Noviembre 15, 2024

¿Intenta EEUU la asfixia económica de Rusia?

La división de Ucrania en dos mitades casi simétricas (quedando el Sur y Este del país (incluida Crimea) bajo la órbita rusa mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE), significó “de facto” el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría Rusia-EEUU basado en el principio de “acción-reacción”, produciéndose por parte de EEUU la implementación de la estrategia kentiana en el plano económico.

 

 

 

Dicha estrategia bebería de las fuentes de la teoría expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” y publicado en 1949 donde anticipaba que “la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas”. Más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”.

 

En este contexto, asistimos a la imposición de sanciones comerciales por parte de EEUU y la UE contra Rusia tras la crisis de Ucrania que supusieron una aumento en las partidas de gasto en la compra de equipos, componentes y electrónica occidentales aunado con la jugada maestra del hundimiento del precio de los hidrocarburos hasta los 40 $/barril, medida que contó con Arabia Saudí como colaborador necesario y que significó un misil en la línea de flotación de la supervivencia económica del Gobierno de Putin así como serias dificultades para conseguir financiación externa a pesar de la subida de tipos de interés del Banco Central Ruso hasta la barrera
ionosférica del 10,5%.

La economía, el Talón de Aquiles de Putin

Según estima el Gobierno ruso, la economía rusa saldrá por fin de la recesión en el 2018 con un crecimiento positivo estimado del 1,5 % del PIB, una inflación cercana al 5% y una tasa de paro cercana al 6 %, datos
esperanzadores que sin embargo no podrán obviar la pérdida de poder adquisitivo de la ciudadanía rusa así como la drástica reducción del sector público y la consiguiente merma de las prestaciones sociales implementadas por el Gobierno de Medvédev que habría hecho oscilar en sus valores a la existencia misma de la clase media. Los recortes habrían provocado la agudización de la fractura social al quedar amplias capas de la población obligadas a vivir en umbrales de pobreza y depender de los subsidios sociales (30% de la población), debiendo destinar amplias partidas de las reservas para subsanar el rampante Déficit del Plan de Pensiones y quedando así diluidos los efectos benéficos de sus objetivos de impulsar la Vivienda y Sanidad Públicas, Reducción de Impuestos y el Cambio de tendencia Demográfica.

Así, la población de Rusia es de 145 millones y adolece de un crecimiento negativo desde 1.991 que se ha traducido en una reducción de 5 millones de personas en la última década. Asimismo, la estructura económica rusa controla solo 2,5% de las exportaciones mundiales y adolece de una excesiva dependencia de las exportaciones de gas y petróleo ( casi el 50 % de sus ingresos provienen de estas vías) a lo que habría que añadir la obsoleta planificación estatal herencia de la época jruscheviana, pues el complejo militar, los proyectos espaciales y las subvenciones a la agricultura siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de alimentos.

¿Nuevo cártel OPEP-Rusia?

El acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción del gasoducto de South Pars a Homms que conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo permitiría la llegada del gas iraní a la Unión Europea y aliviaría la severa rusodependencia energética europea, relativizando de paso la importancia estratégica de Turquía dentro del Proyecto del Gasoducto Trans-Adriático (TAP) así como el papel relevante de
Arabia Saudí y Emiratos Árabes como suministradores de crudo a Occidente. Tanto Irak como Siria estarían inmersos en procesos internos destructivos fruto de la balcanización implementada por EEUU siguiendo su doctrina del caos ordenado por lo que la exportación de productos petrolíferos de dichos países se antoja harto complicada, por lo que Rusia sería en estos momentos la única potencia capaz de pacificar el avispero sirio y facilitar la exportación de productos petrolíferos de Irak e Irán.

En consecuencia, tras el acuerdo OPEP-Rusia para reducir la producción de petróleo y que habría conseguido elevar el precio del crudo hasta los 70€/barril, no sería descartable el nacimiento de un nuevo cártel energético que utilizaría el petroyuán en las transacciones comerciales para luego utilizarlas para incrementar sus reservas de oro y así adquirir preeminencia frente al dólar en las operaciones financieras internacionales, dentro de la ofensiva de Putin para acabar con el papel del dólar como patrón monetario mundial tras la imposición por parte de EE.UU. de nuevas sanciones contra Rusia.

¿Intenta EEUU la asfixia económica de Rusia?

EEUU quiere evitar a toda costa que Putin se perpetúe en el Poder por lo que procederá a aplicar de nuevo la estrategia kentiana para lograr la asfixia económica de la economía rusa. Así, tras el affaire Skripal, la Administración Trump ha impuesto sanciones contra 7 oligarcas rusos vinculados directamente con Putin así como a las 12 compañías que poseen o controlan, de la que sería paradigma las empresas del grupo Deripaska investigado en EEUU por sus presuntas conexiones con Paul Manafort dentro de la llamada “trama rusa” y que según el diario digital Gazata.ru podría afectar al 15% de la economía rusa.

Asimismo, tras acusar a Rusia de ser corresponsable del presunto ataque químico contra la ciudad siria de Duma , Washington ha dado de plazo hasta el próximo 5 de Junio para que las empresas extranjeras que mantiene contacto con ellas, cesen su actividad completamente. Ello, aunado con el hundimiento del rublo ( pérdidas del 15% respecto a las principales divisas internacionales) sería un misil en la línea de flotación de la supervivencia económica del Gobierno de Putin pues implicará serias dificultades para conseguir financiación externa, un aumento en las partidas de gasto en la compra de equipos, componentes y electrónica occidentales no siendo descartable una Revolución de Colores que movilizará a la sociedad rusa para protestar contra la carestía de la vida, pudiendo reeditarse los disturbios y protestas sucedidas con Jruschov (represión del levantamiento de obreros de Novocherkaask, 1962), con lo que EEUU conseguiría que se debilite el otrora poder omnímodo en el Partido y en la Administración y finalmente apartarlo del poder.

 

 

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