Este domingo 11 de marzo 2018 se supone que estamos frente a un nuevo cambio de gobierno, pero ¿cambia algo con la salida de Bachelet y la nueva llegada de Piñera a La Moneda? En realidad todos estos traspasos de mando lo único que buscan es dar continuidad al régimen que se instauró desde la dictadura y que básicamente apunta a mantener los privilegios de la elite empresarial y política que tenemos en Chile. Esto fue lo que vimos con las sucesiones de Bachelet a Piñera, de Piñera a Bachelet y ahora de nuevo al revés, es como el juego de las sillas musicales.
Desde 1990 a la fecha a pesar de los cambios de nombres, no es mucho lo que cambia en realidad, continúan las mismas políticas económicas neoliberales que instauro la dictadura y la lucha de los que están en el poder para mantenerlas a punta de llevar a cabo una represión violenta contra las movilizaciones y las demandas que tienen los trabajadores, los estudiantes, los mapuche, los pobladores y otros sectores sociales que se atreven a movilizarse.
Los cambios solo vendrán de las luchas que da el pueblo movilizado.
Después de tres décadas de fraudes, la bronca y la rabia acumulada en la sociedad ya es demasiado evidente, por ahora esto se ha manifestado en que apenas un 50% del electorado, va a votar en las elecciones presidenciales y parlamentarias, en otras palabras la mitad de los ciudadanos no han marcado ninguna opción presidencial y tampoco por los que hoy están en el Parlamento. Un descontento social que cada día que pasa solo tiende a agudizarse, a lo anterior tenemos que agregar que amplios sectores de la ciudadanía siente una profunda desconfianza en un nuevo gobierno de los patrones.
La pavorosa desigualdad social que se ha acumulado en estos años, representada fundamentalmente en los bajos salarios de los trabajadores, las cada vez más miserables pensiones que están pagando las AFP a los trabajadores que se jubilan, la mala atención en los consultorios y hospitales públicos, junto a un sistema público de educación que han tratado de destruir sistemáticamente desde la dictadura hasta hora, son una receta acaba para que veamos una explosión social en el próximo periodo y tomando en cuenta que Piñera no cuenta con los respaldos que tuvieron los gobiernos de la Concertación que luego se convirtió en Nueva Mayoría, que contaba con partidos con alguna capacidad para frenar las luchas de algunos sectores sociales o por lo menos para debilitarlas.
Chile cambio.
Como plantearon algunos dirigentes sindicales del movimiento NO + AFP, después de las grandes movilizaciones del año 2017 “Chile cambio” y cualquiera sea el gobierno que llegue a La Moneda, ahora se le hará mas difícil poder gobernar, ya estamos empezando a ver un pueblo empoderado, que con un poco de incentivo puede dar pasos que irán mas allá de lo que hemos visto hasta ahora y un gobierno de los “gerentes” encabezado por Piñera nos puede entregar ese necesario incentivo.
La democracia en Chile es un mito.
Tenemos el mismo régimen institucional heredado de la dictadura, hoy 30 años después de supuesta democracia, seguimos regidos por la Constitución de un dictador, de un asesino y mientras no seamos capaces de terminar con la Constitución de la dictadura, nada realmente cambiara en este país, solo veremos una sucesión de nombres que terminaran aplicando las mismas políticas y el mismo sistema económico neoliberal de los últimos 40 años.
Hoy nuevamente estamos frente a un gran tongo, o si lo prefieren un gran show para tratar de hacernos creer que Chile es un país democrático.
Celso Calfullan
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.