Una vez más la derrota pisando los talones….
Poco se aprende de las experiencias/derrotas/fracasos electorales anteriores desde los tiempos de la llamada “izquierda extraparlamentaria”, hasta lo que hoy se conoce como Frente Amplio, donde confluyen algunos pequeños grupos de izquierda sin ninguna representación y que no llegaron a cuatro ceros en las últimas elecciones, junto a otros nuevos con expresiones socialdemócratas que desaparecerán al día siguiente de conocidos los resultados electorales.
Recordar que algunos de los que llamaban a votar por el mal menor en segunda vuelta se conformaron con los regalos de la concertación y que afirman hoy: “Vivimos en el capitalismo, y tenemos que actuar de acuerdo a las normas que impone el capitalismo. Qué otra cosa quiere que hagamos”. Guillermo Teillier. Presidente del Partido Comunista.
Si participar en elecciones se tratara de darse gustos personales, de hacer uso de los cinco minutos de fama, hacer turismo electoral, de subir algunos peldaños pensando para tiempos por venir, incluso pensando en llegar a ser jefe de algún servicio, estaría dentro de lo que para algunos, que existen, eso se considera normal. Lo que sucede es que las elecciones son asuntos bastante serios, dado que se pide a los ciudadanos entregar su cuota de poder que les pertenece para elegir a un candidato.
Se saludó con alegría la aparición del FRENTE AMPLIO, pensando que levantarían las promesas que no se han cumplido en un país subdesarrollado, excluyente, y con derechos fundamentales muy restringidos. Todo como natural expresión de las nuevas democracias de seguridad nacional, que nacieron al amparo del departamento del estado norteamericano, continuadoras de los modelos instalados durante la permanencia de las dictaduras militares. Se debe hacer mención que Chile es un país sin haber recorrido la indispensable transición para dar paso a periodos muy diferentes a los criminales y excluyentes que condujeron.
Desde 1990 hasta hoy, funciona un pacto de silencio entre toda la clase política PPD/PS/PPD/PDC/PC/PRSD con los empresarios para no alterar el modelo que tantos beneficios les producen. Por un lado ellos financian los partidos y sus parlamentarios y fijan el tipo de normas que se deben aprobar en el parlamento. Así se debe entender cuando a pesar que MILLONES de chilenos han salido y votado NO + AFP siga existiendo, todo un pozo sin fondo al que mensualmente los chilenos entregas su dinero a grandes grupos económicos, cuyos centros de poder están fuera del territorio, llegando a poner en juego la soberanía.
El FRENTE AMPLIO nació estrecho y sectario. Prometió una nueva forma de hacer política y queda como muestra que los nuevos dirigentes de RD Jackson y Cia, fueron votados con solo un 80% de sus militantes. Las puertas del FA están abiertas, pero con condiciones, como lo dijera Carla Amtmann de Nueva Democracia. El FA no es de izquierda gritó Vlado Mirocevic. El FA es una coalición ciudadana y no de la izquierda afirmaron Sebastián Depolo y Karen Oliva. Enviaron al fuego eterno al gobierno de Salvador Allende olvidando la nacionalización del cobre. Nula participación de las personas para nominar a candidatos al parlamento, los que están fueron elegidos a dedo entre compañeros de curso. Ninguna autocrítica luego de haber sido parte en el ministerio de educación en el gobierno de Bachelet. Silencio absoluto del pésimo desempeño en la Comuna de Providencia ganada al torturador Labbe, y regalada a la hija del golpista Matthei.
Se dijo: Al FA le faltó calle. El FA le tiene miedo a la calle y la plaza pública. En el FA no están todos. El FA mira desde arriba. No bastan los cuatro vientos para proclamar los urgentes cambios que Chile necesita y espera. Lamentable espectáculo fue el dejado durante la crisis por el distrito 10, no dieron el ancho y falto generosidad, aspecto fundamental en el proceso de sumar voluntades y acumular la fuerza necesaria, de eso se trata este asunto.
En el FA no está el movimiento popular. Es verdad que han recogido las reivindicaciones más sentidas de millones de chilenos postergados, pobres y excluidos, pero ellos no están en la foto, no están contaminados con la corrupción que arrastra la clase política chilena. Un largo listado de parlamentarios de todos los partidos con sus políticos en condición de mendicantes y pordioseros, financiados por grupos empresariales, partidos como el PPD con presidencia de Tohá y PRO con MEO, recibieron dinero siempre fresco por el yerno de Pinochet.
La derrota y fracaso pisa los talones del FA sencillamente porque se olvidaron del Chile con todas sus esquinas, la patria con sus pedazos de pobreza y postergado, los olvidados con sus problemas diarios que los condenan por años a ver como el progreso pasa por su lado sin dejarle nada. Los del FA desde sus peldaños solo lograron ver algunas comunas de Santiago, y que no son justamente las que maltrata el transporte público cuando van a trabajar a los sectores de la clase dominante. Convirtieron en frases pomposas la defensa de nuestros recursos naturales, nada dijeron de renacionalizar el cobre y el litio, de democratizar a las fuerzas armadas y de hacer cambios/control profundos en la peor corrupción y robo que cometieron altos oficiales y generales en carabineros que supera los treinta millones de dólares.
La derrota anunciada del FA quedó reflejada desde los primeros pasos en sus inicios, su dispersión, la soberbia desatada, el olvido de la historia del movimiento sindical, el silencio guardado ante la corrupta actual dirigencia de los trabajadores, el conformismo frente al modelo. El fracaso presidencial que sufrirá el FA es también para nuestra historia generosa. Se reconoce que no hay donde mirar para los que exigen justamente cambios al sistema económico cuyos efectos son violentos con los sectores más vulnerables, pobres, invisibles.
Frente a la derrota anunciada y sin tener a donde más mirar, entonces se deberá a la vieja consigna del mal menor, que sin duda lo son. El FA no abandonó la calle ni la plaza, simplemente no la conoce. Mirar a Chile desde arriba hace que los grandes problemas se vean pequeños.