Pedro Sánchez, según sus biógrafos, es uno de los mejores especialistas en el rebote del basquetbol español. Si no hubiera sido por el fallo de la Audiencia Nacional que condenó a la mafia del Partido Popular, Pedro Sánchez seguiría sólo siendo el líder del PSOE condenado, como todos Partidos Socialistas europeos, a decrecer constantemente en el apoyo popular, (afortunadamente, la ideología de la tercera vía, que tan bien representaron el ex Presidente Felipe González y Tony Blair, ya no atrae a ningún ciudadano). Partidos Socialistas como el francés y, ahora, el español, han tomado el camino de un moderado viraje hacia la izquierda.
Los analistas y comentaristas políticos apostaban a la muerte de Pedro Sánchez cuando decía “No es No”, al negarse a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, quedando sin su acta de diputado. Sánchez, que sabe de “rebotes”, recorrió la mayor parte de las provincias y ciudades de España, hecho que le sirvió parta ganar a la poderosa Susana Díaz; Sánchez contaba con el odio de los delfines del socialismo, es decir, Alfonso Guerra y Felipe González, (este último, uno de los políticos más corruptos de España).
Cuando se presentó la moción de censura contra el gobierno de Rajoy los periodistas apostaban que a iba a perder, pero le sería muy útil al PSOE – al igual que la que presentó Felipe González contra Adolfo Suárez, y, nada menos, que le sirvió al líder del PSOE de la época para ser Presidente del gobierno -.
Las apuestas fallaron y Pedro Sánchez ganó fácilmente, con 180 diputados que votaron a favor de la moción, con lo cual expulsó del poder a la mafia de delincuentes del Partido Popular, y prometió como jefe de gobierno en una ceremonia ejemplar, sin Cristo y sin Biblia, sólo con Constitución, como corresponde a una República laica.
Una vez en el poder, los comentaristas políticos auguraban que este nuevo gobierno duraría menos de un suspiro, y que luego llamaría a elecciones generales, pero Sánchez sorprendió con un gabinete en que predominaban las mujeres, (13 contra cinco), además, con especialistas en cada una de las áreas.
Sánchez podía elegir el camino de llevar a cabo actos simbólicos, pero de gran valor: por ejemplo, retirar las medallas del aumento de pensiones para los torturados durante el régimen de Francisco Franco, (entre ellos Billy, “el Niño”) y, además, resucitar el proyecto de Memoria Histórica. En España – más que en Chile – ha habido una “especie de ley de punto final, y los herederos del franquismo siguen libres y sin ningún arrepentimiento por los atroces crímenes de esa dictadura clerical. Aún se escucha en “Cara al Sol” del himno de la legión “novio de la muerte”.
Está por verse la forma en que el gabinete del PSOE enfrentará el tema fundamental sobre la independencia de Cataluña, ahora que el Presidente sustituto, Kim Torrá, tiene la intención entrevistarse tu a tu con Pedro Sánchez. El líder del PSOE catalán, Miquel Iceta, planteó la amnistía para los presos (aún no sabemos si Sánchez acoge esta idea).
Con el PSOE la alianza con el Partido Podemos no se daría muy fácil, pues el Partido morado disputa, ante todo, la hegemonía de la izquierda. Hasta el momento, la medida de derogar la Ley mordaza, que anulaba la libertad de Prensa y, por otra parte, mejorar la situación de los jubilados pueda convertirse en medidas progresistas, que permitan acercar a PSOE a Podemos.
Pedro Sánchez llegó para quedarse hasta el final de la legislatura, o bien, tendría que convocar a elecciones en 2019, en conjunto con las Municipalidades y Comunidades Autónomas.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
10/06/2018