Pedro Sánchez, Presidente del gobierno español, no va a seguir el camino de su homólogo, Antonio Costa, en Portugal: la correlación de fuerzas en la izquierda en ambos países de la Península Ibérica es muy distinto, pues en Portugal, el Partido Socialista es ampliamente mayoritario respecto a sus aliados de izquierda, (el PS tiene 86 diputados, mientras de izquierda, apenas 21, y el Partido Comunista en alianza con el Partido Verde, sólo 17 diputados); en España, el Partido Podemos y el PSOE son dos fuerzas prácticamente iguales y que se disputan la hegemonía de la izquierda.
La senda portuguesa está muy lejos de convertirse en un modelo para la izquierda de los países europeo, sin embargo, el camino elegido, junto con su metodología, no está lejos de ser atractivo: un Partido Socialista pragmático, que sabe que de no aliarse con la izquierda, dejará el paso a la derecha, liderada por Pedro Passos Coelho; la izquierda, de negarse a formar gobierno con los socialistas, estaría condenada a esperar “cien años de soledad” para tener su segunda oportunidad.
En el caso de Portugal, el pragmatismo ha dado buenos resultados: nada de quebrar con la Unión Europea, ni con la Troika, (Portugal tiene un 130% del PIB de deuda externa, <igual que Italia>, sin embargo de izquierda de Portugal es alabada por el Banco Europeo, mientras que en Italia el gobierno es condenado por este mismo Organismo.
Las Agencias Calificadoras de riesgo, dictadoras del mercado de Bonos, califican a Portugal mejor que a Italia, siendo ambos basura bajo el grado de inversión.
Sin quebrar con la Troika, pero aplicando políticas expansivas hasta ahora, el gobierno portugués ha sido exitoso económicamente; repuso el salario mínimo hasta el tope de 600 Euros, limitó la jornada laboral a 35 horas semanales, subió las pensiones que habían sido rebajadas por la derecha, privilegió los colegios fiscales por sobre los privados, re-estatizó la Línea Aérea de bandera portuguesa, además de mantener el transporte público en manos del Estado. Estas políticas expansivas han permitido un crecimiento del PIB.
Hasta hoy, el gobierno de izquierda en Portugal ha evitado las políticas de shock impuestas por la Troika, dejando fuera de juego a la derecha, sin embargo, le falta el apoyo de la calle, pues los movimientos populares quedaron muy deprimidos a causa de las políticas de austeridad, impuestas por los gobiernos de derecha que directamente a la recesión.
Desgraciadamente en España, a pesar de las esperanzas que despertó la derrota de Mariano Rajoy y el consecuente triunfo de Pedro Sánchez, los socialistas eligieron el camino contrario al de Portugal: un gobierno minoritario y monocolor, cuya vía a recorrer será muy azarosa, pues está obligado a pactar permanentemente.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
05/06/2018