Las políticas nacionalistas y anti globalizantes del presidente Trump están produciendo resultados no esperados en América Latina. Gracias a las políticas anti mexicanas del presidente Trump, el próximo líder de México será el socialista Manuel López Obrador. Esta nueva autoridad latinoamericana pronto pasará a fortalecer las tendencias socialistas en el sur de América.
Por otro lado, el presidente Trump, sin quererlo, fortalece aún más las tendencias progresistas al sur del río Grande. El presidente hoy día decidió terminar con el tratado de desnuclearización de Irán. Con toda seguridad Irán reaccionará inmediatamente reiniciando su programa destinado a producir armas nucleares y cohetes balísticos intercontinentales en los próximos meses y años.
El presidente Trump y el resto de sus aliados occidentales, en respuesta, iniciarán severas sanciones económicas contra Irán. Entre estas sanciones estará la prohibición de comprar el petróleo iraní en los mercados internacionales. Estas medidas, más el embargo al petróleo controlado por Siria, aumentará gradualmente el precio del petróleo y es probable que este llegue a cien dólares el barril para fines del año 2018. Con todos estos acontecimientos, es altamente probable que la alianza entre China, Rusia, Turquía, Paquistán, e Irán; gradualmente se consolide. Esta alianza neutralizará los intentos intervencionistas de la elite cosmopolita y globalizante de los Estados Unidos. En otras palabras, esta coalición probablemente paralizará los intentos de los Estados Unidos por activamente intervenir en los asuntos de otras civilizaciones. El presidente Trump frente a este bloque opositor, no tendrá otra alternativa sino que cumplir con su programa nacionalista, aislacionista y anti globalizante que tan hábilmente defendió durante su última y victoriosa campaña electoral.
Todos los esfuerzos del presidente Trump estarán de esta forma, destinados a construir un muro lo suficientemente poderoso para que definitivamente separe a los Estados Unidos de América Latina. Todo esto eliminará la inmigración latina hacia el gran país del norte y ello fortalecerá enormemente el poder y prestigio del presidente Trump. El presidente, también leal a sus promesas de campaña, también llegará a un acuerdo con Corea del Norte. Este país dejará de ser un poder nuclear cuando sus armas nucleares sean entregadas a China de la misma forma como Ucrania entregó sus armas nucleares a Rusia en la década de los años 90. Con todos estos éxitos, el presidente podrá cumplir con su promesa electoral de dejar de pagar por la defensa de Corea del Sur y de Japón. De igual forma, el presidente reducirá enormemente los gastos estadounidenses en defensa de Europa occidental. El presidente ya lo ha dicho cientos de veces, que sus aliados europeos son suficientemente ricos como para pagar por sus gastos militares, La retirada militar de los Estados Unidos, tanto de Asia como de Europa occidental, le permitirá ahora al país, a usar trillones de dólares a fin de financiar su gigantesco programa de reindustrialización de los Estados Unidos y también el gigantesco programa de reconstrucción de la infraestructura nacional. Carreteras, líneas eléctricas de alta tensión, gaseoductos, oleoductos, vías férreas de alta velocidad, vías fluviales, puentes, puertos, aeropuertos y ciudades enteras serán así reconstruidas. Con todo este gigantesco programa de reconstrucción nacional, el presidente Trump será fácilmente reelegido para un segundo periodo presidencial y así pasará a la historia. Trump repetirá la hazaña realizada por el presidente Franklin D. Roosevelt en los años 30 y 40 del siglo XX. De esta manera, la economía estadounidense, por fin saldrá de un estancamiento que ya lleva varias décadas. Millones de puestos de trabajo serán creados y con ello la clase media y la clase obrera estadounidense por fin recuperará el nivel de vida que nefastamente perdió cuando el país cayó bajo la ideología neoliberal, cosmopolita y globalizante que se inició en los años 80 del siglo XX.
Pero no solo la parte norte del continente americano será la beneficiada con la exitosa administración del presidente Trump. La parte sur, es decir, América Latina y El Caribe, también serán enormemente beneficiados. Las políticas nacionalistas, aislacionistas y anti globalizantes del presidente Trump; también serán enormemente beneficiosas para las sociedades latinoamericanas. El ejemplo nacionalista y progresista que pronto iniciará México, también será extendido a toda Centro América, Colombia y el resto de América Latina. Presidentes nacionalistas y anti neoliberales serán probablemente elegidos en todos los países al sur del rio Grande. Naturalmente que con todo esto, el viejo bloque pro estadounidense y dependentista de México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú y Chile dejará de existir. Venezuela, gracias a los altos precios del petróleo pronto reconstruirá su economía y refortalecerá su revolución bolivariana. Lo mismo ocurrirá en Brasil y Argentina, la pesadilla neoliberal que afectó a estos países pronto dejará de existir. También es altamente probable que lo mismo ocurra en Chile y Perú. Por su parte, Paraguay y Uruguay también se incorporarán a esta nueva alianza antiliberal de los países del sur. La perseverancia del nuevo socialismo latinoamericano en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Uruguay, será así ampliamente recompensada.
Los historiadores futuros, con lujo de detalles narrarán como un multimillonario estadounidense, libertino, brillante para los negocios y con profundas ideas patriotas y nacionalistas; no sólo reconstruyó a los Estados Unidos, sino que también colaboró en forma importantísima en la definitiva liberación de América Latina. De esta forma el presidente Trump con su muralla y su política antiinmigrante, habrá hecho más que ningún otro político mundial, en sacudir y despertar el sentimiento de dignidad, patriotismo y nacionalismo de los pueblos latinoamericanos.
F. Duque Ph. D
Cientista Político
Puerto Montt, 08 de mayo de 2018