interceptadas Uribe se auto-acusa cuando hablaba con un asistente, Villegas Uribe.
El testigo principal, Juan Guillermo Monsalve, paramilitar, (hijo de Òscar, el administrador de la hacienda Huacharacas, perteneciente a la familia Uribe), acusa a Santiago y a Álvaro Uribe Vélez de haber participado de la formación del grupo paramilitar Bloque Metro.
Después de una investigación preliminar la Corte Suprema, en la Sala presidida por el Ministro José Luis Barceló acordó, el 25 de julio de presente, comenzar la indagatoria en contra del congresista Àlvaro Hernán Prada y del senador Álvaro Uribe. Hábilmente, Uribe presentó su renuncia a su cargo de senador a fin de – según algunos – de cambiar la Causa desde la Corte Suprema al fiscal nacional, que podría ser más favorable a Uribe.
Como en todos los casos de judicialización de la política, hay un aspecto jurídico y otro, más importante aún, el mediático-político; en el primer aspecto, lo más posible es que la Causa se eternice, y Uribe zafe, como ha ocurrido en todas las acusaciones en su contra, como ha ocurrido hasta hoy – por ejemplo, en los casos de los “falsos positivos”, la matanza en El Aro, la matanza de La Granja, el asesinato de Jesús Valle, (defensor de los derechos humanos), y otros delitos -. Hasta la fecha Uribe tiene 28 casos judiciales y aún no hay ningún fallo que lo condene por sus múltiples delitos; sólo su hermano, Santiago, está preso, en Medellín, por su participación en grupos paramilitares; su primo, Mario Uribe, fue acusado de participar en la matanza de El Aro.
Entre los colaboradores de Uribe hay seis personas a quienes se les acusa de haber tenido tratos con testigos, especialmente, Monsalve, a fin de que cambiara su testimonio en favor de Uribe, y no está excluida la posibilidad del soborno.
En el aspecto mediático-político Uribe logró 800 mil votos para ser elegido senador por segunda vez, obteniendo la primera mayoría nacional – no hay nada qué hacer, pues los electores son bastante necios y siguen votando por los fachos).
El Partido de Uribe, Centro Democrático, con mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, está compuesto por gente muy incapaz y que son marionetas de Uribe: el Presidente electo, Ivàn Duque, carece de formación política y le faltan muchos años de circo para presidir el mando de ese país.
Podría ser que siguiera el camino del Presidente Juan Manuel Santos y no se deje manipular por el maniobrero de Uribe: el hecho de que el senador Uribe renuncie a su cargo, a lo mejor, podría dejar la cancha libre al títere Iván Duque.
En el caso de que Álvaro Uribe hubiera continuado como senador, seguramente le enmendaría la plana a todos los ministros y funcionarios del gobierno de Duque, pero el hecho sorpresivo de la acusación contra Uribe abre algunas posibilidades a los opositores en el Parlamento, a fin dificultar la tarea de la ultraderecha.
El 7 de agosto, cuando Iván Duque sea investido con la Banda, va a tener que enfrentar tareas importantes, entre ellas, reformar los Acuerdos de Paz, activar la economía, bastante deteriorada, y recibir la ola migratoria que viene, sobre todo de Venezuela, donde existe una gran colonia colombiana.
La renuncia de Uribe tiene desesperados a los fascistas colombianos, sobre todo a los seguidores de las diarias “catilinarias” de Fernando Londoño Hoyos, (un corrupto, condenado a 15 años de pérdida de ciudadanía por delitos económicos). Este personaje, fanático adulador de Àlvaro Uribe y mortal enemigo del Presidente Juan Manuel Santos, se las da de especialista en las pruebas judiciales, y de Uribe dice que “está acusado sin prueba alguna, y que es el mejor Presidente que ha tenido Colombia en toda su historia”. A Santos lo acusa de tener una mansión en Londres y otra, en el norte de Bogotá, y no le cree que la haya comprado con el dinero de la venta del El Tiempo, “el Diario de todos los Santos”. Para colmo del desprestigio de las instituciones colombianas, el senador Antana Mokus, el de la entronización del Congreso, bajó sus pantalones quedando al aire su trasero.
En su desesperación Álvaro Uribe inventó ahora que el M-16, del Servicio Secreto británico, con James Bond a la cabeza, ha colaborado en la “la chuzada” en su contra.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
26/07/2018