El presidente estadounidense Donald Trump reiteró este jueves, que su gobierno se ocupará de Cuba tras la asunción de Miguel Díaz-Canel del cargo de Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, que ocupaba Raúl Castro.
"Amamos a Cuba; nos vamos a ocupar de Cuba, realmente nos estamos ocupando de Cuba", aseveró Trump, que asiste a un evento de Interagencias en una de las instalaciones del Comando Sur estadounidense en Cayo Hueso, según informó el sitio contrarrevolucionario Martí Noticias.
“Estados Unidos no tiene ninguna expectativa de que el pueblo cubano vea mayores libertades bajo el sucesor elegido a dedo por Castro”, ha publicado la agencia española de noticias EFE, citando a un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, publicó otro sitio contrarrevolucionario financiado por la NED, Diario de Cuba.
El miércoles Helen Aguirre Ferre, asesora especial del mandatario y directora de Medios de la Casa Blanca, afirmó que: "La política del presidente Trump de canalizar fondos al pueblo cubano y no a los militares ni a los servicios de seguridad e inteligencia es consistente con los objetivos del pueblo de Cuba".
Agregó que "Estados Unidos no tiene ninguna expectativa de que el pueblo cubano vaya a ver mayores libertades bajo el sucesor de Castro elegido a dedo", e indicó que su país mantienen la "solidaridad" con la población isleña "mientras exige elecciones libres y justas, derechos humanos y civiles".
En el mismo sentido, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Heather Nauert, declaró que el gobierno estadounidense estaba muy preocupado por la situación y aseguró el martes que no era “optimista” sobre el rumbo que tomará la isla bajo el sucesor de Castro, porque esa transición “no es democrática“.
“Eso nos preocupa mucho. Nos gustaría que los ciudadanos puedan tener algo que decir sobre sus resultados políticos, y este proceso (en el Parlamento de Cuba) no parece que les deje tenerlo”, dijo Nauert en rueda de prensa.
“Esperamos que el nuevo presidente de Cuba escuche al pueblo cubano. No estamos seguros de que eso vaya a ocurrir. Nos gustaría ver una Cuba más libre y democrática. Estaremos observando, pero no somos demasiado optimistas”, añadió.
El 16 de abril, en una visita al parque Bucky Dent de Hialeah, Miami, en donde se presentó para promover su reforma fiscal, Trump profirió más amenazas de acciones contra Cuba y Venezuela, y advirtió que “van a ocurrir cosas muy, pero muy buenas”.
“Cuba, como ustedes saben, el presidente (Barack) Obama regaló todo y yo lo he recuperado. Estamos siendo muy duros con respecto a Cuba, porque queremos que el pueblo tenga libertad”, dijo Trump en una entrevista con Ninoska Pérez, una furibunda contrarrevolucionaria miamense.
El Gobierno de EE.UU. expresó el año pasado su apoyo a prolongar el bloqueo comercial contra Cuba, usando la Ley de Comercio con el Enemigo, promulgada en 1917 en Estados Unidos.
Las medidas de Trump han congelado, en la práctica, el proceso de normalización de relaciones con La Habana, que comenzó con el expresidente estadounidense Barack Obama.
El magnate neoyorquino condicionó cualquier negociación con Cuba para mejorar las relaciones a que la isla diera “pasos concretos” hacia la celebración de “elecciones libres” y la liberación de los “presos políticos”.
“Seguiremos mostrando solidaridad con el pueblo cubano en su petición de libertad y prosperidad. Por tanto, no se espera que cambie nuestra política de dirigir fondos hacia el pueblo cubano y alejarlos de los servicios militares, de seguridad y de inteligencia de Cuba”, ha añadido el portavoz estadounidense.
La Habana ha denunciado en reiteradas ocasiones que las medidas intervencionistas y restrictivas de Washington contradicen las leyes internacionales y violan su soberanía.
El presidente Díaz-Canel en su discurso de asunción fue muy claro en la línea de continuidad del socialismo en Cuba, lo que no tolera ni él ni la ultraderecha miamense, pero es lo que han elegido los cubanos en legítima democracia, y si usted desea leer, en legítima defensa también.