No puedo estar más de acuerdo con la carta que firmaron cuarenta políticos chilenos en apoyo a la candidatura de Lula da Silva, que suma a la visita que hará la ex Presidenta, Michelle Bachelet, al ex mandatario brasilero y actual candidato a la primera magistratura.
Brasil cada día está perdiendo más su carácter de democracia: al golpe parlamentario que aprobó la destitución de Dilma Rousseff , le sucede la condena a 12 años de prisión basada, no en pruebas, sino en el odio que el ultra reaccionario juez, Sergio Moro le profesa a Lula y a las fuerzas progresistas brasileras.
Sergio Moro, más que un juez, es un sirviente al servicio de la ultraderecha brasilera. El espectáculo exhibido por los jueces corruptos, el día 8 de julio es, francamente penoso: en primer lugar, la policía se negó a cumplir la orden de libertad inmediato, dictada por el juez de turno; en segundo lugar, en plenas vacaciones del poder judicial, el juez Moro anuló, desde Portugal, la orden de libertad otorgada por su colega; en tercer lugar, el juez principal del 4º Distrito ordenó mantener en prisión a Lula da Silva.
Si Lula no estuviera en primer lugar en las encuestas de opinión, de seguro, no sería condenado por un supuesto delito en que sólo existe la opinión de un juez, sin ninguna prueba. El único objetivo de la ultraderecha brasilera es evitar que Lula pueda presentarse como candidato y triunfe en las elecciones del mes de octubre. Brasil està muy cerca de caer en la dictadura de un fascista, Joel Bolsanaro o, lisa y llanamente, la dictadura militar, (ya el general en jefe del ejército Eduerdo Villlas ha hecho declaraciones amenazadoras ).
Hay que recordar que Brasil, en 1964, marcó el comienzo de las dictaduras militares en América Latina, (aún recuerdo cómo una refugiada política brasilera me narraba las crueles torturas que había sufrido de manos de los esbirros del régimen dictatorial brasilero).
El Canciller chileno, Roberto Ampuero, que con mucho entusiasmo condena el régimen de Nicolás Maduro, se permite el atrevimiento de aconsejar a Ex Presidenta Bachelet que es preciso tener prudencia en su actitud de defensa de la democracia brasilera, (sin más lejos, algo parecido opina su ex Canciller, ahora presidente del PPD, cada dìa màs derechista y siútico, <afortunadamente, mi amigo Sergio Bitar figura entre los firmantes de la carta>).
Si la derecha brasilera logra, por la vía judicial, impedir la candidatura de Lula da Silva – la única salida democrática a la actual crisis de ese país -, las elecciones de octubre carecerían de toda legitimidad lanzando, al principal país de América Latina a una aventura anti-democrática.
Las mayoría de los demócratas y de muchos ex Presidentes, entre ellos Josè Mujica y, ahora, Michelle Bachelet, apoyan la libertad de Lula y, a su vez, llaman la atención sobre la deriva antidemocrática de la derecha brasilera, canuta, fanática y militarista.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
11/07/2018