Al menos seis muertos, entre ellos un estadunidense-ecuatoriano, y más de 30 detenidos fue el saldo de los fuertes enfrentamientos entre policías antimotines y manifestantes que se vivieron ayer en esta capital y en la ciudad de Masaya, reportaron la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh) y la prensa local.
El cadáver del estadunidense-ecuatoriano Sixto Henry Viera, de 48 años, propietario de un bar en la zona oriental de Managua, fue hallado sobre una avenida del barrio Rubenia, junto a dos vehículos calcinados, informó Álvaro Leiva Sánchez, director de la Anpdh.
Vera falleció presuntamente por disparos de turbas afines al gobierno, las cuales lo persiguieron mientras circulaba en su auto en este sector
, al que acudió tras recibir la llamada de auxilio de un amigo.
Laura Dogu, embajadora de Estados Unidos en Managua, confirmó en su cuenta de Twitter el deceso y expresó su gran preocupación
por el hecho. Las autoridades investigan el caso, ya que una o dos personas más
que viajaban en un taxi y eran perseguidas junto con Viera podrían haber sido ultimadas.
Durante la madrugada se escucharon detonaciones de armas de fuego y de morteros artesanales en la zona este de la capital. Usuarios de redes sociales reportaron el constante paso de vehículos que transportaban a policías y civiles encapuchados, además de robos a mano armada en zonas residenciales.
En Masaya, este de Managua, se reportó el asesinato de cinco manifestantes y la detención de 32 durante los enfrentamientos contra elementos de seguridad en el sector de San Miguel. Uno fue ejecutado por una agente que le disparó dos veces a quemarropa cuando ya había sido neutralizado
, narró Leiva.
Los disturbios se registraron desde las primeras horas de ayer, cuando los uniformados intentaron disolver las protestas que bloqueaban avenidas. La Iglesia repicó campanas al amanecer para alertar a la población de la represión policial.
Durante el día se escucharon disparos de armas, gas lacrimógeno y morteros artesanales. Los pobladores no salían de sus casas por la presencia de un francotirador
supuestamente posicionado en un parque. El Mercado de Artesanía volvió a ser quemado por grupos de policías y civiles vinculados con la gubernamental Juventud Sandinista.