“No se trata de negociar, se trata de disputar la agenda de reformas” Carlos Ruiz. Fundación Nodo XXI.
Los resultados electorales de Guiller tienen su explicación, no llegaron a buen término las promesas/programa que posibilitó a Bachellet el ejercicio del gobierno por segunda oportunidad. Todas/tantas demandas inconclusas, todo en la medida de lo posible y por años postergadas, violentan muy justamente a millones de chilenos que rechazan el actual modelo por sus nefastas consecuencias de marginación, pobreza, exclusión y desigualdad.
“La gente quiere reformas, no está contra el modelo”, Nicolás Eyzaguirre. Ministro Nueva Mayoría
Muchos pensaron que era la hora para que la Nueva Mayoría/Bachellet diera el salto requerido para empezar a sentar las bases de un proyecto democrático diferente, donde se aseguren derechos fundamentales, la inevitable urgencia de una Nueva Constitución que fije un verdadero rumbo democrático para Chile y su recorrido para cincuenta años, y más.
Con un país sostenido por las dádivas que permiten los grandes grupos económicos, no era locura sostener que era posible iniciar un modelo económico distante al neoliberal, (la NM tiene mayoría en el parlamento) una propuesta alternativa al capitalismo que signifique un modelo de desarrollo considerando el país, su futuro, la gente, el desarrollo sostenible, y de marcado perfil equilibrado y democrático. Nada sucedió.
Desde la calle nacieron los gritos de fin al lucro en la educación. La educación como un derecho. Y si así no hubiera sido, todavía sencillamente seguiría siendo tema de estudio y debate de futuro para grandes ejes programáticos. Allá los que defienden un derecho inalienable imprescindible, los que apurar la movilidad social, y los otros, esos que la ven como un bien de consumo.
No fue tema de debate el carácter de la educación privada, que sostiene la iglesia para la clase dominante y los que se alternan el poder, entre los que se definen que no son ni de izquierda ni de derecha. Pocos salieron en defensa del Estado Laico que es Chile desde 1925.
La calle dejó una vez más instalada con el NO+AFP la precariedad que propone la derecha económica amparada por toda la Nueva Mayoría, desde el PDC hasta el PC. El futuro con pensiones de pobreza para todos los chilenos, AFP que también cuenta con cómplices pasivos desde los tiempos de la dictadura hasta concertación. Ambos bloques, el duopolio trabajando para que todo siga igual. Nuevamente son las pancartas y los gritos de la calle que coloca el asunto en el debate donde casi todos lo defienden y otros proponen sencillamente maquillarlo, para que todo sea mantenido de la misma manera.
El actual sistema previsional debe ser cambiado. Los grupos económicos pueden seguir insistiendo que ellos son la alternativa para el desarrollo del país, actores de crecimiento que tanto habla/agita Piñera y el listado de corruptos/ mercaderes/nacionalsocialistas. Cualquier hoja firmada, promesa dicha debe contemplar el fin del actual modelo de capitalización privada para ser convertida en pensión. Debe también ponerse fin al sistema privado de pensiones con carácter exclusivo que tiene y gozan las Fuerzas Armadas.
Con el sistema binominal, herencia de la dictadura y Jaime Guzmán, del que tanto aprovecharon la derecha y la concertación desde 1990 va quedando atrás. Se hace realidad un nuevo parlamento más amplio, diverso que deberá superar la política de acuerdos/pactos/negociaciones que sólo favorecieron a partidos, sus amigos, y los que les regalaban dinero a cambio de boletas y facturas falsas, en el más nefasto periodo que recuerde la historia de la república.
“No podemos negar que somos una coalición de izquierda” Alberto Mayol. “El Frente Amplio no puede ser sólo de izquierda” Vlado Mirosevic. “Las puertas del Frente Amplio están abiertas, pero con condiciones” Carla Amntmann. “No somos una coalición de izquierda, sino más bien ciudadana” Sebastián Depolo. RD. Karina Oliva. Poder Ciudadano.
No debe causar extrañeza que en tan corto tiempo un conjunto diverso de pequeños grupos, haya logrado instalar un número de parlamentarios que posiblemente sean diferentes al que han jugado por años a ser los intérpretes de sus votantes y que con desparpajo absoluto los han traicionado. Algunos diputados del Frente Amplio ya conocen las normas de como pasearse en los pasillos del parlamento, de qué decir, como hablar, qué votar en el momento justo.
El Frente Amplio todavía no ha ganado nada…
No viene el Frente Amplio de haber recorrido largos años de trabajo territorial, de sindicatos/huelgas y marchas, de pliegos de peticiones, de negociaciones frente a los patrones. No hay historia sindical, no está la memoria histórica. Muy válidos y respetados sus propuestas pero son sencillamente el saber interpretar en un corto tiempo lo que la Nueva Mayoría no cumplió. La hora justa para ganar parlamentarios y convertirse en una bancada diferente, que deberá ganarse su legitimidad en las batallas para redactar leyes en beneficio de las grandes mayorías, derechos para más de la mitad de chilenos pobres que ellos no fueron a visitar a sus casa, ni poblaciones, ni pueblos perdidos en el sur y en el norte.
De los nuevos diputados se esperan compromisos mayores, gestos rebeldes que sean capaces de alterar el rutinario camino del conformismo. La voz en alto para enfrentar a los que se entregan al capital chileno y al foráneo, a los que fueron y son pagados por los grupos económicos. Valoramos positivamente el valor de sentarse junto a un segmento de traidores/corruptos/traidores. Sabemos también que entre ustedes también hicieron ejercicio de las viejas prácticas que dijeron no eran su forma de actuar, y si lo hicieron, allí está el distrito 10 para ejemplo, en fin, así también son los asuntos.
Se debe dejar claro que en estas elecciones más de la mitad de los chilenos en condiciones de ejercer su derecho a voto NO lo hicieron. Se quedaron en sus casas, muchas son y deben ser las explicaciones para que se pueda entender esta negación consiente de millones de personas que se resisten a entregar esa pequeña parte de poder, para que puedan estar representados.
El Frente Amplio aún no ha ganado nada. Está en un tiempo corto donde deben apostar su poco capital político para dar una batalla y explicar la ya conocida, esa del MAL MENOR en segunda vuelta.
Sabemos que los votos no tienen dueños, no se traspasan como si de panes se tratara, pero son cartas con destinatario y domicilio conocido.
No queda otra alternativa. Llaman fuertemente a la abtención, o al voto nulo, o se sientan en los días que quedan a firmar su primer gran pacto con los pedazos que quedan del duopolio que jugó a la política desde 1990. Eso es todo. Veremos y escucharemos explicaciones desde cualquier esquina, tinta loca y desbordada, pero la realidad es dura y enorme como una montaña. Chile puede seguir viviendo con la derecha durante cuatro años, el mar seguirá siendo salado, pero como sabemos que el futuro no existe, es aquí/ahora donde debe darse una nueva batalla para vencer a la derecha.
Sabemos y se ha votado por el mal menor, para eso estuvo el Juntos Podemos, PC/PH/OTROS llamando a votar por Lagos/Frei/Bachellet con las manos en alto. Traiciones de todo tipo, Jorge Arrate abandonado por los Humanistas que corrieron como locos al lado del MEO. El PC a sentarse al lado de los golpistas/pasivos en el parlamento.
La izquierda no estuvo en estas elecciones, es por ello que la sostenemos cuando exigimos cambios fundamentales, compromisos mayores y profundos. Puede existir lo que se conforman con reformas, pero eso es seguir sosteniendo un presente precario, caminando hacia la nada todos los días.
La izquierda, esa que algunos desprecian y castigan ya votó Frente Amplio, esos porque no fueron capaces de articular, pero no se confundan, no está derrotada como si lo vociferan desde justamente el Frente Amplio. Definirse sin ser de allí o de acá favorece a la clase dominante, para ellos sus adversarios están en los que exigen dignamente un país diferente. Mejores salarios. Carrera docente justa y digna. Salud pública y de calidad para todos. Recursos naturales en manos de todos los chilenos….Nueva Constitución.