Se acaba de anunciar una nueva temporada de la popular serie “los tres chiflados”, ahora en versión truculenta. Sin embargo, debido al ascenso del movimiento feminista y asumiendo la ley de cuotas, se ha incorporado a una distinguida señora, aunque por tratarse de sólo tres personajes, le ha correspondido sólo un 33,3%. En fin, por algo se empieza.
Eso sí, como la nueva versión no tiene mucho de qué reírse, la actuación de los nuevos personajes (¿en busca de autor?), más bien da para llorar por lo burdo de su truculencia y lo mal elaborado de su guión, se buscó a lo más granado de la estulticia y obsecuencia internacionales para interpretar sendos papeles: Donald Trump, rol protagónico, Emmanuel Macrón, el bufón y Teresa May, rol protagónico femenino.
Si bien hubo algunos a los que no les gustó el primer capítulo de la nueva temporada, – es necesario recordar que la primera ministra de Alemania, Angela Merkel, si bien fue invitada a formar parte del elenco, se negó a participar, pues le ofrecían sólo un papel secundario, además de encontrar el guión de pésima calidad. Asimismo, el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, haciendo honor a su apellido, advirtió que de su territorio no despegaría ningún avión para llevar la escenografía y el vestuario al teatro donde se representaría la obra -, no faltó aquel que se puso a brincar de felicidad, tanto por la actuación de los actores, como por su contenido: el inefable y siempre solícito presidente de Chile, señor Sebastián Piñera, cuando de adorar, honrar, y compartir los valores que él dice reconocer en el país del tío Sam: libertad, democracia y respeto a los derechos humanos. No es broma, así se lo hizo saber al vicepresidente del imperio en un encuentro sostenido en el contexto de la Cumbre de las Américas realizada en Lima. Por supuesto, el gobierno de USA agradeció el apoyo del Presidente de Chile al bombardeo contra Siria.
Bueno, de Sebastián Piñera sabemos que no va a perder oportunidad para proferir cualquier estulticia, en cualquier momento y en cualquier parte. Pero tratándose de las relaciones exteriores de nuestro país, uno esperaría que el nuevo canciller, señor Roberto Ampuero, de quien se suponía un poco más de cultura general, de la cual él mismo ha hecho gala, no sólo aconsejó a su jefe, sino como obediente funcionario, corroboró sus declaraciones. Parece que, como este parcito, todavía sigue creyendo que en Irak sí existían armas de destrucción masiva, me voy a permitir entregarles una ayuda memoria.
Reproduzco unos párrafos de un artículo de mi autoría, que con el título “Obama, el tartufo”, se publicó en este medio el 5 de agosto de 2014:
“Por otra parte, el presidente Obama, al conocer los informes de la comisión que investigó las torturas a las que sometieron a sus propios connacionales luego del 9/11, comentó que era doloroso conocer esta situación, pero que había que entender el contexto del atentado terrorista en que se había producido.
Ahora bien, es lógico que el Presidente de los Estados Unidos de América, siga vociferando al mundo entero, de que el atentado a las Torres Gemelas fue un acto terrorista efectuado por militantes de Al’Qaeda; es su obligación. Sin embargo, ha sido comprobado fehacientemente, por los propios arquitectos e ingenieros que diseñaron las torres, y por los guardias que se encontraban en el sótano de una de las torres, que los edificios se derrumbaron, no por el choque de los aviones, sino producto de explosivos colocados en los cimientos. Tendrá que pasar algún tiempo para que algún gobierno futuro reconozca que fue un auto atentado. (*)
“Y si de auto atentados y de mentiras hablamos, Estados Unidos tiene una vasta experiencia, para tratar de justificar la intromisión militar o, lisa y llanamente, la declaración de guerra en contra de algún país. Un poco de historia dedicada al señor Obama:
1. El 15 de febrero de 1898, exactamente a las 21:40 horas, explota el acorazado Maine que se encontraba surto en el puerto de La Habana, Cuba. Mueren 264 marineros y dos oficiales que se encontraban a bordo. La prensa norteamericana de la época, manipulando groseramente la información, utilizando dibujos y entrevistas a personas imaginarias, inculpó a España del “atentado”, con el objeto de declararle la guerra y apoderarse de las colonias que todavía tenía bajo su administración: Cuba y Puerto Rico.
En 1975, el almirante norteamericano, Hyman G. Rickover, al frente de un equipo de investigadores, reunió todas los documentos e informes de las comisiones encargadas de la investigación en 1898 y las de 1912, cuando se extrajeron los restos del buque. Después de un exhaustivo análisis de todo el material recopilado, dictaminó, sin lugar a dudas, “que una fuente interior fue la causa de la explosión del Maine”. Lo que no deja de ser curioso, es que en el momento de la explosión, el capitán del navío, Charles Sigsbee y la casi totalidad de los oficiales (excepto los dos que fallecieron), se encontraban en tierra cumpliendo actividades protocolares.
2. El 7 de diciembre de 1941 se produce el ataque aéreo a la base norteamericana de Pearl Harbor por la poderosa flota de Japón incluidos sus portaviones. En aquella batalla fallecieron 103 civiles y 3478 militares estadounidenses. Durante algún tiempo se supuso que para Estados Unidos éste fue un ataque sorpresa. Sin embargo, historiadores y analistas de la época, llegaron a la conclusión que el gobierno norteamericano, con el Presidente Roosevelt a la cabeza, estaban perfectamente informados del ataque japonés, y estaban preparados para soportarlo, pues habían dejado en la base sólo los barcos más antiguos y algunos, incluso, dados de baja; los portaviones habían navegado mar adentro y no se encontraban en la base. El ataque a Pearl Harbor permitió al Presidente Roosevelt, que el Congreso le aprobara la declaración de guerra a Japón y así entrar en la Segunda Guerra Mundial.
3. El 4 de agosto de 1964 en el golfo de Tonkin, mar de China, en aguas territoriales de Vietnam del Norte, el destructor norteamericano Maddox es, supuestamente, atacado por lanchas torpederas norvietnamitas. El 7 de agosto el Congreso estadounidense adoptaba la resolución del Golfo de Tonkin autorizando al Presidente Lyndon B. Johnson a tomar “todas las medidas necesarias para prevenir más agresiones”. Entre esas medidas, estaban, por supuesto, iniciar una guerra no declarada contra Vietnam del Norte en la que costó la vida a dos millones de vietnamitas, a 50 mil soldados norteamericanos, la destrucción y contaminación química deliberada de millones de hectáreas de bosque virgen y de campos de cultivo.
Jean Poteat, analista de la CIA explicó, tiempo después, que “nunca hubo lanzamiento de torpedos como lo habían asegurado Lyndon B. Johnson y Robert McNamara, secretario de Defensa, que habían engañado al Congreso, ocultando las operaciones secretas para provocar un ataque que nunca se produjo”.
En 1990, en una entrevista, Robert McNamara admitió que la operación del Golfo de Tonkin fue un montaje para buscar el pretexto de invasión de Vietnam.
4. El 9 se septiembre de 2001, atentado “terrorista” a las Torres Gemelas de Nueva York. Consecuencia: tortura contra los propios ciudadanos norteamericanos y la promulgación de la Ley Patriota, que permite detener, violar la propiedad privada, espionaje telefónico y de internet, etcétera, sin orden judicial; es decir, todos son sospechosos mientras no se demuestre lo contrario. Esto, por supuesto, en el “mundo libre”, para salvaguardar la democracia.
5. El 20 de marzo de 2003, las tropas de Estados Unidos en alianza con el reino Unido, Australia y otros países, invaden Irak con el pretexto de que Saddam Hussein, poseía armas de destrucción masiva. Consecuencia, más de un millón de muertos y la apropiación del petróleo por parte de las transnacionales norteamericanas.
6. Julio de 2014. Estados Unidos entrega más recursos financieros y armamento pesado al gobierno de Israel, con el pretexto de que tiene todo el derecho a defenderse de los ataques de los misiles lanzados por los terroristas de Hamas.
Este relato es sólo una síntesis, como ayuda memoria para el Presidente Barak Obama, para recordarle sólo algunas de las inmoralidades y muertes que ha cometido Estados Unidos, y que sin duda, seguirá cometiendo bajo el más vil de los pretextos.
A pesar de todo, también seguirán existiendo los gobiernos obsecuentes, que correrán a rendirle pleitesía y a solicitar directrices que los puedan guiar en el azaroso camino de la conducción de sus respectivos países”.
Hasta aquí algunos párrafos del artículo de marras, publicado en 2014.
Otra de las grandes preocupaciones de nuestro señor Presidente, es la creación de una buena Agencia de Inteligencia para nuestro país. Pero, al tenor de lo expuesto, “estimado” Sebastián, usted debiera convenir conmigo, que las Agencias de Inteligencia, para lo único que sirven, es para construir montajes (de no muy buena factura) y, de acuerdo a la historia, jamás para prevenir atentados: ¿cómo es posible que de las más de 7 agencias de inteligencia y seguridad que funcionan en Estados Unidos, ninguna fuera capaz de prevenir el “atentado” a las Torres Gemelas”. En Chile le recuerdo, sólo como muestra, dos “pequeños” montajes: el llamado caso bombas (construido por el famoso Chico Peña y el experto en inteligencia que despachaba desde algún café con piernas, don Gonzalo Yuseff Quiroz) durante su primer mandato, y el que está de moda, famoso caso Huracán, montado por la Oficina de Inteligencia de Carabineros de Chile. ¡Qué tal!
(*) En agosto de 2017, falleció Malcon Howard, ingeniero experto en demolición de edificios, cooptado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Poco antes de morir, en su lecho de enfermo, confesó lo que para él era un secreto que no quería llevarse a la tumba: “Nosotros demolimos la torre 7”.
Aquí les dejo, estimados lectores el enlace de una pequeña joyita, especialmente para los incrédulos y, por supuesto para nuestro querido presidente y su “lúcido” canciller.
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https://www.youtube.com/watch?v=hWLjYJ4BzvI