Salieron a dárselas de ‘feministas’ y para proponer tratamiento igualitario en salud quieren aumentarles las primas en las Isapres a los hombres para equipararlas con las de las mujeres. Es una maniobra más que oportunista, es grotesca. En el marco de una economía de mercado donde la salud no es un derecho, la única propuesta que se les ocurre a los neoliberales como Piñera y Santelices, para eliminar las diferencias de precios en los planes de salud entre hombres y mujeres, es hacer pagar el coste de la salud a los primeros <que deben apretarse el cinturón> agrega el torpe ministro de Salud, que después se retractó. Se trata de que las grandes empresas que son las Isapres no pierdan un peso sino que ganen más aún. Así es: un gobierno empresarial y oportunista demuestra una total incompetencia cuando se trata de garantizar derechos universales y sin discriminar por el sexo, como la salud. Muestra irremediablemente la hilacha.
La semana pasada El Mercurio daba cuenta de una conversación de Piñera con el Primer Ministro Justin Trudeau de Canadá. Piñera, ansioso de reconocimiento le informaba en comunicación telefónica a Trudeau acerca de su agenda en pro de la igualdad entre los géneros. A Piñera no se le ocurrió decirle al Primer canadiense de qué manera lo haría en salud. Hubiera sido inconcebible la solución de los neoliberales chilenos para la mentalidad canadiense ya que la salud, en el sistema de derechos sociales canadienses, es universal, pública y completamente gratuita (y de una velocidad: solo hay prioridad según urgencia médica). Piñera no se imagina siquiera que la salud privada no existe en las provincias canadienses y que este modelo de satisfacción de un derecho social fundamental no significa costo alguno para nadie, y sin importar los ingresos individuales. Sistema que es uno de los más eficientes del mundo. La ignorancia y la indolencia en políticas públicas, junto con la concepción neoliberal donde la salud es considerada un bien de consumo, es uno de los factores que impide que los tecnócratas chilenos formados en la Escuela de Chicago apliquen soluciones viables.
En efecto, el tratamiento igualitario en salud plantea la necesidad de un sistema público, universal y gratuito que sólo puede ser financiado con los impuestos de los que más ganan y de las grandes empresas.Este enfoque es incompatible con la mentalidad capitalista neoliberal tanto de la ex Nueva Mayoría como del gobierno empresarial de Piñera. Y la intención del titular de Hacienda Felipe Larraín (el austero de Harvard) y del talibán Valente es deshacer la tibia reforma tributaria de Bachelet para disminuirle los impuestos al 10% más rico del país.
Escrito por por Leopoldo Lavín Mujica