El presidente de facto de Brasil, Michel Temer, declaró que el plan de militarización del estado de Río de Janeiro servirá como un “laboratorio” para todo el país, por lo que no descartó que las fuerzas armadas sean desplegadas en otras regiones.
“No vamos a quedarnos apenas en Río de Janeiro. La seguridad pública hoy es algo solicitado en todo el país. Todos los gobernadores, secretarios de seguridad, vienen aquí a pedir auxilio”, sostuvo Temer sobre el despliegue militar.
Temer manifestó que la intervención en la seguridad de Río de Janeiro es “parcial y democrática, porque está amparada por la Constitución”.
Temer informó que este jueves se reunirá con todos los gobernadores del país para “verificar caso por caso”.
De acuerdo con información oficial, el objetivo de la intervención es detener el aumento de la criminalidad y la violencia en Río de Janeiro. El decreto fue aprobado el pasado martes por la Cámara de Diputados de Brasil, con 340 votos a favor, 72 contra y una abstención.
La decisión de intervenir militarmente Río de Janeiro ha sido duramente criticada por movimientos y organizaciones sociales, incluso por el propio comandante del Ejército brasileño, el general Eduardo Villas Bôas, quien afirmó en días pasados que la medida es un error.
Por su parte, expertos en seguridad y políticos opositores sospechan que la intervención no es más que una maniobra de Temer para ganar apoyo en las elecciones del próximo octubre.