#SalmónQuímicoChileno Fuera de nuestro menú y del mar!!!, es el nombre de la campaña que da cuenta de los graves impactos causados por la contaminante industria salmonera en Chile: “Las sucesivas crisis sanitarias, ambientales y sociales ocurridas en el archipiélago de Chiloé y las regiones patagónicas de Aysén y Magallanes demuestran que la industria salmonera es ambientalmente insustentable y constituye una grave amenaza para la salud pública, la seguridad alimentaria, los intereses de los consumidores, y los derechos de las comunidades costeras y pueblos originarios”.
En este marco, se ha creado un portal web con diversa información relacionada a estos hechos, denominada #Salmónquímicochileno, donde se puede acceder a antecedentes en diferentes territorios del sur, tales como: Aysén, Chiloé, Magallanes, Valdivia, entre otros.
Se invita a firma campaña digital adhiriendo la siguiente declaración pública, ingresando nombre y correo electrónico:
Esta industria transnacional es un enclave económico en nuestro país, con escaso vínculo con las necesidades de alimentación nacional, donde la fase sucia de producción, con alta contaminación química y orgánica, convierten a los territorios costeros en zonas de sacrificio; mientras que todo lo que produce se exporta a los mercados de Estados Unidos, Japón, Brasil, China, Rusia y Unión Europea.
A diferencia de lo que ocurre en otros países productores de salmón, la industria salmonera en Chile emplea de manera masiva cientos de toneladas de antibióticos, antiparasitarios y colorantes, además de miles de litros de pinturas biocidas anti-fouling, en base a metales pesados.
Las malas prácticas sanitarias de esta industria han generado la introducción de por lo menos 20 enfermedades virales, bacterianas y parasitarias en las aguas de Chiloé y la Patagonia, comprometiendo irreversiblemente el patrimonio sanitario acuático.
Los salmones exportados desde Chile se alimentan de harina y aceite de pescado, materias primas obtenidas de las sobreexplotadas pesquerías de jurel, sardina y anchoveta del Pacífico Sur. Otro porcentaje de su dieta viene de granos como soya, canola y lupino.
Las empresas salmoneras presentan las mayores tasas de accidentabilidad y mortalidad de buzos a nivel global. A su vez registra los menores salarios, las más extensas jornadas de trabajo y altos niveles de subcontratación.
Chiloé se ha transformado en un laboratorio mundial para la evaluación de los efectos de la resistencia bacteriana en las cadenas tróficas, la biodiversidad marina, y la salud de los trabajadores del salmón, sus familias y comunidades.
El actual proceso expansión territorial del monocultivo de salmón impacta en la seguridad alimentaria y los derechos ancestrales de acceso y uso a los territorios marino-costero y aguas continentales de los pueblos originarios Mapuche y Kawésqar.
Además, la industria del salmón está amenazando los ecosistemas de ríos y lagos en todo el sur de Chile.
ADHERIR: http://salmonquimicochileno.ecoceanos.cl/firma-aqui/