Noviembre 15, 2024

Cantante uruguaya desaira al gobierno de Israel en aniversario del asesinato de Raquel Corrie

El pasado 16 de marzo se conmemoró el 15 aniversario de la violenta muerte de la joven pacifista estadounidense Raquel Corrie, de 23 años, aplastada deliberadamente por un bulldozer del ejército israelí, en la localidad palestina de Gaza.

 

 

El aniversario pasó desapercibido para la prensa internacional occidental, coludida en encubrir los crímenes del gobierno de Israel, pero no para la valiente y notable cantante uruguaya, Natalia Oreiro, quién ante el llamado de la sociedad civil palestina y del movimiento pacifista Boicot, Desinversación y Sanciones- BDS, resolvió no presentarse al concierto musical programado en Tel Aviv para el pasado 20 de marzo.

La noticia, que cayó como un baldón de agua fría en las cabezas agresivas y calenturientas de las autoridades fascistas que gobiernan Israel, fue difundida en la víspera en Tel Aviv por el presentador televisivo, Guy Pines, quién comentó que la cantante, había esgrimido como pretexto para incumplir con su presentación, un supuesto problema de salud, pero que en realidad era el resultado “de la importante campaña del movimiento BDS, que realizó a nivel mundial para que Oreiro no se presente”.

OREIRO EN LA ESCENA

Oreiro, en efecto, había recibido miles de cartas, entre las que se incluyó, una de Bassem Tamimi, padre de la adolescente palestina Ahed Tamimi, de 17 años, encarcelada juntamente con más 300 niños y niñas, procedentes de los territorios palestinos ocupados por la invasión militar israelí, por el solo hecho de haber participado en manifestaciones contra las demoliciones de viviendas de palestinos por bulldozer israelíes.

La joven Ahed fue hecha presa por abofetear a 2 militares israelíes, luego que se enterara que su primo de 14 años, había sido recibido el disparo de una bala de goma, disparado por un soldado israelí, ocurrido el pasado 19 de diciembre, al resistir un allanamiento de su vivienda en horas de la noche.

Ahed Tamimi, al cierre de esta edición, ha sido condenado por un tribunal israelí a 8 meses de cárcel y al pago de una multa de 5,000 shekels, equivalente a US$ 1,400. Al final de la audiencia, recriminó a los jueces: “No hay justicia bajo la ocupación.

También, entre los que la convocaron, se contó el llamamiento conjunto que hicieron Haitham Arrar, en representación de la Unión General de Mujeres Palestinas, y Jessica Nevo, de la Coalición de Mujeres por la Paz de Israel, quienes en una carta pública, le pidieron para que en el marco de las acciones del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), cancele su presentación programada para el 20 de marzo en Tel Aviv.

La proeza de Natalia Oreiro ha vuelto a poner en la agenda política la indignación internacional por el asesinato impune de Raquel Corrie, registrada el 16 de marzo del 2003, en circunstancia que con un numeroso grupo de activistas trataban de impedir, oponiendo sus cuerpos, la demolición de viviendas de residentes palestinos.

HOLOCAUSTO DE RAQUEL

En el momento en que el pesado Caterpillar D-9 se avalanzó, la aplastó y dio muerte, los manifestantes habían salido al paso del bulldozer para defender la vivienda del farmacéutico palestino, doctor Samir Nasrallah, que residía en ese lugar por más de 30 años.

Raquel Corrie había arribado a Gaza en enero, dos meses antes, en cumplimiento de un programa de hermanamiento de su ciudad natal Olympia (Washington), donde había nacido el 10 de abril de 1979, con la ciudad palestina de Rafah, localizada al sur de Gaza.

Luego de ser objeto de una calurosa acogida, tomó conocimiento de la existencia del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM, sus siglas en inglés), creado para solidarizarse con los palestinos frente a los abusos de toda clase cometidos por el militarismo israelí.

Al igual que decenas de jóvenes estadounidenses y europeos, decidió incorporarse a las filas del ISM, para participar en acciones no violentas. Estaba convencida de que el ejército Israelí no los agrediría y no consumaría las demoliciones.

DÍA TRÁGICO

Ese 16 de marzo del 2003, Raquel Corrie estaba lejos de imaginar que su vocación y empeño pacifista no se compadecían con la vocación fascista que caracteriza al ejército israelí de ocupación y que su actitud pacífica, tanto de ella como de sus acompañantes, sería vituperada y reprimida con su deliberado asesinato.

Según reportes de la prensa internacional, los pacifistas bloquearon por espacio de tres horas el camino por el que los bulldozer pretendían lanzarse contra las viviendas de los residentes palestinos en la Franja de Gaza, con la finalidad de levantar en sus lugares nuevos asentamientos israelíes, en el marco de una estrategia de ocupación plena del territorio, en contra de las resoluciones de las NNUU que las han prohibido.

Hay filmaciones de los compañeros de Corrie, en el que se ve a la activista permanecer inamovible frente a un bulldozer cuyo conductor, un militar israelí, acostumbrado a cumplir órdenes, avanzó sin detenerse, sin escuchar el llamado para que se retire y sin tener en cuenta que frente a las máquinas se desarrollaba una protesta pacífica de solidaridad con las víctimas de un abusivo desalojo.

Corrie, de repente, fue aplastada por el bulldozer. El conductor impulsó su máquina por encima de su cuerpo y siguió contra la vivienda de Samir Nasrullah, que en cuestión de minutos fue demolida. Los compañeros de Corrie corrieron a auxiliarla, sin poder hacer nada para salvarla, porque su muerte se produjo de manera inmediata.

CRIMEN DELIBERADO

Testigos presenciales afirmaron que el conductor la había visto y la atropelló de forma deliberada, en contra de su declaración posterior, por la que aseguró que no la vio y que su muerte fue accidental.

Dos años después, la corte de justicia israelí ventiló una demanda de los padres estadounidenses de Raquel Corrie contra los militares asesinos y resolvió que “su muerte fue accidental” y que “ella fue responsable” y absolvió del crimen a los miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel, autores del crimen.

Por supuesto, la ocurrencia en seguida de nuevos asesinatos confirmaron que su muerte no fue accidental, sino una decisión política y militar planificada por el gobierno de Israel para reprimir, escarmentar y erradicar estas prácticas pacifistas de oposición a la política de demolición de viviendas de palestinos y de creación de asentamientos israelíes en los territorios ocupados por la fuerza de las armas.

MÁS PACIFISTAS TIROTEADOS

Pruebas al canto. Al mes siguiente, el 11 de abril, el voluntario pacifista británico Tom Hurndall, de 22 años, fue objeto de un disparo certero en la cabeza, por un francotirador de las fuerzas de ocupación, mientras participaba en una manifestación en el campo de refugiados palestinos de Rafah.

Quedó gravemente herido, fue auxiliado por sus compatriotas y evacuado por su gobierno a un hospital londinense, donde murió el 14 de enero del 2004, nueves meses después, a causa de la gravedad de sus lesiones.

A menos de un mes de este crimen, el 02 de mayo, militares israelíes, a bordo de un tanque de guerra, apostados en la zona fronteriza , entre la ciudad de Rafah (en la Franja de Gaza) y Egipto, se ensañaron esta vez con el camarógrafo, también de nacionalidad británica, James Miller, de 43 años, impactándole un certero balazo en el cuello, en momentos que filmaba a varias excavadoras israelíes, destruyendo casas de palestinos, y llevaba una banderita blanca, adherida a su equipo, en señal del trabajo pacífico que realizaba.

Las ambulancias palestinas fueron impedidas de auxiliarlo por el nutrido fuego de fusilería desde los tanques contra los activistas palestinos que trataban de impedir la destrucción de sus viviendas. Finalmente, fue auxiliado por militares israelíes que lo llevaron a uno de sus hospitales levantados en los territorios ocupados, donde falleció apenas ingresó debido a la gravedad de su lesión.

CONFESIÓN DE FÉ

Raquel Corrie, la primera de esta escalada de asesinato de pacifistas, estaba convencida de la necesidad de una resistencia ghandiana no violenta ante los abusos del ejército israelí contra los palestinos. En la última carta que le dirigió a su madre antes de su asesinato, escribió:

“Sólo quiero decirte que tengo mucho miedo, y que me estoy cuestionando la creencia fundamental en la bondad de la naturaleza humana. Esto tiene que acabar. Creo que merece la pena que lo dejemos todo y dediquemos nuestra vida a ponerle fin a esto. Ya no me parece algo extremista. Todavía quiero bailar al ritmo de Pat Benatar y dibujar cómics para mis compañeros de trabajo. Pero también deseo que esto termine”.

SU NOVIO

En su momento, su asesinato fue silenciado por la prensa internacional porque se produjo apenas cuatro días antes del asalto e invasión, de una coalición occidental encabezada por EEUU, a Irak (20 de marzo al 1º de mayo del 2003), para derrocar y asesinar al presidente Sadam Hussein, suceso que ocupaba las primeras planas de los medios con anticipación.

Su novio, Colin Reese, que la secundaba en sus ideales pacifistas no pudo soportar el asesinato de su amada y optó por suicidarse. Días antes, Colin participó en un documental en homenaje a Raquel, titulado “Death of an idealist” [Muerte de una idealista], donde dijo: “Todo lo que era Raquel, las brillantes ideas que tuvo, los proyectos artísticos que realizó han quedado reducidos en su muerte”.

Los pacifistas que insisten en darle su solidaridad al pueblo palestino han bautizado con el nombre de Raquel Corrie, a un buque que cumple la misión, varias veces al año, de llevar ayuda humanitaria a los palestinos de Gaza.

Los militares esbirros del gobierno de Israel que controlan el ingreso de cualquier nave a Gaza, han hecho toda clase de maniobras para impedirlo, sin lograrlo, por la presión mundial que aprueba ese tipo de ayuda.

Una calle de Madrid también lleva el nombre de esta valerosa mujer y con seguridad muchos pueblos del mundo harán lo mismo dándole su nombre a plazas, parques, paseos e instituciones de bien social, con lo cual sus asesinos nunca tendrán paz hasta que sean derrocados, y lo serán, tarde o temprano, por acción de los pueblos palestino e israelí.

PALESTINOS E ISRAELÍES

El martirologio de los pacifistas Corrie, Hurndall y Miller no ha caído en saco roto. Sus inmolaciones animan en estos momentos decididas acciones pacifistas contra el fascismo israelí, entre ellos las del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) al gobierno de Israel, en el que están comprometidos los propios israelíes contrarios al fascismo militar gobernante y a la ocupación militar de territorios palestinos.

La facción fascista que gobierna Israel esconde, incluso con el uso de la fuerza, que el pueblo israelí es partidario de una solución pacífica y del surgimiento de un gobierno binacional, en el que palestinos e israelíes se unan en base a una política de rectificación histórica israelí, que signifique el fin de la ocupación militar, del apartheid , la devolución de los territorios ocupados y el fin de toda forma de usurpación de territorios palestinos.

Muchos israelíes, de notable trayectoria intelectual, luchan dentro y fuera de Israel por impulsar acciones no violentas contra el fascismo israelí, entre ellos el reputado historiador israelí Truthout Ilan Pappé, uno de los arquitectos del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), quién no ha vacilado en denunciar ante el mundo que Israel ha construido un modelo de prisión permanente al aire libre en Gaza y Cisjordania.

Pappé, sin temor ni medias tintas, ha desnudado al fascismo sanguinario que gobierna Israel, en su nuevo libro “The Biggest Prison on Earth. A History of the Occupied Territories” [La mayor prisión de la Tierra: Historia de los territorios ocupados].

(*) Periodista.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *