Noviembre 26, 2024

Héctor Llaitul, líder de la CAM: “Veinte años sembrando autonomía y resistencia”

Con un ngillatun en el exfundo Pidenco, usurpado por Forestal Arauco en Lumaco, la Coordinadora de Comunidades Mapuches en Conflicto de Arauco Malleco (CAM), conmemoró veinte años de lucha y resistencia. Se realizó en una comunidad mapuche en proceso de recuperación y control territorial. Asistieron comunidades de los cuatro fütalmapu y de los diferentes Organos de Resistencia Territorial (ORT).

 

 

 

La comunidad Montutuaiñ -que lidera el proceso de control territorial-, fue anfitriona, recibiendo a históricos líderes de la CAM y lonkos de comunidades en resistencia del Gulumapu y el Puelmapu. Una machi dirigió la ceremonia y entre discursos y afafan se recordó el 1º de diciembre de 1997, cuando un grupo de weichafe efectuó la primera acción de sabotaje contra camiones forestales que reivindicó la CAM.

Héctor Llaitul Carrillanca -vocero de la CAM-, advierte que “el escenario actual en el que se desenvuelve el conflicto mapuche es de guerra… Hacemos frente a una tercera invasión”. En octubre pasado, Llaitul fue detenido junto a otros siete comuneros acusados de “asociación ilícita terrorista”. Fueron liberados por la Corte Suprema tras varias semanas de prisión.

Punto Final conversó con el líder de la CAM.

¿Cómo nace la Coordinadora Arauco Malleco?

“Sus inicios tienen una explicación política, histórica, y una más concreta. Hace veinte años, la causa mapuche se desenvolvía principalmente con reivindicaciones de tipo economicista, en el marco de lo que es el colonialismo que sufre nuestro pueblo. Básicamente, solicitar proyectos, ayuda técnica, para superar las condiciones de pobreza en las comunidades mapuches; y otras reivindicaciones que se profundizan en el marco de los 500 años de la conquista-invasión. Nosotros, un grupo de mapuches no necesariamente muy ilustrados, sino más críticos, más politizados, algunos con participación en orgánicas anteriores de Izquierda, nos reunimos y empezamos a elaborar una mirada crítica, un diagnóstico más asertivo de la situación. Un diagnóstico más estructural de la situación de nuestro pueblo; no solo analizamos la historia, la violencia que venía sufriendo nuestra gente, o la memoria de lo que nos acontecía a partir de la ocupación de La Araucanía y el análisis del colonialismo, sino, concretamente hicimos un análisis económico, político, social del desarrollo del capitalismo en el territorio mapuche. Nuestra visión era desarrollar un planteamiento mucho más político para la causa mapuche. Hay un componente, tal vez, que marca la diferencia: nos hicimos cargo de la violencia política implementada por el Estado, no solamente de la represión o militarización que siempre hemos resistido como pueblo, sino también de la sujeción que tiene mucho de ribetes racistas, de intolerancia de parte del Estado. Y en ese marco, con un nuevo análisis y mayor desarrollo político empezamos las primeras acciones. Había un acto concreto de insubordinación de parte del movimiento que estábamos generando, para pasar a un antagonismo, concretamente contra el Estado, que era, de alguna manera, visto y representado como el enemigo que mantenía a nuestro pueblo en esa situación”.

 

CAPITALISMO EN LA ARAUCANIA

¿Capitalismo en el Wallmapu, forestales, represión y violencia…?

“La CAM se organiza y da continuidad a lo histórico del movimiento mapuche. Nos hacemos cargo de la violencia del Estado, de la sujeción que siempre ha sostenido contra nuestro pueblo, del desarrollo de una economía capitalista que nos avasalla y que genera contradicción. La generación mapuche que constituyó la CAM responde a la arremetida capitalista en el Wallmapu. Eso fue lo que generó puntos de inflexión, y prendió la llama. Las forestales arremeten contra las pocas tierras que tenían las comunidades, que nunca pudieron recuperar en los tiempos de Reforma Agraria, menos cuando vino el desarrollo capitalista a sangre y fuego con la dictadura, y que los posteriores gobiernos mantuvieron. Este capitalismo se sostiene también en los gobiernos concertacionistas, y eso agudizó la realidad que vivía nuestro pueblo con el Estado y un sistema que arremete con fuerza con sus procesos de inversión en contra de nuestras comunidades. Aquí hay un concepto que rescatar: ‘Acumulación por desposesión’, del economista David Harvey. Tiene mucha sintonía con lo que nosotros veníamos pensando… Esto de la ocupación y desposesión, es decir, el capitalismo que ya no requería solo de las tierras que poseía a raíz de la expoliación territorial, sino también requería desposeer a las comunidades para desde ahí obtener sus recursos: tierra y agua, y explotarlos con megaproyectos de inversión forestal, hidroeléctricas, mineras, en fin… Se agotaron las vías y, en definitiva, hubo que actuar… La acción directa aparece en escena, lo que se conoce como los ‘ataques incendiarios’, ‘sabotajes’, que a los medios de comunicación les gusta graficar, es hacernos cargo de la violencia política, de la violencia económica que ha generado el sistema, y el Estado en particular contra nuestro pueblo. Al hacernos cargo de la violencia, aparecen expresiones de violencia del movimiento mapuche. Pero hay otro tipo de expresiones: sabotajes menores, ocupaciones de predios, decir ¡ya basta a esta realidad que genera el exterminio de nuestro pueblo! La CAM no ha hablado nunca en términos grandilocuentes, ni ha elaborado proclamas o grandes documentos. La CAM habla con acciones directas”.

¿Qué es la CAM hoy?

“Hablamos con una lucha concreta, una práctica política concreta; así se expresa la CAM. Reivindicamos la acción de Lumaco como una expresión de la CAM y de las comunidades que de alguna manera recogieron esos planteamientos. La primera quema de camiones forestales se dio en el marco de una reivindicación territorial y política para la reconstrucción del pueblo-nación mapuche. Eso es lo que planteamos para aparecer en el escenario sociopolítico. Pasar de la lucha culturalista y economicista, que era humillante, indignante, a una lucha de práctica política, una lucha eminentemente política, por derechos fundamentales de todo pueblo originario, derecho al territorio, a ejercer su autonomía. Por eso nos parece muy relevante el hito de Lumaco, porque ahí surge nuestra organización, producto de todas las expresiones concretas que tiene este escenario prácticamente de guerra de los Estados chileno y argentino en contra del movimiento mapuche.

Pero no de todo el pueblo mapuche, quiero dejarlo claro. Ni siquiera de todo el movimiento, sino que es un escenario de guerra de parte del Estado en contra de nosotros, en contra del movimiento mapuche autonomista, revolucionario, anticapitalista. Y ahí está la CAM. No accionamos contra agricultores, contra gente que tiene intereses pequeños, que también son explotados. La CAM lo planteó desde el inicio, por eso la primera quema de camiones fue contra Forestal Arauco, propiedad de Angelini, contra los grandes grupos económicos… La mayoría de los conflictos los sostenemos en contra de las forestales Mininco, Arauco, centrales hidroeléctricas, mineras…”.

 

EL NUEVO GOBIERNO

¿Cómo evalúan las políticas del gobierno de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría hacia el pueblo mapuche?

“Siempre han sido erráticas… Creo que me equivoco, más que erráticas. Son erráticas para nosotros si las miramos desde lo que quiere el pueblo-nación mapuche, pero en realidad se corresponden perfectamente con el sistema capitalista. Sistema que quiere salvaguardar a toda costa los intereses de los poderosos, por lo tanto van a utilizar este tipo de políticas, de continuidad histórica del colonialismo, políticas asistencialistas, de sujeción, y por otra parte, violencia, represión indiscriminada, persecución política hacia las expresiones más consecuentes, como la que ha llevado adelante la CAM, de plantearse la lucha no por cuestiones pequeñas o insustanciales, sino por autonomía y territorio”.

¿Qué espera la CAM del nuevo gobierno?

“Nosotros no esperamos nada, solo lucha vamos a esperar. Piñera y Guillier eran dos caras de la misma moneda. Administran la gobernanza neoliberal, sostienen al empresariado. Michelle Bachelet lo hizo todo este tiempo, nos han asesinado gente… La señora Bachelet, que dice al mundo que es socialista y progresista, nos mantiene en estado de represión… Cuando decimos que hay un escenario para la guerra contra el pueblo-nación mapuche, es en el contexto del gobierno de Bachelet.¿Quién es Mahmud Aleuy? Es el funcionario que se reúne con Patricia Bullrich, del gobierno de Mauricio Macri, pro imperialista, pro capitalista, de la derecha ultraconservadora, racista… que pretenden exterminar al pueblo-nación mapuche y han asesinado a dos militantes de la causa mapuche. Para allá fue Aleuy, a reunirse para arremeter en una campaña de represión contra nuestro pueblo. Lo hicieron y lo siguen haciendo. Esa es la realidad… Entonces, del nuevo gobierno solo podemos esperar lo mismo. No hay y no hubo ningún avance sustantivo en materias de restitución territorial en los gobiernos de la Concertación o Nueva Mayoría.

No somos zalameros con ningún gobierno, no nos casamos con ningún gobierno. Luchamos por territorio y autonomía en los marcos de la dominación que existe: estado colonial, régimen de ocupación. Sus políticas solamente quieren mantener la contención del pueblo-nación mapuche, Michelle Bachelet, que habla de democracia, de ecología, del cuidado del medioambiente, ha aplicado la Ley Antiterrorista y la Ley de Seguridad del Estado contra el pueblo-nación mapuche, y en el último tiempo, con la llamada Operación Huracán, nos aplicó la ley de la Agencia Nacional de Inteligencia, que hace montajes y encarcela al movimiento mapuche… ¡Tanto que luchamos por terminar con los enclaves autoritarios, con los resabios de la dictadura! Y están ahí, vivitos y coleando… Entonces, no esperamos nada del nuevo gobierno… ¿Qué nos queda? La resistencia y reconstrucción de nuestra nación. Venimos sembrando autonomía y levantando resistencia. Esos son los años que nos esperan”.

 

ARNALDO PEREZ GUERRA

 

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 891, 22 de Diciembre 2017

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