Noviembre 15, 2024

Hay que preguntarle al Papa

Soy respetuosa de las religiones y más aún creo que muchas le hacen muy bien al ser humano. Siendo atea soy una profunda admiradora de Jesucristo. Sus enseñanzas siguen siendo válidas después de 2018 años de su nacimiento y hay que ser solo tan extraordinario como él para inspirar a toda una civilización sobre su vida. Admito a muchos católicos, maravillosos, como el cura Berríos.

Sin pensar que la Iglesia defiende exactamente las enseñanzas de Cristo, me he preocupado, y lo he preguntado en diversas instancias, muy respetuosamente, sobre las razones por las cuales la Iglesia no critica la pedofilia.

Más aún es sorprendente que un Papa progresista como Francisco haya dado una opinión peyorativa sobre aquellos que la han criticado. Refiriéndose al Obispo Juan Barros de Osorno, aliado de Karadima, dijo, off the record, que el asunto de la pedofilia en Chile era “cosa de zurdos”.

 

Cuando nos enteramos del caso de Karadima en la Iglesia El Bosque, a través de las descriptivas denuncias de los afectados directamente y de la serie de televisión que protagonizó magistralmente Luis Gnecco, imaginamos que las autoridades eclesiásticas harían una crítica. Sin embargo, el Cardenal Errázuriz pareció defenderlo y también el Papa, a través de su apoyo al Obispo Juan Barros.

 

Por otra parte, es evidente que los millonarios que financiaron a Karadima y sus fechorías, lo siguen haciendo y continúan financiando a la Iglesia que lo defiende. También en la serie se hace explícita la vinculación de esta Iglesia con el pinochetismo y sus partidarios de mayor nivel, a través de las presiones de estos políticos tratando de evitar el desenlace del escándalo. Incluso se menciona en la serie, que Ariztía, me imagino que el dueño de los pollos, llamó para interceder por el pervertido.

Los actuales políticos del nuevo movimiento Chile Vamos hablan del futuro, de la verdad, del rechazo a la corrupción, a la despenalización del aborto porque atenta contra la vida, pero jamás se han pronunciado sobre este asesinato a mansalva de jóvenes de su misma clase social y concepciones valóricas. ¿Cómo compatibilizan ambas creencias?

 

Lo mismo ha ocurrido con el cura John O”Reilly, sacerdote Legionario de Cristo. Conocido por su relación con los empresarios cumple arresto domiciliario por acosar sexualmente a dos alumnas del Colegio Cumbres. Alguna vez declaró, refiriéndose al empresariado, feliz de ser amigo de personas maravillosas, que rezan el rosario, tienen sus misas los domingos y son muy generosos con los demás. Ellos pagan impuestos, generan riqueza. Así ayudan a los países a salir de la pobreza”. Ello coincide con el planteamiento central de Chile Vamos: todos los chilenos debemos agradecer a los empresarios, porque nos dan trabajo y pagan impuestos. Olvidan que a través del IVA, en el que ellos descuentan hasta el supermercado, se obtiene la mayor proporción de ingresos para el erario nacional, y que es el impuesto que más recae sobre los sectores de menores ingresos.

 

Lo de O’Reilly no sorprendió demasiado, puesto que su pecado fue casi un juego de niños al lado de las aberraciones que cometió Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo hace 65 años en México, expulsado por homosexual del Seminario en el cual se ordenaba. Buenmozo, atractivo, de personalidad arrolladora como Karadima, se rebela y crea la orden de los Legionarios de Cristo en rechazo a su expulsión. Tuerce la mano a la Iglesia de México y pronto es amo y señor de la Congregación, conquistando jóvenes, seduciéndolos y corrompiéndolos como Karadima. Por cierto recibiendo fortunas de señoras millonarias enamoradas y el apoyo de sectores poderosos de México. Cuando este hombre, hace pocos años, es criticado por El Vaticano por sus ilícitos, nada cambia en la Orden en Chile. No hay cuestionamientos.

Los Legionarios de Cristo en la actualidad están conformados por unos 800 sacerdotes a los que siguen 400 mil adherentes, 50 mil son miembros orgánicos, en 22 países. Argentina y Chile figuran como los países con más influencia. Cuentan además con 125 casas religiosas y 200 centros educativos.

 

El libro realizado por la periodista Carmen Aristegui, a la venta en librerías en Santiago, muestra descarnadamente en las entrevistas, la impunidad de Maciel para realizar sus acciones. Este incluso tuvo mujer e hijos en España, llegando a violar a uno de estos. Las degeneraciones que obligaba a sus seguidores a realizar son relatadas por sus participantes crudamente, como lo hicieron los afectados que destaparon el escándalo Karadima. Pero todo ello pasó desapercibido en Chile. Al igual que en el caso Karadima, sus seguidores, siguen incólumes en su fe. Chile Vamos no se refiere al tema.

 

Es difícil no relacionar a la Iglesia de El Bosque con los Legionarios de Cristo. Nuevamente se destaca la similitud de los casos de Maciel y Karadima. También Maciel es seguido por políticos de extrema derecha y grandes grupos económicos. El clan Matte ha elegido colegios ligados al movimiento Legionarios de Cristo para educar a sus hijos. Se relacionan con la congregación, los empresarios Guillermo Luksic, Eliodoro Matte y Agustín Edwards, además de Reinaldo Solari y Alfonso Swett entre otros.

 

Al igual que la Iglesia El Bosque y los Legionarios de Cristo en todo el mundo, en Chile la Legión posee una gran cantidad de propiedades de gran valor en el sector oriente de la capital y otras riquezas gracias a sus millonarios bienhechores. Hoy la Legión de Cristo cuenta en Santiago con los colegios Cumbres en Las Condes, Everest en La Dehesa, Highlands en Colina. En Buin dirige el colegio San Isidro y en Rancagua el colegio La Cruz, además de la universidad Finis Terrae en Santiago.

 

Me pregunto, ¿tendrá algo que ver la riqueza con la pedofilia? ¿Por qué los nuevos líderes, de “centro derecha”, no nos explican al perraje por qué apoyan a estos curas y a este tipo de congregaciones? ¿Tiene que ver con el ejercicio del poder de un humano sobre otro? ¿Será eso lo que los atrae?

 

Creo que los que están lanzando nuevos referentes, que pretenden conducirnos en el futuro, deberían explicar, a lo menos a los jóvenes, dónde está la trampita, es decir la sutileza, para poder comprenderlos. Probablemente gente burda, como yo, somos incapaces y solo vemos en su pensamiento y acciones, flagrantes contradicciones.

 

Respecto a todo esto escribí en octubre del 2015 al actual candidato presidencial de la extrema derecha, José Antonio Kast, a través de la serie Epístolas de El Mostrador. Le preguntaba su opinión acerca de todo esto y las razones que para él explican las posiciones de la Iglesia y del empresariado más rico de nuestro país, respecto a esos hechos. Su amable respuesta condenó a los curas pedófilos, pero no se refirió a la esencia de mis preguntas: las razones del apoyo de la derecha, en especial a Karadima y su Iglesia, a la pedofilia en la Iglesia. Situación que no solo se ha visto en Chile, sino en el mundo entero, donde destacan los casos de Boston que llegaron a más de 300 sacerdotes implicados en violaciones y abusos de niños y jóvenes.

 

En estos momentos de discusión, de la necesidad de ser sinceros por estar en los albores del surgimiento de una nueva sociedad, descubrir las verdades se hace más inminente.

 

La única forma de superar la debacle moral en que vivimos, con corrupción, violencia, irrespeto a todos los valores que guiaron a los chilenos desde el nacimiento de la República, surgirá si profundizamos nuestros análisis. Aunque aún seamos ignorantes y los políticos que nos dirigen se aprovechen de eso, cada vez les será más difícil engañarnos. Las comunicaciones de la era digital podrán exagerar, pero no ocultan, como lo han venido haciendo los medios de comunicación oficiales.

 

Esperemos que la visita del Papa sirva para que los chilenos, los católicos al menos, escuchemos su verdad respecto al flagelo vergonzoso de la pedofilia.

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