Respecto actual que se ha tomado las redes sociales sobre la campaña #NoDoyMiRut, impulsada por la Fundación Datos Protegidos para evitar la invasiva solicitud del número de carné en las tiendas comerciales y que usen esa información terceros y para otros fines sin consentimiento, el senador Alejandro Navarro en esa línea dio cuenta de su proyecto de ley (Boletín11676-03), presentado en abril de este año y que busca prohibir esta entrega estos datos.
De acuerdo a Navarro, “rechazamos esta práctica bastante habitual en el comercio y en el retail de solicitar a los consumidores al momento de llevar adelante la venta de un producto o servicio su número de cédula de identidad; acto que sin estar regulado se ha naturalizado y, en ciertos casos, es obligatorio para concretar la transacción”.
Por lo que llamó al Ejecutivo y al Congreso a que se abran cuanto antes al debate, porque tal y como lo señala Navarro en su proyecto de ley: “Tan habitual se ha convertido la solicitud del número de cédula de identidad de los consumidores que la mayoría de estos ni siquiera se consultan con qué objetivo se les solicita. La gran mayoría de los consumidores no sabe para qué quieren sus datos personales como su RUT y menos qué hacen con ellos”.
Y no conforme con lo anterior, el senador adelantó que “nuestra preocupación está también en las y los trabajadores que podrían ser víctimas de presiones para que pidan y obliguen a los clientes a que den sus números de carné”. A lo que agregó: “No aceptaremos continuar con este trasfondo comercial que, como lo ha mencionado el presidente del Consejo Para la Transparencia, Marcelo Drago, lo que se buscan las empresas es armar un perfil de comportamiento del cliente al cruzar los datos con clínicas, farmacias o isapres para estrategias de marketing y publicidad que no son requeridas”.
Campaña #NoDoyMiRUT de Fundación Datos Protegidos
Es muy común en nuestra vida cotidiana que nos soliciten el número de identificación cada vez que vamos a adquirir un producto. Para convencernos, nos dicen que dar el RUT sirve como una herramienta de fidelización que nos otorga un beneficio, por ejemplo, acceder a descuentos y promociones exclusivas, o acumular puntos. Pero la verdad es que el interés por nuestra información va más allá de entregarnos un “premio”, en realidad lo que buscan es hacer perfiles de clientes que nos transforman en un producto. No solo estamos entregando nuestro RUT, también estamos permitiendo el cruce de información.
Para graficar esta situación, la Fundación Datos Protegidos lanzó “La moderna vida de la señora RUT”, viñetas creadas por el ilustrador Inges, que cuentan las historias de una mujer a la cual le ocurren distintas situaciones incómodas debido al cruce de datos que realizan empresas y cadenas de retail día a día. El llamado es a utilizar el hashtag #NoDoyMiRUT y contar qué experiencias has tenido a la hora de negarte a entregar tus datos o qué situaciones has vivido por el hecho de comprar un medicamento, alimento o fidelizarte a una marca. ¡Podrías ver tu experiencia graficada en una siguiente viñeta!
Jessica Matus, fundadora y directora ejecutiva de Fundación Datos Protegidos, es enfática en señalar que buscan “emplazar a las empresas y comercios a que manifiesten claramente la finalidad que tienen para solicitar nuestros datos personales y si entregarán esta información a terceros. Exigimos que se informe en forma clara sobre los propósitos que tienen para solicitar el RUT, y con quienes se compartirá ese dato, de modo que cumplan con las exigencias actuales del artículo 4º de la Ley 19.628”.
¿Por qué esta campaña?
Los datos que las empresas obtienen de nosotros, les permiten realizar informes completos de nuestra calidad de vida y comportamientos, lo que deriva en la elaboración de perfiles más detallados y acabados de nuestros gustos, intereses e intimidad. Somos el único país del mundo en solicitar esta información de manera tan invasiva y sin entregar mayores antecedentes de para qué los quieren o cómo los van a utilizar. De esta forma, los comercios pueden ir realizando campañas cada vez más personalizadas para sus distintos públicos, así por ejemplo, ciertas empresas pueden saber, incluso, antes que nosotros mismos, qué tipos de enfermedades padecemos, qué productos podrían ser atractivos para nosotros, e incluso saber si una mujer se encuentra posiblemente embarazada, aún cuando ella todavía no lo haya notado. Somos el único país del mundo donde el comercio solicita esta información tan personal y es hora de conocer para qué están utilizándola y saber que podemos negarnos a entregarla.