Un golpe de la CIA, del cual poco se habla, fue la llamada Operación Pantomima, programada y realizada en plena guerra fría cuando el presidente Truman le encomendó a Marshall la lucha contra el comunismo.
Para Europa Marshall ideó el llamado Plan Marshall y para América la creación de la OEA, a cuya realización se oponía el más poderoso político colombiano del momento, Jorge Eliécer Gaitán.
Como herramienta de disuasión de los seguidores del líder popular, bajo la presidencia de Mariano Ospina Pérez, desataron premeditadamente, a partir de 1946 el genocidio al Movimiento Gaitanista, en el que persiguieron y asesinaron a miles de sus integrantes, por lo que los allegados al líder popular le advertían que se cuidara, porque podían también asesinarlo a él.
Gaitán respondía: “La oligarquía colombiana no me mata porque sabe que si lo hacen el país se vuelca y tardarán años sin cuenta hasta que las aguas regresen a su nivel normal”.
Los Estados Unidos, por conducto de Marshall a través de Alberto Lleras Camargo, a quien el pueblo apellidó Mr. Lleras por ser un vasallo incondicional al servicio de los Estados Unidos y a quien Gaitán, por ello mismo, calificó como “un hombre con alma de secretario”, convocaron y organizaron en Bogotá para abril de 1948 la IX Conferencia Panamericana con el fin de crear la OEA.
Nada más oportuno que asesinar a Gaitán en plena Conferencia, calculando que se presentaría la explosión popular que el líder popular vaticinaba que sucedería si lo eliminaban.
No es una coincidencia que al líder popular Jorge Eliécer Gaitán lo hubieran asesinado en plena Conferencia Panamericana, convocada para crear la OEA.
A Gaitán, siendo la figura política con mayor poder político en ese momento en Colombia, el gobierno no quiso invitarlo a participar en dicha conferencia, porque él se oponía a su creación, arguyendo que era un instrumento que sería manejado por los Estados Unidos como herramienta para imponer el capitalismo en el marco de la guerra fría.
El general Marshall preveía que el asesinato de Gaitán resultaría en una gigantesca explosión popular, tal como sucedió y que, al atribuirle el alzamiento popular al comunismo nacional e internacional, asustarían a los delegados a la Conferencia, forzándolos psicológicamente a aprobar, sin reticencias, la creación de este organismo propuesto por los Estados Unidos.
Tal cual sucedió y fue así como una iniciativa que inicialmente no gozaba de mucho entusiasmo en la mayoría de las delegaciones latinoamericanas, terminó recibiendo el entusiasta apoyo, aterrorizados de ver lo que supuestamente podía hacer el comunismo.
Con los años, oficialmente han desmentido que el comunismo hubiera estado involucrado en el crimen y en el alzamiento popular.
Comentario al artículo de Eva Golinger Una Agresión Permanente: El Golpe Suave en América Latina (Parte 1[1] publicado en RT en la página “Conversando con Correa” en su Sección OPINIÓN.
[1]https://actualidad.rt.com/