Como hemos escrito reiteradamente, lo peor del Gobierno de la Nueva Mayoría ha sido y es su política internacional. A cargo de la cartera de Relaciones Exteriores está el PPD Heraldo Muñoz (casualmente Heraldo significa: “Oficial o caballero que actuaba como mensajero o encargado de anunciar las noticias importantes”)
Y este Heraldo del PPD no es ni oficial ni caballero, pero actúa como mensajero del viejo y terrorista Tío Sam, encargado de anunciar sus políticas intervencionistas).
Los comunistas han actuado con total lealtad al Gobierno. El PC no tiene, como el resto de los partidos de la coalición gobernante, dos alas (una siempre de derecha, poniendo problemas a las importantes reformas de la Presidenta Bachelet). El PC, fiel a su tradición de unidad de acción, ha estado como un solo bloque respaldando a los cambios en favor de Chile y su pueblo.
Pero, como la posición internacional del Gobierno chileno ha llegado a un extremo increíble, no puede callar, no puede ser cómplice de la intervención directa que trama el imperialismo contra el pueblo venezolano, y ha alertado que nuestro país aparece dentro de un grupo que está dando luz verde a una acción incluso militar contra la patria de Simón Bolívar.
Son 12 países de América bautizado como el Grupo de Lima. Ninguno de los otros once son gobiernos democráticos: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.
Suenan tambores de guerra. Primero pasó Tillerson por los países
de Sud América, luego llegó el segundo emisario del terror Kurt Tidd a tierras colombianas; Temer, el que escaló a la Presidencia de Brasil tras un golpe de Estado parlamentario, junto al gobierno de Guyana redoblan su presencia militar en la frontera con Venezuela.
Y para completar este crítico cuadro, mañana martes 20 de febrero de 2018, se reúne el Cartel de Lima para continuar con el aval internacional para la invasión militar. Y ahí está metido Chile. El Chile que conoció las maniobras de la CIA, la intromisión del imperialismo, el golpe fascista dirigido a control remoto desde Washington, que sufrió casi 17 años de una dictadura terrible.
¡Cuánta nos falta Salvador Allende, ese revolucionario consecuentemente antiimperialista, que ofrendó su vida por sus elevados ideales!
Por todo lo anterior, saludo las valientes y claras declaraciones tanto de la Dirección de mi Partido, como de algunos esclarecidos dirigentes comunistas, como es el caso del compañero Daniel Jadue, el brillante alcalde de Recoleta.
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER