Como ha sucedido en repetidas ocasiones durante ya casi dos décadas, en las últimas semanas ha vuelto a activarse un orquestado coro de fuertes críticas hacia el gobierno venezolano por parte de diferentes agentes gubernamentales externos, tanto de países latinoamericanos como del hemisferio Norte. Por supuesto, también nuevamente, una oleada de noticias e informaciones sobre la situación venezolana inunda a los medios de comunicación dominantes, dificultando el debate y la confrontación de ideas sobre el tema.
Desde el Movimiento Autonomista nos pronunciamos acá sobre los sucesos más recientes.
1. Durante su gira por la región en el presente mes de febrero, el Secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, ha instado explícitamente a los gobiernos de nuestra región a llevar a cabo medidas contra el Gobierno y la economía venezolana, incluyendo medidas restrictivas para la importación de crudo y sus derivados. Por su parte, el llamado “Grupo de Lima”, integrado por los gobiernos de doce países latinoamericanos incluido el de Chile, lanzó en un nuevo encuentro críticas e interpelaciones al actuar del Gobierno encabezado por el Presidente Nicolás Maduro, desconociendo la Asamblea Constituyente democráticamente electa y en actual funcionamiento, y rechazando las elecciones convocadas para el 22 de abril de este año. Una postura similar ha tenido el Gobierno de Chile por medio de su Ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, quien, si bien ha dicho de manera general que rechaza una intervención militar externa en el hermano país, no se ha referido a las acciones militares que se están realizando cerca de sus fronteras, ni ha criticado a los actores que explícitamente han defendido tal idea, como sectores de la derecha venezolana, regional, y estadounidense.
2. Las declaraciones expuestas se suman a la lista de acciones antidemocráticas que han buscado incansablemente denostar al proyecto bolivariano y limitar el derecho de autodeterminación de su pueblo. Dichas acciones han incluido también a actores extra continentales como la Unión Europea y a sectores políticos y empresariales externos cuya falta de compromiso con la democracia y los derechos humanos que dicen defender en Venezuela, tiene numerosos ejemplos de muestra. Por esto, condenamos el actuar injerencista de EEUU, del llamado “Grupo de Lima” y de la Cancillería Chilena, y en particular, la gira intervencionista del Secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, quién viene exponiendo y formulando una política de abierto reimpulso a la “Doctrina Monroe” y su “América para los americanos”, la misma que tanto daño ha hecho a los pueblos de América Latina y el Caribe.
3. Con sus acciones y declaraciones en torno a la situación venezolana, los gobiernos de los sectores más conservadores y neoliberales de nuestro continente se hacen también responsables de las consecuencias de esta geopolítica neocolonial e imperialista, reforzada hoy por el gobierno de Donald Trump y por sectores de conducción del gigantesco aparato militar estadounidense. Por esto, no podemos dejar pasar por alto la intensa activación de ejercicios militares estadounidenses en las cercanías geográficas de Venezuela, o, yendo a otro hecho de reciente anuncio, la concesión por parte del Gobierno de Macri, en la Triple Frontera de Argentina con Brasil y Paraguay, de la instalación de una nueva base militar estadounidense en nuestro continente, que ya suma más de 80 instalaciones de este tipo.
4. Además, consideramos de una total falta de criterio la reciente cancelación de la invitación del Gobierno de Perú al Gobierno de Venezuela a participar en la Cumbre de Las Américas, confirmando que la línea de acción de los gobiernos del llamado “Grupo de Lima” apunta a la exclusión y ataque contra el legítimo Gobierno de Venezuela, en un impresentable doble estándar por parte de Gobiernos involucrados en sucesos tanto o más graves que los que le imputan al Gobierno venezolano, como son, para citar algunos casos, las situaciones de carencias democráticas y numerosas vulneraciones a los derechos humanos en Honduras, México, Colombia, Brasil, Argentina, o el mismo Chile. Siempre será bueno y necesario conversar y debatir sobre los escenarios de la política internacional, y más cuando se trata de violaciones a los derechos humanos, de las graves carencias de nuestros sistemas políticos y democracias, o de los problemas económicos, sociales y cotidianos que afrontan los pueblos a lo largo y ancho del mundo. Por lo mismo, llamamos a que esto se haga sin utilizar con tanto sesgo y oportunismo sólo algunos escenarios específicos para omitirse frente al resto.
5. No desconocemos la compleja situación social y económica ni la tensión política que se viven en Venezuela. Por cierto que éstas deben ser objeto revisiones y rectificaciones al interior de Venezuela, y también de aprendizajes y debates para las fuerzas transformadoras de nuestro continente y el mundo. Dentro de esa legítima pluralidad de opiniones en torno a un país que ha sido referencial en las disputas políticas de este momento histórico, creemos necesario que se ponderen en su justa medida las fuerzas y proyectos en pugna, y el contexto geopolítico en que se desenvuelve la situación venezolana.
6. Creemos que las iniciativas y políticas que ha emprendido el Gobierno en el último tiempo para salir de la situación de crisis en la que está el país, como en el ámbito político, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la realización de las elecciones regionales (donde la oposición obtuvo sólo 5 de las 23 gobernaciones, pero de mucha trascendencia), y la anticipación de elecciones presidenciales (cuestión que la propia oposición demandaba hasta hace poco), si bien pueden y deben ser analizadas y si es necesario criticadas, parecen ser una muestra de voluntad de llegar a diálogos y acuerdos con la oposición. En el mismo sentido, tal como reconoció públicamente el ex Presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, fue la oposición la que se negó a firmar acuerdos que ya habían sido conversados y aprobados por el propio Gobierno de Nicolás Maduro en la mesa de negociación desarrollada en Santo Domingo. Confiamos en que tales compromisos y garantías puestas en ese proceso se cumplan de todos modos, y nos ponemos a disposición de colaborar con esa y otras iniciativas que puedan surgir para apoyar el diálogo y la solución democrática de los problemas actuales.
7. Como en todas las ocasiones que sea necesario hacerlo, desde el Movimiento Autonomista, expresamos nuestra confianza y apoyo al pueblo venezolano en su lucha por resolver sus conflictos democrática y soberanamente, por los cauces institucionales que se ha dado, y manteniendo las banderas de dignidad, fraternidad, y humanidad que han inspirado lo mejor de su historia y presente.
Dirección Nacional y Comisión de Política Internacional Movimiento Autonomista