Ciudad de México.- En entrevista digital desde Montevideo, Alcides Abella, director de Ediciones de la Banda Oriental, recuerda las dificultades para publicar durante la dictadura: “El desafío fue, a riesgo de la clausura o la cárcel, permanecer en el país. Teníamos allanamientos policiales permanentes y se hizo un cuidadoso seguimiento de todo lo que publicábamos. Precisamente, mantener la identidad –ante la imposibilidad de publicar temas y autores de izquierda o simplemente progresistas– nos obligó a trabajar mucho en temas de historia del siglo XVIII y XIX y, sobre todo, nos volcamos a la literatura”. Desde su fundación, en septiembre de 1961, nunca interrumpieron el trabajo editorial.
Uno de los libros más importantes de la Banda Oriental fue El gallo de oro (1981), la segunda novela de Juan Rulfo. El editor Alcides Abella cuenta los detalles detrás del contrato entre Juan Rulfo y Heber Raviolo: “El poeta uruguayo Enrique Fierro, exiliado en México, propició el encuentro entre Rulfo y Raviolo. Ahí acordaron la edición de El gallo de oro. Heber Raviolo era una persona seria, parco en palabras, y cuando le pregunté cómo era el mítico Juan Rulfo me respondió ‘…ah, una persona muy agradable y de pocas palabras’. Esto pinta todo”. La edición uruguaya de 1981 incluye un prólogo de Raviolo, dicho texto saldrá por primera vez en México gracias a la gestión de Alcides Abella.
MC.- En la página web de la Banda Oriental informan que el proyecto inició en septiembre de 1961, pero no mencionan al equipo original, ¿quiénes fundaron la editorial?
AA.- Un grupo de egresados -alrededor de 12-13 personas- de la Universidad de la República, preocupados por las temáticas uruguayas y latinoamericanas, deciden crear una editorial para editar libros vinculados a la realidad nacional.
MC.- Trabajaron durante de la dictadura, ¿cuáles fueron los mayores problemas?
AA.- El desafío fue, a riesgo de la clausura o la cárcel, permanecer en el país. Teníamos allanamientos policiales permanentes y se hizo un cuidadoso seguimiento de todo lo que publicábamos. Precisamente, mantener la identidad –ante la imposibilidad de publicar temas y autores de izquierda o simplemente progresistas– nos obligó a trabajar mucho en temas de historia del siglo XVIII y XIX y, sobre todo, nos volcamos a la literatura. Así surge la colección, tipo club de libro, “Lectores de Banda Oriental”.
MC.- Son la única editorial uruguaya que ha trabajado ininterrumpidamente desde 1961, ¿cómo cambió el mercado al regresar la democracia?
AA.- Somos incluso, una de las editoriales más antiguas de Hispanoamérica. La vuelta a la democracia fue el cambio fundamental para nosotros: recuperamos autores, temas y títulos que estuvieron prohibidos. Y, sobre todo, editamos muchos títulos donde denunciamos lo ocurrido en el período dictatorial. Y, por supuesto, seguimos con literatura y otros temas relativos a la coyuntura de nuestro país.
MC.- Leí en el Portal Montevideo que usted se incorporó “pocos años después” de la fundación de la editorial, ¿cuál fue su primer trabajo en la Banda Oriental?, ¿cuándo tomó las riendas?
AA.- La editorial se funda en 1961 y yo ingresé en 1966 como simple cadete de oficina. Banda Oriental, desde la década de 1970 a la actualidad tuvo al frente un equipo de dirección integrado por Heber Raviolo, Ariel Villa y yo. Lamentablemente, el fallecimiento de Raviolo y Villa me obligó a seguir solo en esta tarea. Tenemos un equipo integrado por cerca de quince compañeros que permite llevar adelante todo lo relativo a la gestión. Además siempre, estamos buscando integrar nuevos compañeros para estrictamente la parte editorial.
MC.- En su catálogo veo libros que deberían consultarse en varias universidades latinoamericanas, por ejemplo: “Diccionario de Literatura Uruguaya” y “El Uruguay de la Dictadura”. ¿Qué tan difícil resulta vender en el extranjero los títulos de historia regional?
AA.- En el año 1928 un manual de libreros españoles destacaba la importancia del mercado de Latinoamérica para ellos. Y explicaba: “…son países que viven como islas, con muchas dificultades de comunicación entre ellos y con demoras enormes en el envío de libros”. Nada ha cambiado. Si queremos enviar un libro que cuesta diez dólares al público, tenemos que agregarle un costo de envío que no será menor a treinta y cinco dólares.
MC.- Banda Oriental también publica material pedagógico en “La Mochila”, ¿el gobierno del Frente Amplio ha coeditado con ustedes algún libro de texto, o el Ministerio de Educación les compra directamente el material?
AA.- A diferencia de México y otros países de América -por ejemplo Guatemala, Chile, Brasil, Argentina-, el Estado uruguayo no tiene una política sistemática de compra de libros. Incluso autores uruguayos tuvieron excelentes ventas al Estado de México y aquí, el gobierno uruguayo no ha hecho nada al respecto. En general el Estado participa ocasionalmente en alguna edición pero no hay ninguna continuidad al respecto.
MC.- En un mundo editorial dominado por las empresas trasnacionales es difícil mantener los sellos independientes, ¿las trasnacionales han intentado comprarlos?
AA.- Tuvimos algunas sugerencias al respecto pero, por el propio carácter de la editorial -sin fines de lucro y con una clara y definida política de ediciones- todo quedó en nada.
MC.- En la página web describen a Lectores de Banda Oriental: “Esta colección que, mes a mes, entrega la mejor literatura uruguaya, latinoamericana y universal a un precio módico”, ¿cómo pueden seguir el ritmo de publicar un libro mensualmente?
AA.- Esta colección es un milagro editorial: cuarenta años entregando un libro mes a mes. La serie apuesta a la buena literatura, por ejemplo Juan Villoro fue editado el año pasado, pero accesible para amplios sectores de público. Llevan prólogo, las traducciones están cuidadosamente anotadas. Es un esfuerzo gigantesco que habla muy bien del Uruguay por cierto.
MC.- Entre 3,000 títulos durante 50 años, ¿podría enumerar los cinco libros más significativos de Ediciones de la Banda Oriental?
AA.- Los más significativos son títulos muy locales, cosa obvia por el carácter de la editorial. La historia uruguaya, nuestra sociedad, literatura, etcétera, son la clave a partir de la cual podemos encontrar los títulos más representativos: Historia Rural del Uruguay Moderno, Boulevard Sarandí (Memoria anecdótica de Montevideo); Juan José Morosoli – Cuentos. También debemos destacar obras de autores como Tomás de Mattos, Mario Delgado Aparaín y Carlos María Domínguez, cuyas primeras ediciones son nuestras y luego trascendieron fronteras editándose en más de veinticinco países.
MC.- En 1981 publicaron “El gallo de oro” de Juan Rulfo, usted fue amigo durante 50 años de Heber Raviolo, ¿qué detalles conoce de la edición y el contrato firmado entre Rulfo y Raviolo?
AA.- El poeta uruguayo Enrique Fierro, exiliado en México, propició el encuentro entre Rulfo y Raviolo. Ahí acordaron la edición de El gallo de oro. Heber Raviolo era una persona seria, parco en palabras, y cuando le pregunté cómo era el mítico Juan Rulfo me respondió “…ah, una persona muy agradable y de pocas palabras”. Esto pinta todo.
MC.- Finalmente, el prólogo de la edición uruguaya está vigente, a diferencia del error de la edición mexicana al encasillar la novela de Rulfo como un “guión de cine”, ¿han reeditado “El gallo de oro” y el prólogo uruguayo?, ¿quién es el titular del copyright de Heber Raviolo?
AA.- Según lo acordado El gallo de oro se editó en su momento exclusivamente para la colección “Lectores de Banda Oriental”. Por lo tanto no pudimos editarla en otra colección o formato.
Respecto a los derechos de Heber Raviolo, nosotros estamos en contacto permanente con su esposa y simplemente deben dirigirse a nosotros.