Noviembre 16, 2024

Desarrollo tecnológico facilita vida de una chilena en Beijing

La llegada e implantación de las nuevas tecnologías ha facilitado la vida diaria de Andrea Mella, una profesora chilena de historia que lleva residiendo ocho años en Beijing, capital de China.

“Todo ha cambiado bastante rápido, casi demasiado para creerlo. Ha sido meteórico. Han pasado muchas cosas y la tecnología se ha apoderado de todo porque ha dado un salto gigante. Mi vida cotidiana es muy fácil ahora por este desarrollo tecnológico, ya que ahora mismo todo está automatizado y todo se hace por internet”, dijo a Xinhua.

Mella, nacida en 1984 en Valparaíso, Chile, y que llegó a China con una beca del Gobierno, trabajó en la televisión y actualmente estudia un máster, señaló el enorme cambio que ha tenido su vida en los últimos tiempos con la llegada de los “smartphones” como el inicio de la gran transformación.

“Cuando yo llegué existían muy pocos teléfonos inteligentes, pero ahora mismo todo el mundo tiene uno. Es un avance importante porque en mi caso, para estar en contacto con los míos, antes tenía que comprar una tarjeta de teléfono y era muy caro. Ahora, con aplicaciones como WeChat, las distancias se acortan”, destacó.

Además, añadió, “nos sirven para entender mejor el idioma y nos ayudan a comunicarnos cuando tenemos dificultades”.

Pero la democratización de los “smartphones” e internet no se limita solo a las redes sociales, sino que su presencia en la sociedad china abarca cualquier ámbito, como observó Mella.

“Es espectacular cómo está presente en la vida de cada ciudadano. Podemos hacer transferencias, mandar regalos, pagar servicios y muchas otra cosas. Eso era impensable hace sólo cinco años”, señaló.

Además, resaltó el mundo de las compras online como una de las mayores facilidades que proporciona este avance en las nuevas tecnologías por la enorme variedad de ámbitos en los que se puede aplicar.

“Yo compro fruta en un supermercado del sur de China y llega en tan solo dos días. Podemos comprar los tickets para el tren, algo que a veces requería colas larguísimas, en muy poco tiempo. Pido hora en los hospitales por internet y realizo muchísimos trámites gracias a la red”, dijo.

Mella destacó la aplicación WeChat Wallet, un soporte que permite pagar en comercios y por internet gracias a un código QR asociado a la cuenta bancaria.

“Estuve una semana sin dinero en efectivo y al final no me acordaba de que no llevaba porque nunca lo necesité para pagar, no me hacía falta. Son todo ventajas. Si pierdes la billetera, puedes continuar tu vida. También puedes trabajar con el banco y es seguro porque los movimientos con dinero virtual necesitan una clave”, afirmó.

Gracias a los medios de transporte, la profesora chilena recuerda un anécdota que explica bien cómo internet ha cambiado la forma de vida de los chinos hasta extremos impensables desde poco tiempo a esta parte.

“Recuerdo una noche que se cayó internet. El transporte público estaba cerrado y no se podía usar. Así que las calles, que a esas horas suelen estar tranquilas, estaban llenas de gente con su celular en la mano esperando a que volviera internet para pedir un transporte de Didi que les llevase a sus casas”, rememoró entre risas.

Otro de los aspectos que llaman atención de Mella es que la implantación de la tecnología en China ha trascendido cualquier tipo de barrera por sexo, edad o raza.

“Obviamente cada uno evoluciona a su ritmo y los jóvenes siempre van más rápido que las generaciones adultas, pero el conocimiento es global. A todo el mundo se le nota más familiarizado con lo nuevo. De hecho, no creo que los jóvenes puedan comprar vino chileno de importación y se compra mucho por internet gracias a los adultos”, explicó.

Mella también realzó la labor del Gobierno, que en los casos de otros países avanza más lento de lo que lo hace las transformaciones ecológicas, algo que no sucede en el caso del chino.

“Han tratado de ponerse al día y seguir todos estos nuevos cambios. Tratan de regularizar, de crear un marco legal para cada una de estas iniciativas, como pasó por ejemplo con el surgimiento de Didi o del sistema de bicicletas compartidas de Beijing. Intentan relacionarse con estas nuevas ideas, estas nuevas formas de ver el mundo”, observó.

Para Mella, apasionada de la cultura del gigante asiático, existe un equilibro entre la dualidad china del ámbito espiritual y el materialismo ligado a las nuevas tecnologías. “Han conseguido asimilarlas a su cultura sin modificarla de una forma increíble. El crecimiento tecnológico y económico no desplaza a su forma de vida”, opinó.

Sin embargo, no localiza el crecimiento de estos últimos años únicamente en la tecnología, sino que la explosión económica también ha influido en la vida china.

“Ha sido un avance brutal. El Gobierno ha implementado más servicios y ha mejorado las infraestructuras de las ciudades. Yo lo noto mucho en el tema del transporte público: antes, no había aire acondicionado en metro y autobuses y ahora es muy moderno”, contó.

“Me encanta ir por la calle y poder llevar el celular en la mano y sentirme segura. Puedo pararme a hablar con gente con la certeza de que no me va a pasar nada ni me van a asaltar. Es una cultura increíble y yo estoy encantada de vivir aquí”, concluyó.

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