La iglesia católica, infiltrada por los masones P2 y dominada por los curas pedófilos, ha abandonado su opción por los pobres, en la inspiración de la Teología de la Liberación, para convertirse en una jerarquía de purpurados, cuya única meta es vivir como reyes y cumplir con el “bienaventurados los ricos”, porque de ellos será el reino de ese mundo.
En el segundo centenario de de K. Marx, “el catolicismo dejó de ser el suspiro de la criatura oprimida y el corazón de un mundo sin corazón”. Los pobres y marginados de la sociedad se han refugiado hoy en el culto de las sectas protestantes, especialmente norteamericanas.
Es difícil hablar de una derecha, pues tiene varias versiones: la “cavernaria” – como diría Mario Vargas Llosa -, la compasiva y la liberal. En España, la ultraderecha, desde la guerra civil, siempre ha sido falangista, y su padre espiritual es y será el dictador José Antonio, hijo Miguel de Miguel Primo de Rivera. Uno de los líderes de este sector ultraconservador es el ex coronel Antonio Tejero, líder de la toma del Congreso, el 28 de febrero de 1981, (a sus 85 años sigue siendo aplaudido en las misas diarias a las cuales asiste).
Hoy, la derecha sin jefe, se divide entre la asociación ilícita llamada “Partido Popular”, y el Partido Ciudadanos, comandada por Albert Rivera, que juegan a los liberales, y porque es un Partido muy nuevo, aún no ha caído en la corrupción. A todos ellos, desde la ultraderecha hasta Ciudadanos, los une la admiración por la represión y el orden y el odio parido hacia los independentistas catalanes y vascos.
La derecha evangélica en América Latina tiene el foco principal de desarrollo, encontrando un terreno fértil, sobre todo en la anti política y en el odio de progreso en los temas llamados valoricos , es decir, los que se refieren a los genitales. En su versión de la interpretación libre del evangelio, los homosexuales son unos seres degenerados – desde Sodoma, para los hombres, y Gomorra, para las mujeres -. El aborto para los evangélicos es un crimen, y rechazan que un puedan ser adoptado por un matrimonio del mismo sexo, entre otras materias.
En Italia, la católica Democracia Cristiana sirvió para evitar que el comunismo se apropiara del país de Dante . En la mayoría de los países del mundo, los partidos inspirados en la doctrina social católica, ya no sirven para detener el avance de las ideas de progreso; ahora, las sectas evangélicas han tomado la posta, adecuándose mucho mejor a la búsqueda de las masas abandonadas a su suerte, convirtiéndose en “el corazón de un mundo sin corazón”, pues el catolicismo social ha dejado de ser una respuesta a la apostasía de los pobres. La prédica evangélica está perfectamente adecuada a la hegemonía de los ricos.
En el pasado, la iglesia católica perseguía a los llamados “canutos”, que se aliaban a los partidos políticos progresistas y a la masonería, (en el Cerro Santa Lucía, en Santiago, podemos ver una lápida que recuerda a los desterrados del cielo y de la tierra, y en el Cementerio General existía un lugar destinado a las tumbas de protestantes y agnósticos).
En la última elección, un sector importante de los evangélicos apoyó a Sebastián Piñera que hoy, según las palabras del diputado Leonidas Romero, se sienten traicionados, pues para ellos las políticas “valóricas” que el Presidente, Sebastián Piñera, anunció en su primer mensaje del 1º de junio, constituyen una verdadera blasfemia e insulto a quienes depositaron en él su confianza y su voto.
La corrupción de los partidos políticos se convierte en un campo fértil para el auge del populismo de derecha, cuyo corazón puede encontrarse en el evangelio ultrarreaccionario de algunas iglesias protestantes venidas, en su mayoría, de Estados Unidos.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
03/06/2018