Noviembre 14, 2024

El poder de la UDI

La periodista María Olivia Mönckeberg (Santiago, 1944) acaba de publicar El poder de la UDI (Debate, 380 págs.). Es autora también de El saqueo de los grupos económicos al Estado de Chile (2001), El imperio del Opus Dei en Chile (2003), El negocio de las universidades en Chile (2007), Los magnates de la prensa (2009), Karadima: El señor de los infiernos (2011) y La máquina para defraudar. Los casos Penta y Soquimich (2015).

 

 

En 2009 recibió el Premio Nacional de Periodismo por su destacada labor profesional. En la actualidad es directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI) y coordinadora del Diplomado de Periodismo de Investigación.

¿Habría existido la UDI, en su formato ideológico, sin la participación de Jaime Guzmán?

“En la cabeza de Jaime Guzmán estuvo el diseño del gremialismo como lo hemos conocido. Pero nunca se puede saber. A lo mejor habría existido otra cosa, otro movimiento, pero tal como lo hemos conocido y como derivó el gremialismo en el partido que es la UDI, creo que no. Jaime Guzmán fundó en la Universidad Católica, dentro de la Facultad de Derecho, un movimiento que apelaba al apoliticismo. Así nació el gremialismo, por eso se sigue llamando así.

Sin embargo en paralelo, Guzmán iba dando forma a un pensamiento y luego a una institucionalidad que pretendía, y en cierto modo lo ha logrado, poner fin, y ojalá de forma definitiva, a lo que se había generado en materia de cambios fundamentales en lo social, político, y económico. El gremialismo nace en un momento en que dentro de la Universidad Católica y en las universidades en general, se proponían cambios sociales. Ese movimiento había partido en los 60 y culmina con la reforma que encarna primero Miguel Angel Solar, como presidente la la Feuc, y luego lleva a Fernando Castillo Velasco a la rectoría de la Universidad Católica. Eso pasaba dentro de la universidad, y provocaba rechazo a Jaime Guzmán y a sus amigos de la Facultad de Derecho.

En el país gobernaba Eduardo Frei Montalva, que estaba realizando la reforma agraria, la sindicalización campesina. Venían reformas educacionales que ampliaban la educación, reformas que después se materializaron y que ampliaban el derecho a voto hasta para analfabetos. En ese contexto es que Jaime Guzmán, un joven conservador que admiraba a Francisco Franco, el dictador de España, va dando forma a una nueva manera de enfrentarse a sus opositores, en un momento en que la derecha estaba en el suelo”.

 

SALVAVIDAS DE LA DERECHA

Da la impresión que en el momento de surgir el gremialismo la Izquierda iba en crecimiento; entonces Jaime Guzmán planifica reapoderarse del país. ¿Podría plantearse de esa manera?

“El no se autodenominaba salvador de la derecha, pero ejercía como tal. Fue bien curioso el tipo de liderazgo que tenía. Era algo mesiánico. Era un hombre de un catolicismo tradicional extremo. Hablaba mucho de religión con los amigos y discípulos. Fue panelista en ‘A esta hora se improvisa’, programa de debate político del Canal 13. Nacía la televisión universitaria y él llegó a ese espacio como portavoz de la derecha. Además de intervenir en televisión y radio, escribía en las revista PEC y Fiducia, dirigida por Pablo Rodríguez Grez. Luego se separó de Fiducia y en PEC siguió escribiendo con su nombre y con seudónimo”.

 Guzmán planteó abiertamente que el gobierno de Salvador Allende debía ser intervenido por las Fuerzas Armadas.

“Eso lo dijo y lo escribió. En el libro cito, por ejemplo, una intervención de Guzmán que es muy simbólica en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. Eso fue en la víspera del golpe. Pero antes hubo varias intervenciones sobre lo mismo. En mi libro recojo bastante de eso, por ejemplo las impresiones de Carlos Ruiz Schneider, profesor de filosofía de la U. de Chile, que ve a Jaime Guzmán como uno de los grandes impulsores del golpe”.

¿El poder de los fundadores de la UDI comienza tras el golpe de Estado?

“Claro, está la declaración de principios de la Junta Militar. Guzmán fue uno de los autores, o el principal. Llegó a ser de confianza de Pinochet. Da contenido al discurso de los golpistas, se puede ver en las actas de gobierno. Lo otro, que es muy importante para lo que va a ser la creación de su futuro movimiento es que plantea la idea de la creación de la Secretaría Nacional de la Juventud, la Secretaría General de los Gremios, la Secretaría Nacional de la Mujer y lo que llega a ser la Dinac, para manejar los medios de comunicación”.

 Con el tiempo esas personas pasaron a ser los dirigentes de la UDI.

“Así es, los fundadores. El primero fue Sergio Gutiérrez Irarrázaval, que venía de la Escuela de Derecho de la Católica. Después varios que fueron ex presidentes de la Feuc. También instala a generaciones más jóvenes en comisiones. Otros llegaron a ser ministros, como Miguel Angel Poduje, que había sido asesor del ejército. Se van generando redes muy fuertes e influyentes. Lograron la nominación de Sergio Fernández como ministro del Interior y pasa a ser muy cercano a Jaime Guzmán. Incluso fue contralor para legitimar el plebiscito fraudulento de los 70. Empiezan a surgir personajes importantes: uno que es clave, Miguel Kast, que hace la síntesis entre gremialismo y Chicago Boys. Kast era inteligente. Tenía un sentido político, proselitista. Fue él quien distribuyó cargos en las facultades de Economía de las universidades intervenidas. Así se fue tejiendo la red donde se generaban las ideas del modelo que en ese minuto llamábamos economía de mercado, y no economía neoliberal, como ahora”.

 

LA UDI EN DEMOCRACIA

¿Tras el plebiscito de 1988 y durante los gobiernos de la Concertación, la UDI sigió manteniendo su poder?

“La consolidación entre la UDI y los Chicago Boys fue muy importante. Hay un capítulo de mi libro donde analizo la revista Realidad, donde hay esa mirada de gremialistas y economistas. Circuló entre 1979 y 1983. En el último número anuncia la creación de la UDI, año en que muere Miguel Kast. Hicieron algo muy importante. Plantearon el tema de la UDI popular, que no es un simple eslogan, es una realidad. Incluso en sectores sociales que se podría pensar como de Izquierda, hay votantes de la UDI. Luego vino el asesinato de Guzmán que de alguna manera también potenció a la UDI. Como tenía un sentido mesiánico, se generó un culto a Jaime Guzmán que la impulsó.

La Fundación Jaime Guzmán es hoy un eje de poder muy importante, tanto en el aspecto de las ideas como en lo material. Hay cosas simbólicas por ejemplo. La Fundación es dueña de la casa de la UDI. Potenciaron el legado de Guzmán, y decidieron que tenían que salir de su cuna en la Universidad Católica. Buscaron adeptos en los barrios populares. En eso Pablo Longueira fue clave, lo mismo Luis Cordero que se retiró en 2008, pero sigue siendo gremialista y es hoy un empresario que preside la Universidad San Sebastián”.

La familia Kast aparece como determinante en la institucionalidad UDI. José Antonio Kast, candidato presidencial, es un férreo defensor de la dictadura.

“Hay que tener los ojos bien abiertos para saber interpretarlo. El tema de los Kast es curioso: su historia está en el libro de Javier Rebolledo A la sombra de los cuervos (Ceibo). Cuando José Antonio, hermano menor de Miguel, se va de la UDI, con él se va Javier Leturia que fue presidente de la Feuc, desde donde propiciaba el golpe. Ellos sienten que poseen el legado de Jaime Guzmán y se siguen sintiendo gremialistas, aun sin militar en la UDI. En la Fundación Jaime Guzmán, que hoy preside Jovino Novoa, todavía permanece José Antonio Kast.

Ellos dicen que son la UDI verdadera, y lo dice cada semana en El Mercurio el columnista Gonzalo Rojas. Otros dicen, por ejemplo Luis Cordero, que creen que la UDI perdió el norte al buscar más la cantidad que la calidad. Es una crítica que, podríamos decir, se hace desde la extrema derecha. A Piñera no lo creen tan de derecha. Leí una entrevista a Jaime Bellolio que no descarta dejar la UDI, hoy dirigida por Jacqueline van Rysselberghe (supernumeraria del Opus Dei), que representa la posición apoyada por Juan Antonio Coloma y Jovino Novoa”.

 

PIÑERA Y LA UDI

¿Cómo ve la relación entre Piñera y la UDI, teniendo en cuenta los casos de corrupción?

“Santiago Valdés, mano derecha de Sebastián Piñera, está siendo formalizado. Piñera mismo ha estado vinculado al tema de las platas políticas, sin contar lo de Exalmar, caso por el cual se declara inocente. Tratan de imponer la idea de que mientras la justicia no se pronuncie no los afecta. Dentro de la UDI han pasado cosas que llaman la atención. Respecto a los supuestos delitos tributarios, insisten en que todos los sectores políticos se financiaban de la misma manera, y con ese cuento pretenden imponer la idea de que estaba bien”.

¿Qué pasa con la Nueva Mayoría, que pudo haber aplastado a la UDI pero que no lo ha hecho? ¿Hay muchos personajes de la Nueva Mayoría, ex Concertación, que se relacionan con la UDI, como Enrique Correa?

“Enrique Correa ha actuado de una manera especial en cuanto a sus asesorías y lobby. Desde luego en el caso Soquimich hay pagos por cantidades importantes que no estaban en la contabilidad de la empresa. El caso Soquimich abarca el abanico casi completo. Muchos personajes importantes se sintieron inhabilitados, y de hecho se destacó poco que de todas maneras la UDI era el principal partido financiado por Ponce Lerou, tanto sus dirigentes como su Instituto Libertad y Desarrollo. Un caso distinto, que aparentemente no fue para financiar la política, es Caval. Tan brutal por lo que significó para la imagen de Michelle Bachelet y que contribuyó a que se bajara el perfil a la historia de las platas políticas. Sin embargo, en el propio caso Caval si uno da una segunda lectura, verá que están muchos UDI involucrados. Es más, hasta ahora quien tiene una mayor carga de acusaciones es el hijo de Herman Chadwick Piñera, Herman Chadwick Larraín”.

En un gobierno de Piñera, ¿cuál será el rol de la UDI?

“No me gusta hablar del futuro, sino de lo que he investigado. Vamos a ver qué ocurre en las elecciones. En las municipales, la UDI sacó mayor número de alcaldes. Si Piñera es presidente, desde luego que la UDI va a tener poder, y más poder en la medida que saque más parlamentarios.

También está la relación de la UDI con los grupos económicos. Por ejemplo, apareció el presidente de Gasco que a través de un twiter expresó que estaba enojado con Piñera porque éste se había referido al voto útil de Kast. Entonces estamos hablando de este tipo de personajes, de empresas potentes. Los bancos: el presidente del BCI, Luis Enrique Yarur, es militante de la UDI y del Opus Dei. Se vinculaba más a la UDI con los Legionarios de Cristo, pero encontré a varios con relaciones cercanas al Opus Dei. La UDI, además de haber hecho esa síntesis entre los Chicago Boys y el gremialismo logrando instalar el actual modelo económico y social, penetró en la base social disputándole territorio a la Izquierda. Ha logrado imponer una cultura individualista, algunos hablan de la ‘cultura del mall’, y a lo mejor todo eso tiene que ver con el desgano para ir a votar”.

 

ALEJANDRO LAVQUEN

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *