El Gobierno de Chile a través de su Cancillería no deja de asombrar por su notable discurso manipulado y su doble moral en temas de Derechos Humanos y Democracia en relación a Venezuela. No pierde la ocasión para atacar las instituciones venezolanas y su soberanía con actos de injerencia en los asuntos internos de este país.
No dejan de superarse. En esta ocasión, la Cancillería chilena y la Embajada de Chile en Venezuela, reciben como “huésped” al Diputado Freddy Guevara a quien se le retiró su inmunidad parlamentaria para que pueda ser juzgado por los graves delitos de asociación, instigación pública continuada y uso de adolecentes para delinquir. Tales delitos están tipificados en los artículos 37 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo; artículo 285 de Código Penal Venezolano y el artículo 264 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, respectivamente.
Este personaje pertenece al partido político de extrema derecha “Voluntad Popular” el cual tiene grupos de choque que funcionan como células terroristas al mejor estilo “Patria y Libertad” (grupo que operó en Chile durante el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende con acciones terroristas y de sabotaje).
Durante este año el diputado Guevara, quien además asumió ilegalmente como Primer Vice Presidente de la Asamblea Nacional, fue impulsor y promotor de las acciones violentas de desestabilización política conocidas como “las guarimbas” que durante 4 meses convulsionaron a Venezuela; protestas que dejaron un doloroso saldo en pérdidas humanas, con más de 150 personas fallecidas y millonarios daños materiales y por ende, es el principal responsable de dichos sucesos.
Público y notorio fue su virulento y reiterado llamado a derrocar por medio de estas protestas, que muy pronto se tornaron altamente violentas, al Gobierno legítimamente constituido del Presidente Nicolás Maduro.
Existe suficiente documentación gráfica de los altísimos niveles de violencia a los que se llegó: ataques incendiarios con bombas molotov a varias instituciones públicas, uso morteros y explosivos artesanales, golpizas en centros comerciales de sectores acomodados a quienes identificaban como chavistas, llegando incluso a cometer crímenes de odio; más de 20 personas fueron atacadas con fuego de las cuales varias perdieron la vida.
Las imágenes del joven de origen humilde Orlando Figuera siendo golpeado, apuñalado y luego quemado vivo, son realmente impactantes. Bastó que se le identificara como chavista para ser atacado y asesinado de esa forma por una multitud absolutamente cegada por el odio. En este sentido es importante destacar el carácter de clase social de estas protestas violentas; las mismas se mantuvieron casi exclusivamente en los sectores de clase media alta y alta de Caracas y otras ciudades importantes.
Los pocos intentos que hubo de replicarlas en sectores populares no tuvieron éxito. También es importante resaltar como fueron utilizados menores de edad de origen humilde en estas protestas, perdiendo la vida varios de ellos en diferentes circunstancias.
En todo esto y más, Freddy Guevara tiene altas cuotas de responsabilidad intelectual y política.
Muy confiado y valeroso se le veía en las calles azuzando y comandando a los jóvenes encapuchados para que protestaran, lo cual indefectiblemente terminaba en actos vandálicos, muchos de los cuales en cualquier país del mundo serían catalogados de terroristas y tratados como tales.
Por eso en este mundo al revés, no se entiende el cinismo del Gobierno de Chile que se autodefine políticamente de “centro-izquierda”, donde muchos de sus actuales dirigentes, incluído el ex Ministro del Gobierno de Salvador Allende y actual Embajador de Chile en Venezuela, sufrieron una verdadera persecución por parte de la dictadura pinochetista; pero ahora reciben a un político abiertamente fascista, acusado de graves delitos, responsable, al igual que su mentor Leopoldo López, del llamado abierto, declarado y continuo a la violencia y a toda forma de desestabilización para derrocar un gobierno legítimamente constituído. Esto es realmente vergonzoso e impresentable.
Una de las importantes lecciones que deja la amarga experiencia del derrocamiento del gobierno del Presidente Allende, es que no se debe dejar impune a los responsables civiles y políticos que llaman a golpes de estado, a bloqueos económicos-financieros, los que llaman a una intervención extranjera, los que llaman a la sedición violenta y a la insurrección ilegítima.
En Chile todos los responsables políticos del golpe de estado quedaron impunes ante la justicia y ante la historia oficial, desde el ex presidente Patricio Aylwin hasta Agustín Edwards; este último personaje siniestro viajó a Washington a pocos días de ser electo presidente Salvador Allende. Allá se reunió con Richard Nixon y Henry Kissinger para conspirar en el derrocamiento del Gobierno Popular legítimamente electo.
Aquí en Venezuela actualmente hay responsables políticos de varias formas de desestabilización.
Diputados como Julio Borges y el propio Freddy Guevara, recorrieron el mundo victimizándose, solicitando sanciones económicas y bloqueos financieros contra su propia patria. Otros como el diputado Juan Requesens hablaron en Miami de “crear un clima caos e ingobernabilidad tal para que sea ‘justificable’ una intervención militar extranjera”.
Más allá de las posturas políticas, acciones como estas aquí y en cualquier país del mundo son calificables de traición a la patria.
Es imprescindible tomar medidas de justicia contra los que promueven la desestabilización política, la violencia injustificada y la ingobernabilidad para luego llamar a golpes de estado o intervenciones militares. Por eso la impunidad de los actores y operadores intelectuales de la sedición no puede ser tolerada ni permitida porque luego, de triunfar sus planes, el costo humano sería terrible.